Un caso legal contra Nokia Siemens Networks

Isa Saharkhiz, ex funcionario iraní, periodista y activista político fue detenido el 20 de Junio del 2009 en el norte de Irán y ha estado encarcelado desde entonces.

El Sr. Saharkhiz fue ex jefe del departamento de prensa en el Ministerio iraní de Cultura y Educación durante la administración del ex Presidente Jatami. Él jugó un gran papel en el empoderamiento de los diarios reformistas durante la presidencia de Jatami. Los diarios reformistas disfrutaron de cierto nivel de libertad hasta las protestas por las disputadas elecciones presidenciales de 2009. Los diarios y periodistas reformistas han sido críticos de Ahmadinejad, su gobierno y alegaron que la elección presidencial fue un fraude y desafiaron a que los votos fueron manipulados. Cerca de 52 periodistas fueron detenidos [en] tras las protestas y la crisis sobre los resultados electorales y el Sr. Saharkhiz fue uno de los principales organizadores de periódicos reformistas, por lo que pensó que no tenía más remedio que pasar a la clandestinidad.

Según su página de Wikipedia [en], tres días antes de su detención le dijo al semanario alemán Der Spiegel:

Estoy huyendo y cambio de casa todo el tiempo. Enciendo mi teléfono móvil sólo una hora al día, porque me pueden descubrir y arrestarme.

Saharkhiz cree que las oficinas de inteligencia rastrearon su ubicación a través del uso limitado de su teléfono celular y lo arrestaron. Así que él y su hijo, Mehdi, han presentado una demanda en una Corte Federal de EE UU contra Nokia Siemens Network [en] que vendió la tecnología a Irán para interceptar comunicaciones que, según él, fue utilizada posteriormente por el gobierno para vigilar activistas de la oposición.

En el caso legal [en], Saharkhiz argumenta que Nokia Siemens Networks proporcionó los equipos con previsión de cómo las autoridades iraníes podrían usarlo para violar los derechos humanos:

Los acusados, con conocimiento, negligencia e intención, equiparon al infame, abusivo y opresivo gobierno iraní con sofisticados dispositivos de vigilancia, espionaje telefónico, filtrado y seguimiento de teléfonos móviles. Los dispositivos habilitaron a los funcionarios iraníes para acceder a conversaciones privadas, mensajes de texto, números del usuario del teléfono y otra información de identificación de los demandantes, así como la naturaleza y contenido del uso de comunicaciones electrónicas. Esta información se produce sólo a través de la utilización de los equipos de los Demandados. Los acusados vendieron y entrenaron a los funcionarios del gobierno iraní, ayudando e instigando consciente e intencionalmente a la comisión de detenciones arbitrarias, detención ilegal, torturas y otros abusos contra los principales derechos humanos, violando las leyes estadounidenses e internacionales, causando a los demandantes severo sufrimiento físico y mental.

Nokia Siemens Networks emitió una declaración [en] el 20 de Agosto, en respuesta a la demanda legal de Saharkhiz:

No tenemos ninguna disputa con Isa Saharkhiz y su hijo; de hecho, Nokia Siemens Networks condena las violaciones a los derechos humanos en todo el mundo. Pero la demanda Saharkhiz se interpone en el lugar equivocado, en contra de la parte equivocada y sobre la premisa errónea.

Los Saharkhiz alegan un trato brutal de parte el Gobierno en Irán, pero no han demandado a ese gobierno. Por el contrario, están tratando de culpar a Nokia Siemens Networks por los actos de las autoridades iraníes mediante la presentación de una demanda en EE UU, un país que no tiene absolutamente ninguna relación con los problemas que están alegando.

Las comunicaciones móviles son una herramienta poderosa en la promoción de los derechos humanos y el estado de derecho. Ellos han hecho mucho más para empoderar a los que luchan por la democracia que empoderar a los gobiernos opresivos. Es cierto que todas las redes modernas de comunicaciones móviles incluyen una capacidad legal de intervención; esta capacidad se convirtió en una característica estándar por insistencia de Estados Unidos y las naciones europeas. Estos países necesitan la capacidad de hacer cumplir la ley por razones que son comunes en todo el mundo. No es realista demandar, como lo hace la demanda de Saharkhiz, que los sistemas de comunicaciones inalámbricos basados en estándares globales de tecnología mundial sean vendidos sin esa capacidad.

Pero Chip Pitts, un abogado internacional, activista de derechos humanos y ex Jefe de Departamento Legal del Nokia Inc. tiene una opinión diferente [en]:

Nokia Siemens Networks tiene que ser muy cuidadoso en este punto: Ciertamente no es el caso, como un asunto legal, que las empresas puedan refugiarse en argumentos obsoletos que no tienen responsabilidades por los daños previsibles causados por sus productos y servicios, o que no tienen un deber de diligencia, la debida diligencia, y la prevención de tanto la infracción directa a los derechos humano, así como la complicidad indirecta en la infracción, en la prestación de dichos productos y servicios a los regímenes que pueden utilizarlos para violaciones de derechos humanos. Por el contrario, el derecho sustantivo de la responsabilidad empresarial aclara cada vez más en todo el mundo que las empresas, sus directores y sus funcionarios deben cumplir con las normas mundiales de derechos humanos o enfrentar su responsabilidad legal y social por medio de la variedad creciente en la proliferación de mecanismos mundiales. El hecho de que los productos y servicios de comunicaciones también sirven a las aplicaciones de utilidad social es cierto -pero es irrelevante ante estas realidades globales.

    San Diego, September 23 at Nokia Company in Poway (source: sandiegoneda.org)

Nokia Siemens Networks cometió un gran error al vender equipos de espionaje al gobierno iraní [en] y lo admitan o no, no cambia los sentimientos de algunos iraníes que ya boicotearon los productos de Nokia por ayudar al gobierno iraní en el aprovechamiento de los teléfonos [en]. El iraní galardonado con el Nobel de la Paz, Shirin Ebadi, también criticó a [en] Nokia Siemens Networks por la venta de tecnología a Irán que se utiliza para ayudar en la censura y la represión. Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades iraníes a que liberen a los periodistas iraníes y a los prisioneros de conciencia [en].

Isa Saharkhiz ha estado encarcelado durante 15 meses sin cargos y en condiciones terribles. Esta demanda no le devolverá su vida y su deteriorada salud, pero esperamos que traiga la rendición de cuentas a los asuntos corporativos y convierta a los derechos humanos en parte de la responsabilidad social empresarial.

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