Minya: Participantes de taller comienzan narrando sus historias

Durante la última semana de setiembre se llevó a cabo la siguiente fase del proyecto «Women of Minya Day by Day» [Mujeres de Minya Día a Día]. Se dio una formación de tres días a un grupo de mujeres del pueblo Dawadia en el Alto Egipto. Las sesiones variaron entre suministrarles las bases para desarrollar el resto de la formación. A las mujeres participantes se les impartieron los fundamentos de la fotografía, grabación de vídeo, edición y uso de fotos en los blogs, también una introducción rápida a los sitios web de redes sociales como Twitter y Facebook.

Nieves Fahem, la organizadora del proyecto, dijo que recibió comentarios alentadores y positivos de todas las participantes y, actualmente, se está preparando para el próximo taller pronto. También agregó que las mujeres se encuentran todavía en las primeras etapas de compartir vídeos o fotos. Sin embargo, ya han comenzado a compartir historias acerca de las dificultades que enfrentan en su pueblo. Parte del taller incluyó consejos para ayudarles a contar sus propias historias y practicaron narrar algunas de estas experiencias a los facilitadores del proyecto, que luego transcribieron al blog. Esta parte del taller ayudará a preparar a las mujeres en las actividades futuras de contar sus historias como videos o podcasts. Estas son algunas de esas historias de introducción:

Randa Abu Dahab conduciendo el taller.

En un post titulado «The Sweet Lady Baking at Dawn» [La dulce dama cocinando al amanecer, ar], una de las mujeres narró esta historia:

Quiero contarles hoy acerca de una campesina egipcia, que vive en la aldea de Dawadia. Nuestras mujeres son como las mujeres que viven en otros pueblos, que quieren vivir en paz con su esposo e hijos. Ella es la primera persona que se despierta en la casa. Se lava la cara y agradece a Dios por la salud de sus hijos y esposo, luego se ocupa de la labor que tiene que hacer -¡que nunca termina!
El trabajo de las mujeres campesinas egipcias no termina en la limpieza de la casa, ese es sólo el comienzo de la jornada. Esto sólo ocurre entre el amanecer hasta las siete en punto. Después de eso, ella trabaja fuera de la casa. La mayoría de las mujeres del pueblo Dawadia trabajan como orzqyat (mujeres que se ganan la vida día a día) y no empleadas. Todas trabajan en la crianza de aves de corral o vacas u horneando pan. Van en ciertos días y venden lo que han venido plantando. A veces no venden, por lo que intentan algo más. Vender algo de roble u otros vegetales. Las mujeres Orzqyat deben ganar dinero cada vez que salen fuera de la casa.
Los niños también tienen una participación en el trabajo fuera de la casa. Pueden vender bolsas de palomitas de maíz en el camino, o ir con sus madres a vender unos cuantos kilos de verduras o queso o algunos huevos. Pero lo más terrible es que algunos niños pueden ir a la montaña a trabajar en las canteras. Estos niños puede que vuelvan a casa, pero otros no. Y si lo hicieron, regresan con graves problemas de salud en los pulmones, mientras que su salario diario es muy limitado.
Lo más extraño es que rara vez alguien agradece a la mujer de la casa por su esfuerzo. Ella está cansada por dentro y por fuera; la primera en despertar y la última en dormir y la última en comer y la última a quien le preguntan por su salud. Las mujeres que viven en aldeas trabajan mucho y manejan una gran cantidad de responsabilidades y si alguna vez no pudiera hacerlo todo bien, sería culpada o golpeada o humillada por su marido o su suegra.

Participantes durante el taller.

En otro post, otra mujer narró «It's our house, and strangers kick us out» [Es nuestra casa y unos extraños nos echaron, ar], donde ella explica esa tragedia de cómo se la llevan con las mujeres y la familia de su marido después de que él muere:

Imaginen, después de permanecer mucho tiempo en su casa y tener recuerdos en cada rincón y pared, ¡entonces el gobierno viene a echarlos! ¿Pueden imaginar que esto sucede en la aldea de Dawadia? Saud es una viuda con cuatro niñas. Después de que su esposo murió, la familia de él se negó a que se quedaran en la casa de la familia. Tomaron su herencia, pero Saud no se dio por vencida. Ella trabajó y decidió vivir en otra casa, con sus hijas, sola.
¿Sabían que ella decidió trabajar? Trabajó como conductora de camiones, para llevar a los trabajadores del pueblo a la montaña. Como si esta mujer quisiera decirle a la gente Soy fuerte y puedo hacer lo que ninguna otra mujer pudo hacer o lo que sólo se considera trabajo de hombres.

La historia continúa hablando acerca de otros problemas más trágicos sobre la propiedad de la tierra en la que viven. El gobierno decidió que Saud no puede vivir en su nueva casa. Sin embargo, la historia termina con alguna esperanza de dar voz a Saud, a través del proyecto, para que nos cuente más sobre su trabajo y cómo ella está criando a sus cuatro hijas.

Retrato de Safa Samir, durante un proyecto anterior implementado por la Fundación Nuevas Mujeres, llamado “Mujeres creativas en la sombra”, también en la aldea Dawadia.

Otra mujer, que comparte su simple esperanza de completar su educación [ar], dice:

Espero poder completar mi educación, al igual que las niñas de la ciudad; pero me dijeron que era suficiente; que yo debería salir de la escuela porque la educación no es útil para las mujeres.

En un último post narrado por una de las participantes, ella habló [ar] de lo difícil que les es a veces incluso tener «pan». Pero por supuesto esto no es todo, pronto vienen más actualizaciones del primer taller del proyecto. Pueden ver más fotos de los talleres en la cuenta de Flickr de Women of Minya Day by Day, donde también comparten algo del arte creado por otro proyecto que la Fundación Nueva Mujer implementó en la aldea.

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