Lo que comenzó como una simple limpieza o dragado del río San Juan [1], que es límite natural entre Costa Rica y Nicaragua, ha desembocado en un conflicto diplomático y militar.
[2]Río San Juan. Imagen de usuario de Flickr Guillermo A. Durán, usada bajo licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.0 Genérica de Creative Commons
El gobierno de Nicaragua decidió comenzar con trabajos de dragado en el río San Juan para así facilitar la navegación de barcos de mayor tamaño. Hasta ahí no existía ningún problema, ya que el río les pertenece. Pero a los días de haber comenzado los trabajos, el gobierno de Costa Rica se da cuenta de que los materiales extraídos del río se están depositando en territorio costarricense. Luego del reclamo por parte del gobierno de Costa Rica, Nicaragua indica que todo fue un error y que no se va a repetir, pero esto solo fue el comienzo del problema.
El primero de noviembre, La Nación [3] reporta: «Gobierno confirma incursión del Ejército de Nicaragua en territorio nacional,»
El Gobierno confirmó esta tarde la incursión de tropas del Ejército de Nicaragua en territorio costarricense, específicamente en la Isla Calero, ubicada en la zona fronteriza, en la desembocadura de los ríos San Juan y Colorado.
«Esto es una lesión a la soberanía nacional, no se puede interpretar de otra manera,» [Ministro de Seguridad José María Tijerino.]
Por este motivo Costa Rica ha convocado al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos [4] (OEA), donde expondrá las pruebas correspondientes, con fotografías, videos y testimonios de los vecinos de la zona. El Ministro Tijerino dijo [3] que,
«Costa Rica, que no tiene ejército, confía en los canales diplomáticos para evitar una confrontación que solo agravaría la situación».
El problema va más allá, ya que podría desencadenar en un aumento en los problemas de inmigrantes. En Costa Rica viven casi 600 mil nicaragüenses, en su gran mayoría indocumentados, y no es un secreto que la xenofobia es un tema sobre la mesa, algo que este problema fronterizo podría agravar.
Cualquier otro país latinoamericano que hubiera sufrido la violación de su territorio, ya estaría en estado de guerra con su vecino. Y eso exactamente es lo que quiere Daniel Ortega, que siempre que tiene un problema interno, busca cómo desviar la atención del público creando un conflicto externo artificial.
Según comentarios expresados en diversos blogs, los costarricenses han llegado a ver este tipo de problemas como una situación totalmente normal, donde se comenta que siempre que Nicaragua está en temporada de elecciones buscan desviar la atención hacia otros focos y que así sus problemas internos no resalten y esto no le cueste votos al gobierno de turno. Al respecto, El infierno en Costa Rica [6] dice que,
Una de las tradiciones más arraigadas en la cultura política nicaragüense en las últimas décadas, es que cuando se acercan las elecciones, se debe provocar un diferendo con Costa Rica, preferiblemente por el Río San Juan; lo anterior con la finalidad de limpiar la imagen del gobernante de turno, llena de corrupción, incapacidad para solucionar los problemas, entre otros [..]
La opinión de varios blogueros es que este es un momento para pensar claramente y tomar las mejores decisiones para que ninguno de los dos países se vea afectado, ya que por ser vecinos, la cooperación mutua es muy necesaria. Costa Rica y Nicaragua son socios comerciales y este tipo de problemas afecta las exportaciones en ambos sentidos; mucha fuente de trabajo se puede ver afectada.
Julio Córdoba de Ciencia Ficción con Julio Córdoba [7] opina que,
Como representante de nuestro país el ministro debe promover como valor superior la paz y el Derecho como única herramienta para resolver el conflicto y dejar a otros la promoción de la guerra, valor que no forma parte del sentir costarricense.
Es claro el sentimiento generalizado en Costa Rica, el único país sin ejército del continente desde 1948: la opción de un conflicto armado con Nicaragua no es un tema a discusión, ya que Costa Rica no tiene con qué enfrentarlos. H3dicho [8] dice:
Los gobernantes Nicas son los más trogloditas de la región, y con tal de desviar la atención de sus problemas internos, no les importa poner en riesgo vidas de costarricenses y nicaragüenses. […]
Dichosamente nunca es tarde, y ante una nueva incursión del ejército nicaragüense a nuestra frontera, nuestro gobierno solicita la intervención de la OEA, como país de paz que somos. […]
A las autoridades nicas las debemos enfrentar con firmeza real, sin dar un paso atrás, pero con diplomacia, nunca con las armas contra un país hermano.
Para no permitir que una situación como esta afecte relaciones comerciales en ambos sentidos, y para que a la vez no afecte a nicaragüenses que viven en Costa Rica, las autoridades han acudido a instancias internacionales para resolver este conflicto de la mejor manera posible. Dean Córnito en La Suiza Centroamericana [5] señala:
Con todo y todo, es mejor tolerar una violación de nuestra soberanía por algunas semanas hasta que el sistema interamericano de defensa mutua se mueva a favor de Costa Rica, que lanzarnos a una guerra sinsentido e innecesaria para nosotros. Nuestras autoridades tienen mucha razón al proceder con cautela.