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Bolivia: Fiesta de las ñatitas, cuando los ancestros vuelven

Categorías: Latinoamérica, Bolivia, Arte y cultura, Etnicidad y raza, Historia, Pueblos indígenas
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Chacha-Warmi. Estar juntos por siempre. Foto de la autora, Cristina Quisbert.

Una urna de vidrio, de madera, una canasta, o un cajón de cartón sirven para llevar a la ñatita o calaverita al cementerio general en la ciudad de La Paz, Bolivia, cada 8 de noviembre. Las hay de toda edad: hay niños, jóvenes, adultos y ancianos, así lo aseguran sus eventuales propietarios. Ni bien ingresan al cementerio, hombres y mujeres se acercan: «¿cómo se llama?» preguntan a la persona que porta en sus brazos a la ñatita. Variados son los nombres que surgirán: Cipriano, Sebastian, Cirilo, Gonzalo, José, Felipe, Juanita, Teresa, etc.

Este ritual se remonta a los tiempos antiguos, y aunque en ciertas épocas su práctica pareció tender a desaparecer, sobre todo durante el período de extirpación de idolatrías, en la actualidad es un acto público y masivo con una gran fiesta incluida en varios casos. Para conocer sobre esta celebración, Julia Sonco en su blog Julita [2] refiere,

Del origen de las ñatitas no se tiene un dato exacto, pero se conoce que datan de la época precolombina, dato que el amauta paceño, Sabino López, confirma con su relato de que antes que los conquistadores españoles pisaran tierra americana se veneraban a las «Chullpas», que son los restos mortuorios de los curacas fallecidos, mismas que eran extraídas de sus mausoleos en los días de los difuntos y se les ofrecía la celebración.

Pero, ¿porqué  se llevan los cráneos? Al respecto, Sabino López en Julita [2], realiza la siguiente aclaración:

…el cráneo está relacionado con el «ajayu» (Palabra aymara que significa ánima, alma o espírtu). De acuerdo a la concepción andina que él tiene sobre el ritual de las ñatitas, la muerte del cuerpo no implica la muerte del ajayu al que se celebra con una K'oachada [una ceremonia ritual para las ñatitas] el día ocho del mes de noviembre.

En varios lugares del cementerio se suele apreciar al pie de las ñatitas braceros pequeños –recipientes donde se pone carbones y se coloca el incienso– o bien braceros más grandes, con una mesa ritual preparada especialmente para la ocasión.

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K´oachada. Ceremonia ritual para las ñatitas. Foto de la autora, Cristina Quisbert.

El blog Religión [4] proporciona la siguiente referencia de una radio online [5] sobre las calaveritas:

Las ñatitas son cráneos que representan deidades andinas a las que se les solicitan favores, algunas llevan nombres por la procedencia que tienen y otras son dotadas de seudónimos por las personas que la adoran.

«Se llama Teodorita,» responde doña Pilar cuando se le pregunta sobre el nombre de la ñatita que tiene en brazos. «Es una niña,» añade. ¿Y hace cuánto la tiene?, «Ya hace 7 años que está conmigo, me la han regalado,» señala.

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Coronado de flores. Foto de la autora, Cristina Quisbert.

Por su parte, Fanbot [7] cita a El Globo [8] para describir lo acontecido en el cementerio general durante la jornada del 8 de noviembre:

Una multitud de cráneos humanos adornados con flores eran bendecidos el lunes por un cura en un templo católico en un largo ritual ancestral que cada año cobra más vigor y cierra la festividad del Día  de los Difuntos en este país de fuerte tradición andina.

Al llegar al cementerio general de La Paz, unos se dirigen directamente a la capilla y otros optan por ubicarse en diferentes lugares de ese campo santo. Hay una profunda creencia en los favores que se puede recibir de las ñatitas. Es común ver múltiples coronas de flores sobre las calaveritas, así como pétalos de flores, velas, coca, o cigarros dejados por los visitantes en cada urna, con el fin de ser escuchados en sus peticiones.

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Recibiendo peticiones. Foto de la autora, Cristina Quisbert.