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Serbia: La controversia de la Ceremonia del Premio Nobel de la Paz

Categorías: Europa Central y del Este, Serbia, Derecho, Derechos humanos, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Política, Protesta, Relaciones internacionales

El Comité Noruego del Nobel [1] concedió el premio de la paz de este año al disidente chino Liu Xiaobo [2], que no pudo asistir a la ceremonia del 10 de diciembre en Oslo porque está cumpliendo una sentencia de 11 años de prisión.

Hace pocos días, las autoridades chinas enviaron una nota diplomática oficial a muchos países en todo el mundo y les hizo un llamado para que no asistieran a la ceremonia de premiación en Oslo. Diecinueve países -incluidos Rusia, Serbia y Ucarnia- optaron por no asistir a la premiación del Nobel de la Paz.

En una de sus primeras declaraciones luego que los medios transmitieran la decisión oficial del gobierno, Vuk Jeremic, Ministro de Asuntos Exteriores de Serbia, dio una breve explicación [3] de algunas de las razones de la decisión:

Todas nuestras decisiones, como las decisiones de todos los otros gobiernos, se refieren a intereses nacionales y a las prioridades del estado.

El Primer Ministro Mirko Cvetkovic dijo [4]:

Esta es una acción táctica de Serbia con la intención de mantener relaciones estratégicas con China.

ONGs, partidos políticos, medios convencionales y ciudadanos discutieron la actitud del gobierno, y exigieron que el ministro Jeremic presentara su renuncia.

El sitio web Pescanik [5] publicó [6] una declaración del Comité de Abogados para los Derechos Humanos [7] (YUCOM). Entre otras cosas, YUCOM escribió:

Con el boicot de la ceremonia del Premio Nobel de la Paz de esta año, la República de Serbia confirmó una vez más que está muy lejos de la sincera lucha por los derechos humanos y todos los valores que caracterizan a una moderna sociedad democrática europea.

Luego de los horribles hechos de los años 90, se supone que debemos mostrar que somos los primeros en apoyar a esos pueblos cuyos derechos están en peligro y que arriesgan su vida por la paz mundial. […] Serbia necesita la política del respeto por los derechos humanos, no la política que hace que un puente* sea más importante que una vida humana. […]

*Nota del autor: el gobierno chino dio un préstamo barato a Serbia con la finalidad de construir un puente en Belgrado, el llamado “puente chino”.

En un editorial, E-novine escribió [8]:

[…] De toda la lista de países que están boicoteando la ceremonia del Premio Nobel de la Paz, es claro que estamos hablando de regímenes no democráticos que, como China, tienen problemas con sus propios disidentes, o de países que están bajo fuerte influencia de Pekín. […]

El 8 de diciembre, el Comité de Helsinki para los Derechos Humanos [9] en Serbia publicó [10] una petición, que estaba firmada por muchos activistas serbios de derechos humanos, intelectuales, periodistas y políticos:

Con esta petición, nosotros, los defensores de los derechos humanos y activistas de la democracia que abajo firmamos, hablamos en nombre de los miles y miles de ciudadanos de Serbia, ansiosos de ver su país firmemente comprometido con el curso europeo y los más altos valores del mundo contemporáneo.
Por tanto, los abajo firmantes, desaprobamos firmemente la decisión de nuestro gobierno de poner a Serbia en el círculo de países democráticamente discutibles, cuyos representantes boicotearán la ceremonia del Premio Nobel de la Paz concedido a Liu Xiaobo, el hombre cuya larga lucha, consistente y no violenta por los derechos humanos fundamentales en China le ha valido el respeto del mundo civilizado.
Con esta petición deseamos que el Comité del Nobel y el mundo sepan públicamente que realmente muchos ciudadanos de Serbia no respaldarán esta última, vergonzosa decisión de su gobierno, que se oponen fuertemente a sus “trueques políticos” tan característicos de la Serbia nacionalista antes y después de las guerras de los años 90, y que por estas guerras y otros vestigios de gobiernos autocráticos y políticas de “naciones más grandes” –supeditando derechos individuales a “intereses nacionales”– elevan su voz en contra de cualquier forma de servilidad al país que, en el siglo XXI, envía a prisión a un activista de derechos humanos y mantiene a su familia y amigos bajos arresto domiciliario para evitar que viajen a Oslo a aceptar el Premio Nobel en su nombre.

Blic, un diario de Belgrado, publicó [11] un artículo titulado “Gobierno a favor del boicot, Tadic en contra”, enfatizando una discordia entre los funcionarios estatales de alto rango sobre el tema y citando una declaración de la portavoz del Comisionado de Ampliación Europea Stefan Fuehle:

Se espera que un país que aspira a unirse a la Unión Europea comparta valores de la Unión Europea.

La discutida decisión dividió no solamente al presidente Tadic y al ministro Jeremic, sino también a los lectores que dejaron [12] más de 250 comentarios al artículo, discutiendo principalmente sus consecuencias de política exterior.

Debajo algunos de los comentarios:

NenadRu:

[…] En consecuencia, ninguno de los países europeos decidieron boicotear la ceremonia, solamente Serbia y sus ministros “pro-europeos”. […] Terrible, ¿podemos saber cuál es la política nacional?

Zele:

Solamente una pregunta: ¿qué clase de beneficio tenemos de esto? Cuando nos convirtamos en miembros de la Unión Europea, entonces votaremos como los otros, pero ¿qué clase de obligación tenemos ahora respecto de ellos? Nos presionan para renunciar a Kosovo, no nos permiten integrarnos a la Unión Europea, nos bombardearon y no han pagado ninguna reparación de guerra. […]

TZTTZ:

Honestamente, no sé qué es mejor para nosotros: ir o no ir [a Oslo]. […] Pero, China no reconoció a Kosovo, mientras que la Unión Europea si.

En su post como invitado en el blog de Srecko Sekeljic en B92, Milos Bogicevic escribió [13]:

[…] La pregunta es si algunas futuras generaciones enfatizarán orgullosamente el hecho que Serbia, en el Día de los Derechos Humanos 2010, boicoteó el Premio Nobel de la Paz, o si se avergonzarán de esto. Tal vez ya deberíamos estar avergonzados ahora.

La noche del jueves 9 de diciembre, un día antes de la ceremonia de premiación, el Ombudsman de Serbia, Sasa Jankovic, tomó la iniciativa y decidió viajar a Oslo como representante independiente de la República de Serbia, cuando se dio cuenta que el gobierno serbio no iba a cambiar su decisión oficial. Entonces, debido a la presión pública, el Primer Ministro Cvetkovic le pidió a Jankovic en nombre del gobierno que diera su felicitación personal al Comité del Nobel y a Liu Xiaobo.