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Oprah en Australia no parece ser del agrado de todos

Categorías: Norteamérica, Oceanía, Australia, Estados Unidos, Arte y cultura, Medios ciudadanos, Pueblos indígenas, Salud, Viajes

Los fans de Oprah Winfrey parecen haber aceptado con entusiasmo su tour por Australia, el cual culminó con la grabación de su programa en la Casa de la Ópera de Sídney. Sin embargo, su viaje también ha recibido críticas.

Tiene admiradores por muchas razones. Dodge Taylor, en Roger's blog del servicio de viajes y alojamiento Capital Reservations, le da a Oprah un gran voto de confianza:

I'm not ashamed to say I'm an Oprah fan. Not so much for her TV show (although I do find myself watching it during lunch), but for where she has come from and the empire she has created over the last decade or so. She's now the most powerful woman in the world and does so much good for so many people in this world. Its impressive and inspiring.
The Oprah House [1]

No me avergüenza decir que soy fan de Oprah. No tanto por su programa de televisión (aunque sí lo veo durante la hora de almuerzo), sino por el lugar del que proviene y el imperio que ha creado en la última década aproximadamente. Actualmente es la mujer más influyente del mundo y hace muchas cosas buenas por mucha gente. Es algo impresionante e inspirador.
The Oprah House [1]

Se dijo mucho acerca de si los contribuyentes australianos deberían haber asumido el costo de su publicidad turística. Crikey dio una evaluación financiera del fenómeno Oprah:

Thousands of Oprah fans were screaming for their idol (and celebrity guests including Jay-Z, Jon Bon Jovi and Russell Crowe) at the renamed “Oprah House” in Sydney this morning. So just how big is the American multi-media gigastar? Crikey runs the numbers…

$US2,300,000,000 net worth.
Australian Oprahmania: by the numbers [2]

Miles de fans de Oprah gritaban por su ídolo (y por invitados famosos como Jay-Z, Jon Bon Jovi y Russell Crowe) en la célebre «Casa de Oprah» en Sídney esta mañana. Entonces, ¿Qué tan influyente es la superestrella multimedia estadounidense? Crikey hace las cuentas…

El costo total fue de $US2,300,000,000.
Australian Oprahmania: by the numbers [2]

Sara Baker resumió dicha visita para la revista electrónica upstart, un sitio «para periodistas novatos» en Australia:

So was ‘Project O’ worth the $4 million taxpayers spent on the TV talk show queen? That’s debatable, but I will say one thing in her defence: she’s approachable. She doesn’t shy away from the media, she answers questions, she stops to talk and takes photos with guests, even winding down the window of a passing vehicle to wave and chat to media and passersby as she left Sydney airport last week. She may be powerful, but she’s not a total snob.
The Oprah bonanza [3]

¿Valieron la pena los $4 millones de dólares del «Proyecto O» que los contribuyentes invirtieron en la reina de los programas televisivos de entrevistas? Aunque es cuestionable, voy a decir algo en su defensa: Oprah es accesible. No se oculta de los medios, responde a preguntas, se detiene para hablar y tomarse fotos con los invitados, incluso bajando los parabrisas de su vehículo en movimiento para saludar y hablar con los medios y transeúntes a medida que se alejaba del aeropuerto de Sídney la semana pasada. Puede que sea muy influyente, pero no es una completa esnob.
The Oprah bonanza [3]

David Donovan hace una crítica detallada en Independent Australia:

The tour has been declared an enormous success.

In pure marketing terms, it is difficult to disagree.

El tour ha sido considerado como un gran éxito.
Hablando estrictamente de marketing, es difícil no estar de acuerdo.

Donovan refleja la identidad y la cultura de los australianos, en especial nuestra necesidad de acoger celebridades extranjeras:

I am left with questions. Like, are we so starved of A-list celebrities in this country that we roll out the red-carpet, wear funny hats and costumes and shout ourselves hoarse no matter which famous person walks through the arrival gates? And, is it really necessary for commercial media to break from regular scheduled programming to cross to a celebrity petting a koala? Also, should our Prime Minister possess enough gravitas to not look for a photo opportunity with every visiting A-list celebrity?
Oprah Winfrey and Australian neediness [4]

Tengo muchas preguntas, como: ¿Es tanta nuestra necesidad de celebridades de élite en este país que extendemos la alfombra roja, usamos sombreros y trajes graciosos y gritamos hasta quedarnos roncos sin importar qué famoso camine a través de las puertas de llegada? Y ¿es verdaderamente necesario que los medios comerciales interrumpan la programación establecida para mostrar a una celebridad acariciando a un Koala? Además, ¿debería nuestro Primer Ministro tener la suficiente seriedad para no buscar la oportunidad de tomarse una foto con cada celebridad de élite?
Oprah Winfrey and Australian neediness [4]

En ningún momento escuchamos algún insulto en el programa de Oprah, aunque sí se escucha en Oz TV. Jess McGuire de Defamer criticó a la televisión local y al presentador de radio Carrie Bickmore por hacerle propaganda a la cadena de comidas rápidas McDonald's como parte de un curso intensivo de la cultura australiana. Al parecer, McDonald's fue patrocinador del tour:

But the fact that Oprah – via Carrie Bickmore – is telling her viewers that there’s nothing we backwater fucking hicks like more than congregating at McDonalds and supping on McLattes while we act in ways that fit our gender (Men have business meetings! Women just like to talk to each other, probably about Cosmo’s latest article “Ten ways to blow him away in bed!”) is actually so gross and commercial and sad, I find it hard to believe that anyone involved is able to wander the streets without looking absolutely ashamed of themselves.
Oprah’s Version Of Australia Is Our Version Of Hell. [5]

Pero el hecho de que Oprah, a través de Carrie Bickmore, esté diciéndole a su audiencia que no hay nada que nosotros estúpidos campesinos no nos guste más que reunirnos en McDonald's y tomar McLattes mientras actuamos en formas que se ajustan a nuestro género (¡Los hombres tienen reuniones de negocios! ¡Las mujeres solo quieren hablar entre ellas!, probablemente sobre el último artículo de la revista Cosmo «Diez maneras de satisfacerlo en la cama») es en realidad desagradable, comercial y triste. Me es difícil creer que cualquiera que sea partícipe pueda deambular por las calles sin sentirse absolutamente avergonzado de sí mismo.
Oprah’s Version Of Australia Is Our Version Of Hell. [5]

De lo «profano» a lo religioso. En Eureka Street, el sitio web de Jesuit Communications Australia, Susan Biggar relaciona la accidentada acrobacia [6] de Hugh Jackman en la Casa de Ópera de Sídney con el sistema de salud de Estados Unidos. Susan es estadounidense, aunque ahora reside de forma permanente en Australia.

If she — friend of President Obama and host of the highest-rated talk show in US history — were to find herself a customer on the doorstep of Australia's excellent and equitable healthcare system, America's best-known mouth might go home peddling a message that could change the foundations of her society.
Oprah and Australia's ‘socialist’ health care [7]

Si ella, amiga del presidente Obama y presentadora del programa de entrevistas más importante en la historia de Estados Unidos, fuera una cliente que se encontrara en las puertas del excelente y equitativo sistema de salud australiano, la boca más conocida de Estados Unidos probablemente se iría a casa esparciendo un mensaje que podría cambiar las bases de su sociedad.
Oprah and Australia's ‘socialist’ health care [7]

El viejo plan b periodístico cuando se intenta completar una historia es citar a un taxista. En Cablog, el taxista Adrian Neylan hace su propio reportaje y publicó este intercambio con pasajeros:

My suggestion of tourism returns was smartly batted away. “Bullshit. The American economy is stuffed so there’s not going to be any rush from them.”

Actually, it’s a very good reason why well-heeled citizens would consider a flight to safety.

I joked how the exposure from Oprah will see hordes of wealthy American gays flooding his charming inner-city neighbourhood. He let out a shriek, and the hubby swooned…or that’s what it sounded like from the front seat.
Oprah [8]

Mi sugerencia de retornos turísticos fue inteligentemente refutada. «Tonterías. La economía estadounidense está llena, así que no tienen ninguna prisa».

En realidad, es una muy buena razón por la cual los ciudadanos pudientes considerarían dar un paso a la seguridad.

Hice bromas acerca de cómo la publicidad de Oprah verá cantidades de adinerados homosexuales estadounidenses inundar su encantador barrio marginal. Él dejó escapar un grito y su parejita se desmayó… o al menos eso fue lo que me pareció ver desde el asiento de adelante.
Oprah [8]

Finalmente, una mujer indígena envió un mensaje de video a Oprah:

…a video prepared for Oprah Winfrey by Chairwoman of the NSW Aboriginal Land Council, Bev Manton, …shines a light on the living conditions of Aboriginal people in the Northern Territory, in particular those living under the NT intervention, an Australian Government program which the United Nations has branded racially discriminatory.
YouTube: A PERSONAL JOURNEY by Bev Manton [9]

… un video preparado para Oprah Winfrey por Bev Manton, la presidenta del Consejo Territorial Aborígen de Nueva Gales del Sur… brinda una luz sobre las condiciones de vida de el pueblo aborigen en el Territorio del Norte (TN), en particular aquellos que viven bajo la intervención del TN, un programa gubernamental australiano que ha sido catalogado por las Naciones Unidas como racialmente discriminatorio.
YouTube: A PERSONAL JOURNEY by Bev Manton [9]

Oprah es una enorme atracción. Las preocupaciones que hay en la blogsfera australiana acerca de nuestra fijación moderna con personalidades han sido balanceadas por aquellos a los que les gustaría acceder a su potencial poder para mejorar la sociedad.

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