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Singapur califica de «charla de salón» los destapes de Wikileaks

Categorías: Asia Oriental, Singapur, Política, Relaciones internacionales

Los diplomáticos de alto rango de Singapur creen [1] [todos los enlaces son en inglés] que los mandatarios de los países vecinos son políticos oportunistas, sodomitas o corruptos. Y piensan que los indios son estúpidos y que los japoneses son unos perdedores de campeonato. Esto fue lo que publicó el pasado 12 de diciembre el grupo Fairfax Media de Australia, después de hacerse con varios documentos de Wikileaks en exclusiva.

El Ministro de Asuntos Exteriores de Singapur George Yeo quita importancia al informe calificándolo de poco fiable y recuerda a los ciudadanos que los comentarios se sacaron de contexto [2].

Se trata de interpretaciones hechas por diplomáticos de Estados Unidos basadas en cosas que oyeron, de sus conversaciones. No creo que sea correcto hacer ningún comentario, porque estas conversaciones eran confidenciales, algunas incluso pudieran ser informales, pero no conocemos el contexto, por lo tanto no diré más. De todas formas, en mi opinión es poco ético filtrar este tipo de comunicaciones confidenciales porque dificulta considerablemente estas comunicaciones en el futuro.

¿Cuáles son las reacciones de los blogueros singapurenses? Loh and Behold se muestra sorprendido de que los diplomáticos hagan este tipo de comentarios bochornosos [3]:

Al parecer algunas personas -nada menos que diplomáticos- están deseando abrir la bocaza a la primera oportunidad que se les presenta (!)

¡Vaya si tenemos algunos buenos ejemplares aquí!

Comentarios como estos en boca de un “Embajador para asuntos especiales” –¡qué será eso!– son muy bochornosos.

¿Por qué seguimos refiriéndonos a algunas personas como «diplomáticos» si no lo son en absoluto?

Singapore Life and Times se muestra reacio a apoyar a [4] Wikileaks:

Es innegable que estas noticias venden y abochornan al mismo tiempo. En cierto modo, descubrir la manera en que los máximos líderes se describen unos a otros excita nuestros instintos más bajos. Por supuesto, no es de caballeros, pero de eso se trata. Estas conversaciones no estaban destinadas al público, por lo que nuestros protagonistas se dejan llevar utilizando frases algo subidas de tono. Estoy seguro que por cada calificativo utilizado por una persona para describir a otra, esta utiliza otro para describir a la anterior. Todos nos soltamos cuando contamos confidencias, está permitido.

Pero, ¿acaso no somos todos así? Decimos barbaridades acerca de otras personas a sus espaldas pero somos muy educados delante de ellas. Y no lo hacemos solamente por rencor, sino para expresar nuestras opiniones más sinceras sobre la gente más cercana a nosotros porque sabemos las razones y las circunstancias que causan estas opiniones (el contexto). Y, la verdad, como medio de comunicación es muy útil. No estoy intentando disculpar a nadie, es solo que estoy de acuerdo con que ciertas cosas es mejor dejarlas desconocidas para el público.

Es por esto que no apoyo al creciente coro de voces que defienden a Wikileaks. Si usted lo hace, entonces quizá podría repetir en público todo lo que dice en privado. En caso contrario, no sea hipócrita.

Musings from the Lion City señala que Estados Unidos pide opiniones a los diplomáticos singapurenses porque se considera que Singapur es el ‘más proestadounidense’ [5] del sudeste de Asia.

Creo que la razón por la cual Estados Unidos nos pidió nuestra valoración es simplemente porque Singapur es el país del sur de Asia más proestadounidense.

Tengo la impresión que se ha exagerado demasiado todo este asunto de Wikileaks. Lo más probable es que los comentarios de los diplomáticos no aviven tensiones en la región porque las habladurías son sólo eso. Lo que es peor, estos comentarios datan de hace dos años. Sí es cierto que son bochornosos, pero no es algo haga sentir asustados ni orgullosos a los singapurenses.

Yawning Bread interpreta los comentarios como un reflejo de la ‘vacuidad de nuestro sentido de importancia propia [6]’:

Lo preocupante es que nuestros representantes en el exterior pueden bien ser de escasa valía. Se limitan a repetir hechos de dominio público, secretos a voces o lo que está en boca de todos. No parecen tener una percepción especialmente aguda ni osadía conceptual.

De hecho, es posible que incluso ellos mismos lo sepan, como prueba la rapidez con la que recurren a la hipérbole. Es precisamente cuando uno sabe interiormente que no tiene sustancia que le pone algo de color extra a la conversación.

Por lo tanto, estos cables indican que se trata de intentos de impresionar a los estadounidenses con nuestros «conocimientos» de la región mediante observaciones exageradas. Pero la falta de sustancia y el tono desdeñoso tan solo revelan la vacuidad de nuestro sentido de importancia propia y refuerzan aún más nuestra vergonzosa veta de arrogancia.

Senang Diri opina [7] que los diplomáticos ofrecieron una valoración franca y creíble de la situación en la región:

Los comentarios que se han hecho hasta ahora no son necesariamente algo negativo para Singapur. Hubiera sido mucho más perjudicial, por no decir bochornoso, si se hubiera mostrado a sus diplomáticos como idiotas incompetentes cuyas opiniones solo tendrían utilidad en una película de risa. Afortunadamente, estos destapes de Wikileaks muestran que en privado, nuestros diplomáticos realmente destacan.

Singapore Notes conmina a los dignatarios del Gobierno a ‘atarse la lengua’ [8] durante las ‘conversaciones de salón’:

Está confirmado. El Síndrome del Bocazas (SB) es contagioso y más virulento que la misma H1N1. La seguridad de nuestra nación se ve amenazada por personajes cuyo defecto consiste en moverse por el escenario mundial sedientos de adulación. El ministro de Asuntos Exteriores George Yeo declara que no hay que preocuparse por las «conversaciones de salón», y asegura que estos funcionarios reciben salarios astronómicos por consumir alcohol a expensas de los contribuyentes. Lo menos que podían hacer es aprender a aguantar el trago y a atarse la lengua.