En diciembre se presentó en el parlamento de Malasia una moción destinada a suspender por seis meses al lider de la oposición Anwar Ibrahim por asociar el concepto 1Malasia del Primer Ministro Najib Razak al concepto de «Un Israel».
Por un lado algunos sienten que la suspensión de Anwar junto a otros tres diputados (también suspendidos después de criticar la investigación parlamentaria disciplinaria) fue injustificada.
Ghkok dice (ing):
Esto es el resultado de 53 años de gobierno de un sólo partido. Se reproduce la arrogancia y la opresión, es como una enfermedad. No hay respeto por los miembros del parlamento legítimamente elegidos por el rakyat y que han planteado una cuestión legítima en el Parlamento (donde debería ser planteado).
Khoo Kay Peng también cree (ing) que fue una decisión que no beneficiará al país:
La moción de suspender a los diputados de oposición Anwar Ibrahim, Singh Karpal, Sivarasah y Ali Azmin del parlamento durante seis meses es un buen ejemplo de abuso de la mayoría parlamentaria.
La moción de Barisan se aprobó fácilmente por mayoría en el Parlamento. La consecuencia es grave y lamentable para nuestra democracia parlamentaria.
La sesión de agosto será afectada por la enfermedad de Perak, que ha traído, hasta el momento, el caos a todas las sesiones. Imagínese ¿qué le puede hacer un día completo sentado en la Asamblea de Estado a un saludable debate sobre importantes proyectos de ley y decisiones presupuestarias? Nada.
Sin embargo, existe también el sentimiento de que la oposición (Pakatan Rakyat) no es diferente del Gobierno Barisan Nasional, como el que Charles Hector compartió (ing).
Al suspender (a un Miembro del Parlamento), usted le niega a la gente de una circunscripción en particular la posibilidad de participar en el proceso de la Asamblea Legislativa nacional …
Pakatan Rakyat debería haber sido mejor que el BN (Barisan Nasional) – pero, ¡ay! ellos abusaron de su poder cuando mantuvieron BN ADUNs (Estado asambleísta) fuera de las actas de la Asamblea Legislativa del estado de Selangor.
El blogger Biggum Dogmannsteinberg comparte la misma opinión (ing).
El hecho permanece: Al ex-convicto-por-abuso-de-poder Anwar «Drama King» Ibrahim se le dio una semana para presentarse con evidencias y fundamentar sus reclamaciones a los derechos del Parlamento y Selecto comité de privilegios sobre las acusaciones del «Apco-gate». Con vehemencia se negó a hacerlo. Fuertes sospechas apuntan hacia su estrategia de siempre, «política de odio», usada en los últimos doce años: lanza acusaciones infundadas y sensacionalistas y cualquier medida que se tome en su contra las discute en los medios de comunicación, especialmente extranjeros, basado en que es víctima de «hegemonía».
Nada nuevo. Hemos visto todo.
La oposición también ha marchado a la Comisión de Derechos Humanos de Malasia para protestar contra la suspensión y tiene previsto presentar un recurso judicial sobre el asunto.
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