Durante la última semana de un febrero ajetreado en Oriente Medio y África del Norte, muchos han tuiteado y retuiteado la frase epigramática atribuida al icónico portavoz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Subcomandante Marcos.
El tuit, que ha circulado también traducido por usuarios como @EagleIreports, @culturatist, @paperstargirl y muchos otros, dice: «Sentimos las molestias, pero esto es una revolución». Es muy evidente que el mensaje puede aplicarse a las circunstancias en Túnez, Egipto, Libia y otros lugares de la región. En México, el Subcomandante había pasado a ser centro de las discusiones ciudadanas con la reciente publicación de una carta acerca del actual problema del país con el crimen organizado derivado de la droga.
El Subcomandante Marcos
Aquellos que buscan un rumbo nuevo en Marcos, en su rol en la insurgencia zapatista y en su campaña en curso por los derechos humanos de los indígenas del sureste de México sólo necesitan ver una entrevista reciente con Marcos donde habla de la larga lucha por la dignidad de los olvidados de la sociedad mexicana en la historia del Zapatismo.
Dado que lectores de todas partes del mundo han captado el humor y la urgencia de la frase «Sentimos las molestias, pero esto es una revolución», pueden responder ahora bajo una nueva perspectiva a la frase que dijo Marcos en la entrevista de que «la Historia es un campo de batalla en esta guerra».
La última carta: «Sobre las guerras»
Sin embargo, el 14 de febrero, la página web Enlace Zapatista, brazo online del EZN, abrió otro frente con la publicación de «Sobre las Guerras». Traducido al inglés por el bloguero Kristin Bricker [en], tiene el nombre completo de «Fragmento de la carta primera del SCI Marcos a Don Luis Villoro, inicio del intercambio epistolar sobre Ética y Política». El texto, con fecha de enero-febrero del 2011, es la segunda parte de cuatro que aparecerán en el próximo número de la revista Rebeldía.
El destinatario de la carta, Don Luis Villoro, ha sido durante mucho tiempo profesor de la UNAM y autor de Los retos de la sociedad por venir (enlace desactivado). La correspondencia tiene un punto referencial, un intercambio de cartas anterior entre Marcos y el autor John Berger.
Lectores familiarizados con Marcos y EZLN (que no ha estado involucrado en operaciones militares desde el levantamiento de Chiapas en enero de 1994) pueden anticipar algunos de sus argumentos: que Estados Unidos será el único ganador en la guerra de las drogas mexicana; que la batalla contra el crimen organizado del Presidente Calderón está destinada al fracaso porque está concebida «no como una solución al problema de la seguridad sino al de la legitimidad». Los detalles del lenguaje de Marcos en este fragmento de la carta a Villoro hacen imposible un resumen fácil.
Le siguen varias citas de la traducción de Bricker al fragmento de la primera carta [el texto está en Enlace Zapatista]. Global Voices actualizará la correspondencia a medida que vaya apareciendo:
Como pueblos originarios mexicanos y como EZLN algo podemos decir sobre la guerra. Sobre todo si se libra en nuestra geografía y en este calendario: México, inicios del siglo XXI…
Y en todo México, gracias al patrocinio de Felipe Calderón Hinojosa, no tenemos que recurrir a la geografía del Medio Oriente para reflexionar críticamente sobre la guerra. Ya no es necesario remontar el calendario hasta Vietnam, Playa Girón, siempre Palestina.
Y no menciono a Chiapas y la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas, porque ya se sabe que no están de moda, (para eso el gobierno del estado de Chiapas se ha gastado bastante dinero en conseguir que los medios no lo pongan en el horizonte de la guerra, sino de los “avances” en la producción de biodiesel, el “buen” trato a los migrantes, los “éxitos” agrícolas y otros cuentos engañabobos vendidos a consejos de redacción que firman como propios los boletines gubernamentales pobres en redacción y argumentos).
La irrupción de la guerra en la vida cotidiana del México actual no viene de una insurrección, ni de movimientos independentistas o revolucionarios que se disputen su reedición en el calendario 100 o 200 años después. Viene, como todas las guerras de conquista, desde arriba, desde el Poder.
Y esta guerra tiene en Felipe Calderón Hinojosa su iniciador y promotor institucional (y ahora vergonzante).
Quien se posesionó de la titularidad del ejecutivo federal por la vía del facto, no se contentó con el respaldo mediático y tuvo que recurrir a algo más para distraer la atención y evadir el masivo cuestionamiento a su legitimidad: la guerra.
Cuando Felipe Calderón Hinojosa hizo suya la proclama de Theodore Roosevelt (algunos adjudican la sentencia a Henry Cabot Lodge) de “este país necesita una guerra”, recibió la desconfianza medrosa de los empresarios mexicanos, la entusiasta aprobación de los altos mandos militares y el aplauso nutrido de quien realmente manda: el capital extranjero.
No es poco lo que está en juego:
En los primeros 4 años de la “guerra contra el crimen organizado” (2007-2010), las principales entidades gubernamentales encargadas (Secretaría de la Defensa Nacional –es decir: ejército y fuerza aérea-, Secretaría de Marina, Procuraduría General de la República y Secretaría de Seguridad Pública) recibieron del Presupuesto de Egresos de la Federación una cantidad superior a los 366 mil millones de pesos (unos 30 mil millones de dólares al tipo de cambio actual). Las 4 dependencias gubernamentales federales recibieron: en 2007 más de 71 mil millones de pesos; en 2008 más de 80 mil millones; en 2009 más de 113 mil millones y en 2010 fueron más de 102 mil millones de pesos. A esto habrá que sumar los más de 121 mil millones de pesos (unos 10 mil millones de dólares) que recibirán en este año del 2011.
Esta guerra (que está perdida para el gobierno desde que se concibió, no como una solución a un problema de inseguridad, sino a un problema de legitimidad cuestionada), está destruyendo el último reducto que le queda a una Nación: el tejido social.
¿Qué mejor guerra para los Estados Unidos que una que le otorgue ganancias, territorio y control político y militar sin las incómodas “body bags” y los lisiados de guerra que le llegaron, antes, de Vietnam y ahora de Irak y Afganistán?
Las revelaciones de Wikileaks sobre las opiniones en el alto mando norteamericano acerca de las “deficiencias” del aparato represivo mexicano (su ineficacia y su contubernio con la delincuencia), no son nuevas. No sólo en el común de la gente, sino en altas esferas del gobierno y del Poder en México esto es una certeza. La broma de que es una guerra dispareja porque el crimen organizado sí está organizado y el gobierno mexicano está desorganizado, es una lúgubre verdad.
Lo que hay es una imposición, por la fuerza de las armas, del miedo como imagen colectiva, de la incertidumbre y la vulnerabilidad como espejos en los que esos colectivos se reflejan.
¿Qué relaciones sociales se pueden mantener o tejer si el miedo es la imagen dominante con la cual se puede identificar un grupo social, si el sentido de comunidad se rompe al grito de “sálvese quien pueda”?
De esta guerra no sólo van a resultar miles de muertos… y jugosas ganancias económicas.
También, y sobre todo, va a resultar una nación destruida, despoblada, rota irremediablemente.
[…]
Vale, Don Luis. Salud y que la reflexión crítica anime nuevos pasos.
Hasta la fecha, la carta ha circulado por Twitter por medio de ennlaces que ha provisto @burgerchrist y muchos otros. Ha sido reproducida en montones de blogs, incluyendo My Word is my Weapon (que lleva el propio Bricker), Censored News, The Speed of Dreams y el Kilombo.
El post que ha generado más comentarios (incluyendo algunos llenos de odio) puede verse en el blog del Narco, que selecciona varios pasajes de la carta y ofrece enlaces a los asuntos clave. Los 946 comentarios (el 26 de febrero del 2011) son una lectura difícil y aveces pavorosa (un ejemplo es la respuesta publicada por nuek). Otros, como éste de Rvillareal, son mucho más pragmáticos:
El hecho es que Calderon ha actuado de una forma pertinente. La guerra es dura y el país no lo es. No estamos listos para una guerra como ésta, simplemente atacó desprevenidamente.