Ecuador: Nuevos desarrollos y ciberactivismo en caso Chevron

Luego de un fallo judicial histórico en contra de la petrolera Chevron, la noticia del caso ha vuelto a las redes sociales. El 14 de febrero un juez ecuatoriano sentenció que la petrolera tendría que pagar más de US$9.5 millones por daños ambientales. Casi un mes más tarde, el 13 de marzo, BBC Mundo reportó que Chevron apeló contra la sentencia. A estas noticias se suma el bloqueo por parte de un juez de Estados Unidos del pago de la indemnización por daños ambientales, y acusaciones sobre el financiamiento de los abogados de las comunidades ecuatorianas y de fraude en el fallo ecuatoriano.

Estas noticias han hecho que el mundo vuelva a prestar atención al caso. Por medio de internet, ciudadanía y activistas participan en campañas en línea y comparten información. Un ejemplo es la página Texaco Tóxico del Frente de Defensa de la Amazonía, que incluye investigaciones, videos, y abundante material para lo que denominan «el peor desastre petrolero del mundo»:

Ecuador es actualmente el sitio de lo que expertos reconocen como el peor desastre petrolero del mundo, ahora llamado “el Chernobyl de la Amazonía,” por una contaminación desastrosa dejada por la transnacional Texaco (ahora Chevron).

El usuario de YouTube reimond87 comparte videos relacionados, como un video de Amazon Watch que explica el caso en sus inicios y muestra cómo ha afectado la contaminación a la población local.

Crudo en una piscina tóxica cerca de Lago Agrio en la Amazonía ecuatoriana. Imagen de Rainforest Action Network on Flickr. (CC BY-NC 2.0)

Un análisis que se encuentra en varias páginas de internet es el de Joan Martinez, académico español que ha seguido el caso. Martinez analiza detalladamente las debilidades y fortalezas del fallo contra la petrolera e indica:

Texaco no pagó en su momento los costos que hubiera debido pagar para que sus operaciones no causaran daños (echando el agua de formación en piscinas que se desbordan, quemando el gas…), usando prácticas que nunca hubieran sido aceptadas en su país de origen y que sabía que eran dañinas. Esos costos no pagados supusieron unos beneficios mayores para Texaco, un enriquecimiento adicional que le permitió repartir dividendos a accionistas y hacer otras inversiones, lo que a su vez contribuyó al crecimiento económico de la empresa.

Tres son los principales argumentos que los activistas ambientalistas analizan en este caso: el daño ambiental a la Amazonía y la depredación de una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta, las acusaciones de enriquecimiento ilícito contra la empresa petrolera que ha sumado millonarias ganancias a un alto costo ambiental, y el daño irreparable a las comunidades y habitantes de la zona.

En esta región viven cinco nacionalidades indígenas: Siona, Secoya, Cofán,  Huaorani y Kichwa del oriente que han visto afectados sus sistemas de vida y peligrar su cultura. Sumado a los colonos (habitantes mestizos de la Amazonía), las personas afectadas suman más de 30.000. Amnistía Internacional cuestiona la situación con la pregunta «¿Derechos Petroleros o Derechos Humanos?»:

Amnistía Internacional está realmente preocupada por el estado de los derechos humanos de las poblaciones indígenas y de los grupos ecologistas en el Ecuador. Por más de cuatro décadas, las comunidades indígenas han sido testigos de cómo las multinacionales petroleras se han abierto paso a través de sus territorios ancestrales y de la selva Amazónica en busca de los vastos recursos petroleros del país.

Pese a las millonarias ganancias producto del petróleo, los niveles de pobreza en la Amazonía, sobre todo en las provincias petroleras de Sucumbíos y Orellana, son más elevados que en el resto del Ecuador. El economista ecuatoriano Alberto Acosta comenta:

Para los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana, el choque con la civilización occidental, en su peor versión la petrolera, ha significado un cambio radical en su vida e incluso la perdida de vida. No sólo dichos pueblos, también los colonos de la Amazonía norte del Ecuador han sufrido un sinnúmero de atropellos a sus derechos elementales.

Acosta también alude a un tema ocultado en la depredación ambiental: la violencia y explotación sexual de mujeres y niñas asociada a la extracción del petroleo en la Amazonía ecuatoriana, y el impacto en la salud de mujeres indígenas y colonas.

Una sentencia histórica

La sentencia dictada el 14 de febrero por el tribunal en Lago Agrio contra la petrolera es considerada histórica por los movimientos ecologistas. Sin embargo, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya prohibió temporalmente la aplicación de cualquier sentencia que emitiera el tribunal ecuatoriano contra Chevron. El proceso continúa y habrá que esperar varios años las decisiones sobre las apelaciones y otros recursos que impondrán las partes involucradas en el fallo judicial.

Las redes sociales en Ecuador han reaccionado con cautela. Pero el tema tiene un fuerte activismo en los Estados Unidos, como se ve en la página de Facebook «We can change Chevron» [en] (Podemos cambiar a Chevron), el blog The Chevron Pit [en], o en las 26.194 firmas en la página de peticiones Care2 [en] para que Chevron restaure la salud y el ambiente de las comunidades en la amazonía ecuatoriana.

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