Marruecos: Vientos de cambio

Durante el último mes, los marroquíes han tomado las calles para exigir una reforma de su constitución y el establecimiento de un sistema parlamentario democrático. El 10 de marzo, el monarca del país, el rey Mohammed VI, dio un discurso en el cual prometió la revisión de la constitución, además del referéndum sobre la regionalización, garantizando la separación de poderes y el fortalecimiento del rol de un primer ministro y parlamento electo.

Ahmed Benchemsi, el conocido periodista marroquí, publicó un artículo en Le Monde, que luego fue publicado en inglés en la página web de la Universidad de Standford [en], donde es profesor visitante. En tal artículo concluyó:

Young Moroccans continue to protest for democracy, Rabat, Morocco. Image by Zacarias Garcia, copyright Demotix (20/03/11).

Jóvenes marroquíes continúan protestando por la democracia, Rabat, Marruecos. Imagen por ZacariasGarcia, copyright Demotix (20/03/11).

Sin embargo, a pesar de su discurso y su comisión poco creíble, Mohammed VI se ha puesto a él mismo en una posición difícil. Cualquiera que sea el borrador final de la constitución, tendrá que ser validado a través de un  referéndum. Aunque sea solo por eso, el rey se verá forzado a abrir el sistema de una manera u otra. El tener activistas del «No» hablando en televisón pública, ya significaría un reto al supuestamente intocable “sagrado” paradigma. ¿Cómo puede el palacio real permitir que algunos marroquíes puedan rechazar una proposición del comandante de los fieles?. Puesta bajo presión, la monarquía está llegando a su última contradicción: ¿Sagrada o democrática? Ahora es el momento de elegir…

…Protestas de mayor escala estaban programadas a partir del 20 de marzo. Al parecer el gobierno no tiene buenas opciones. Dejar caer la máscara haciendo frente a los manifestantes con brutal represión podría ocasionar que su ira se eleve. Hasta ahora, el rey mismo ha sido salvado por los slogans de la calle. Esto podría cambiar, preparando el camino a un escenario similar al egipcio, indudablemente la peor pesadilla de las autoridades. Por otro lado, permitir que las manifestaciones ocurran libremente podría darle poder a la gente y animarlos más a tomar las calles, aumentando así la presión sobre la monarquía.

Tarde o temprano, Mohammed VI tendrá que hacer nuevas concesiones. ¿Cuándo y en qué medida?. La situación altamente inestable hace que esto sea difícil de predecir. Pero una cosa es cierta: La democrática caja de Pandora está abierta y no se cerrará nuevamente.

De hecho, el 20 de marzo marcó otro día de protesta en todo el reino de Marruecos. Las protestas pacíficas, que tomaron lugar en ciudades grandes y pequeñas, fueron documentadas a través de Twitter, Facebook, YouTube y otros lugares, inspirando a bloggers en Marruecos y en la diáspora a compartir sus pensamientos.

Myrtus, quien reside en Estados Unidos, elogió a sus compatriotas marroquíes escribiendo [en]:

Yo creo que Marruecos es otro ejemplo que pasará a la historia como una revolución pacífica… que de por sí es algo única en y por sí misma, pues se puso en marcha años atrás con las reformas del nuevo rey y gradualmente se transformó en lo que es ahora, sin lugar a dudas influyó la transición de curso de manera acelerada por los vientos de cambio que han recorrido la región en los meses recientes.

Laila Lalami, publicando en Twitter, definitivamente ve el cambio [en] venir:

Uno sabe que las cosas están cambiando en Marruecos cuando periodistas de la agencia oficial van de huelga y obtienen apoyo de las personas que usualmente ellos calumnian.

Mahmoud Seddik en su blog Flow of Soul, expresa [en] lo que observa como una frustración nacional:

Quien posee una visión limitada, es aquel que  restringe las demandas de los marroquíes a cuestión de alimentos básicos y ciertas enmiendas políticas. De hecho, el impulso por el cual la gente salió a las calles el 20 de febrero no solo se dio debido a la esperanza legítima por el bienestar social, sino también al alivio psicológico. Es decir, estamos extremadamente necesitados de alegría.
Todo lo que necesitamos es un evento que sea celebrado por toda la nación en el que nos podamos divertir, regocijar y dar rienda suelta a nuestras emociones internas como verdaderos marroquíes.Todos nosotros queremos sentir el sabor de la unidad y de pertenencia a una misma nación no mediante constantes privaciones y fracasos, si no a través de experimentar momentos de júbilo, alegría y el placer de disfrutar una verdadera festividad nacional. En resumen, nuestra crisis no es solo económica y social, también es una crisis de felicidad.

Bajo el actual régimen y por décadas, la felicidad nacional ha sido considerada como un lujo que obtener. La alegría abandonó nuestros corazones por años; el júbilo desapareció de nuestras calles y el deleite ha sido un mero rumor. Nos convertimos en presa fácil del desánimo, del estrés y de la insatisfacción. Resoplidos y suspiros han sido parte del diario lenguaje marroquí, mientras que fruncir el ceño ha salpicado a cada rostro marroquí.

The Moorish Wanderer presenta un «manifiesto radical» [en], en el que se enfoca en la agenda de una política específica en lugar del simbolismo político, algo que él contempla como una falta de las organizaciones políticas marroquíes. En el manifiesto, el propone tres recomendaciones [abreviado]:

I. Distribución de poder político: No podemos seguir así. Es una contradicción flagrante a los procedimientos básicos democráticos el tener una monarquía que concentra todo tipo de legitimidad. Se podría decir que el poder hegemónico no interrumpe el disenso a través de la represión, sino mediante la negación de cualquier mecanismo concebible que permita que esta oposición  acceda al poder. Como Mohamed Sassi expresó de la manera más elegante, el único compromiso viable entre la monarquía hereditaria y la verdadera democracia es una monarquía parlamentaria.

II. El proyecto social: la Sociedad Abierta; vivir en una sociedad islámica estricta resulta una pesadilla para aquellos que no son musulmanes. Vivir en una sociedad abierta no es más que una molestia para el verdadero creyente. La diversidad política exige diversidad social de la misma manera. El mito de Umma desde hace tiempo se derrumbó (con el nasserismo panarabismo, como con el Islamic Internationale. Las naciones de Marruecos (créanme, el plural no es un error) tienen una fuerte identidad islámica; sin embargo, esta se ha tornado a una serie de rituales (que integran creencias islámicas y paganas que los conquistadores árabes fallaron en remover y con las que tuvieron que lidiar.

III. Renovación económica: los economistas en Marruecos (aquellos con una visión seria de la economía) hacen lo mejor posible para desengañar al pueblo: Marruecos se ha transformado en una economía rentista. Su estructura no busca cambio ni renovación. De principio a fin, la tendencia está a favor de lo ‘seguro’: el servicio público para los desempleados, los monopolios privados y la inversión improductiva para los ricos. Los números no están a favor de la economía de Marruecos; No obstante, se están sosteniendo buenos niveles de crecimiento económico pero, los beneficios de la expansión aun están concentrados en un núcleo de pocos privilegiados (un 10% de los más ricos perciben el 40% del ingreso disponible de Marruecos)

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