El lunes 21 de marzo del 2011, el presidente de los Estados Unidos Barak Obama abandonó Brasil, país que fue su primera parada en la rápida gira por Latinoamerica programada para estrechar los lazos económicos con los países del área. Más tarde Obama se dirigió hacia Santiago de Chile y luego continuó hacia El Salvador.

Se esperaba que la primera visita del Presidente Obama a Brasil fuera una celebración, sin embargo fue marcada por la controversial decisión del gobierno de los Estados Unidos de intervenir militarmente en Libia, el ¨encubrimiento¨ de un barrio pobre o  favela y la represión policial de los manifestantes.

Obama vete a casa

Incluso antes de tocar suelo brasileño, la visita de Obama ya estaba causando controversia. En la noche del 18 de marzo del 2011, las protestas afuera del Consulado de los Estados Unidos en Río de Janeiro terminaron en violencia. De los más de 300 activistas presentes en las protestas, 13 fueron arrestados después de que una bomba Molotov fuera arrojada al Consulado, de acuerdo con informes de la policía, que reaccionó lanzando balas de hule, aerosol de pimienta y gas lacrimógeno.

El video que se muestra arriba, publicado en Youtube el 18 de marzo del 2011, muestra a los manifestantes cantando consignas en contra de la visita de Obama, el supuesto interés de los Estados Unidos en el petróleo brasileño y el inminente ataque a Libia. El sonido de las explosiones duró un minuto y 45 segundos y fue seguido por el sonido de los manifestantes huyendo.

En los comentarios, el usuario llamado graficautopica [pt] niega la versión de la policía:

Este espíritu pacífico era compartido por los manifestantes. Entendemos que convertir una protesta en una batalla favorecería solamente al imperialismo, evitando que se discutan las verdaderas intenciones detrás de la visita. Por lo tanto, desconocemos las identidades de los autores del ataque y queremos declarar públicamente nuestras sospechas de que los perpetradores se infiltraron para provocar el ataque con este objetivo.

Las personas detenidas durante el ataque fueron acusadas de causar daño corporal, intento de incendio y conspiración. En la blogósfera los están llamando prisioneros políticos. Para Anderson Balotta [pt], el caso ha sido explicado escuetamente:

Por lo que pude observar, es un arbitrario encarcelamiento el de los militantes que se encontraban en el lugar equivocado y en el momento equivocado, y que terminaron de chivos expiatorios. Nuevos prisioneros políticos en un país democrático coincidiendo así con la visita de Obama, hacen que la contradicción se vea más clara, che cosa bella, mia gente!

No esperen escuchar una opinión de un medio de comunicación famoso (porque ellos están muy ocupados transmitiendo la noticia de lo bella que fue la visita de Obama).

Aproximadamente una hora después de que Barack Obama dejara Brasil, la Corte ordenó la liberación de los manifestantes, quienes ya se encuentran libres.

Entre Dilma y Libia

La primera etapa del viaje a Brasilia fue marcada por la decisión del presidente Obama de lanzar una ofensiva militar en contra de Libia [pt]. De acuerdo con el periódico Folha de São Paulo, durante una reunión con la Presidente Dilma Rousseff, Obama recibió una nota y reaccionó advirtiendo que se debería tomar «medidas».

Para José Reinaldo Carvalho [pt], editor del sitio Vermelho (Rojo) Obama deshonró a Brasil al declarar una «guerra disfrazada de causa humanitaria» allí:

Adoptando una actitud que viola las reglas de hospitalidad y restringiendo al país anfitrión, Obama simplemente deshonró a Brasil al declarar la guerra cuando se encontraba en un país que, por principio constitucional y por tradición, aboga por la resolución pacífica de conflictos internacionales. El presidente de los Estados Unidos ignoró el hecho que Brasil se abstuvo de votar en la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que abrió un camino legal para la agresión, «por no estar seguro de que el uso de la fuerza fuera el mejor camino», como lo explicó por el embajador Viotti, representante de Brasil ante las Naciones Unidas.

Para que los norteamericanos lo vean

El presidente Obama realizó un frenético viaje al barrio pobre o favela llamado Cidade de Deus (Ciudad de Dios), y su visita relámpago generó nueva controversia. Los residentes se quejaron del «mejoramiento» de la favela realizado solamente para hacer que se viera más presentable y criticaron las medidas de seguridad impuestas por la Casa Blanca. Entre estas medidas estaban la colocación de un cordón de seguridad de 300 metros de largo que obligó a muchos residentes a dejar sus hogares, y de los registros personales impuestos a todos los residentes, incluyendo niños.

Para enfrentar estas demandas, la Central Unica de las Favelas de Río, se retiró de la organización del acto, negándose a ser “usada como escenario exótico ” [pt]. Su fundador Celso Athayde, expresó su frustración [pt] a través de varios mensajes enviados por Twitter:

Voy a mandar mensajes de Twitter al Consulado recordándole que no debería echar a la gente de sus casas, ni tampoco registrar a niños de tres años en sus propios hogares.

A continuación está el resumen de la visita [pt] desde el punto de vista de los residentes:

Muy bien, voy a ir a tu casa, pero cuando no te encuentres en ella. Si se trata de una cuestión de seguridad, entonces regrésate a la Casa Blanca, hermano.

Un video de la limpieza de la favela [pt] publicado en el blog A Voz da Cidade de Deus (La Voz de la Ciudad de Dios), muestra lo que no se mostró en televisión:

Muestra, sin encubrir nada, lo que pasó detrás de las cámaras del evento, la frustración de los residentes de la comunidad por no haber visto al presidente de los Estados Unidos. El video también muestra a un residente quejándose de haber sido agredido por un oficial de policía.

En resumen

Resumiendo los principales acontecimientos relacionados con la visita, Cristina Rodrigues [pt] señaló lo que ella llama el retroceso de la política exterior de Brasil:

Para poder participar en el evento de la visita de Barack Obama, nuestros ministros fueron registrados por los norteamericanos en territorio brasileño. Por miedo a que el presidente Obama fuera abucheado su séquito canceló, a último minuto, su discurso en público, y el Teatro Municipal fue obligado a cancelar su programa  para recibir al presidente norteamericano. Los residentes de Ciudad de Dios fueron obligados a dejar sus hogares (!!) para que Obama pudiera atravesar la favela. Todo eso sin mencionar el hecho de que fue aquí desde donde Obama ordenó la invasión de Libia.

El problema no está en mostrarle prestigio al presidente de otro país, ni tampoco en crear condiciones especiales para que una ciudad pueda recibir a esta clase de líder con seguridad y comodidad y accediendo a algunos de sus deseos. El problema reside en las demandas realizadas por este líder y la necesidad de un país de degradarse para complacerlas. Un gobierno soberano no debería permitir que esto sucediera.

Obama y el Cristo Redentor, on Twitpic, publicado por @anglinho

Rudá Ricci [pt] no sabe cómo evaluar la visita de Obama que, en su opinión, puso en evidencia la pobreza editorial de la prensa brasileña:

No logramos descubrir por qué Obama fue tan duramente criticado en su país de orígen por estar aquí y tampoco descubrimos sus motivos. ¿Sus planes?, ¿la incorporación efectiva del país al eje internacional liderado por los Estados Unidos? ¿Pré-Sal (campos de petróleo)?; análisis de los acuerdos asignados. Si no sabemos claramente cuáles eran sus objetivos, no podemos analizar su éxito.