Este post forma parte de nuestra cobertura especial para la Revolución en Egipto 2011.
Tras más o menos un mes de la caída de Hosni Mubarak, los egipcios han votado enmiendas constitucionales el sábado 19 de marzo. El referéndum se hace para un grupo de artículos de la Constitución en los que se tratan las elecciones a la Presidencia y al Parlamento, así como los requisitos que deben cumplir los candidatos.
El blogger egipcio, Raafatology [en], escribió aquí sobre el primer referéndum que ha presenciado su generación sin saber el resultado de antemano:
¡Esta votación será la primera de mi generación que no lleve el nombre de Mubarak escrito en ningún sitio!
Los quince días antes del referéndum hubo enormes debates por todo Egipto sobre si las enmiendas serían aceptadas o no. Algunos pensaban que algunos de los artículos enmendados eran confusos (ar), mientras que otros los rechazaban (en). Algunos querían votar «sí» a pesar de estar en desacuerdo con todos los artículos (ar), para así ayudar a acelerar el proceso de elecciones para que las parlamentarias pudieran tener lugar en septiembre, seguidas poco después por las presidenciales. El resultado sería alcanzar la estabilidad política y económica cuanto antes. Mientras tanto, otros creían que esta era la mejor oportunidad posible para escribir una Consitución totalmente nueva (en), y se reservaban el miedo a que unas elecciones parlamentarias anticipadas acabaran también con un parlamento formado sólo por las dos únicas fuerzas políticas preparadas de Egipto: los Hermanos Musulmanes y el Partido Nacional Democrático de Mubarak. Algunos decidieron votar por las enmiendas porque tenían un miedo fundado a que mayores retrasos resultasen en una intervención militar que tomase el poder para siempre (en).
Alaa Abdel Fattah escribió aquí (ar) sobre la división que tuvo lugar entre los sublevados sobre el referéndum:
الانقسام ده معبر عنه في جدل التعديلات الدستورية و هل نصوت بنعم أم لا
Dicha división se percibe claramente en nuestro debate sobre las enmiendas constitucionales y sobre si deberíamos votar a favor o en contra de las mismas.
Fuera de la blogosfera tuvo lugar una discusión paralela, en la que a veces se usaron trucos sucios.
Se crearon una serie de anuncios de vídeo en los que se describían las enmiendas a la Constitución como una suerte de engaño. Uno o dos de ellos las comparaban a bienes de poco valor vendidos a un cliente sin que éste se percatara. Otro, sin embargo, fue criticado por hacer uso inapropiado de la sexualidad femenina. Fatma Emam escribió sobre el anuncio aquí (en):
Mi amiga Doaa Abd elAal (en) me ha enviado un vídeo sobre las enmiendas constitucionales, tema candente en Egipto. La oposición a estas enmiendas opinó que era una reconstrucción de la Constitución, si bien el término utilizado en árabe fue «Terqee'», es decir, reconstrucción del himen. Esto se reflejó en un vídeo en el que aparecía una mujer que parecía no ser «lo suficientemente buena» para los estándares conservadores de Egipto. Se decía de ella que hacía todo aquello que quería, es decir, que tenía relaciones prematrimoniales. En la siguiente escena se mostraba a una pareja de recién casados y el vídeo terminaba con las palabras: «Te mereces algo mejor».
En resumidas cuentas, es sexismo. El anuncio utilizaba la sexualidad femenina y juzgaba a aquellas mujeres cuyas elecciones no aprueba la sociedad egipcia.
Algunos islamistas que estaban a favor del sí trataron de convencer a la gente a través de la religión. Algunas de las afirmaciones religiosas que utilizaron no eran ni tan siquiera correctas, pero de todas formas se usaron para fomentar el debate. Un anuncio impreso (ar) que fue publicado en los periódicos comunicaba a la gente que, de acuerdo con el islam, están obligados a votar sí. Por otra parte, algunos cristianos fueron también acusados de utilizar la religión para convencer a la gente. Hend Sallam escribió aquí sobre el uso de la religión (en).
Una de las objeciones más importantes al referéndum del sábado es la campaña de algunos grupos religiosos para que sus seguidores voten sí por motivos de credo. Los Hermanos Musumanes distribuyeron muchos folletos animando a la gente a votar a favor de las enmiendas, mientras que los salafistas dijeron a sus seguidores que si no votaban a favor, se cancelaría el Artículo 2 de la Constitución. El Artículo 2 afirma que el islam es la religión del Estado y que la ley islámica «Sharia» es la principal fuente de legislación.
En cambio, muchos cristianos coptos pidieron el voto en contra debido a su deseo de una Constitución completamente nueva, ya que no se consideran ciudadanos de pleno derecho con la Constitución vigente.
El Observatorio Islámico Anti-Cristiano (ar) categorizó bajo su propio punto de vista a los que están a favor y a los que están en contra de las enmiendas:
تجمعهم قواسم مشتركة وإن اختلفوا في كثير من مشاربهم ومناهجهم .
الخط الأول: يجمع شتات الإسلاميين وأبرزهم السلفيون والإخوان المسلمون والذين يدعون إلى الموافقة على التعديلات الدستورية.
الخط الثاني: يندرج تحته في المقام الأول النصارى تقودهم الكنيسة الأرثوذوكسية و أقباط المهجر, ثم الأحزاب الكرتونية التي كانت جزءا من النظام القديم , وأتباع البرادعي وهؤلاء يجمعون ثلة من الليبراليين والعلمانيين والمغيبين وبعض «المثقفين» و يرفضون جميعا التعديلات الجديدة.
La primera corriente incluye todos los movimientos islámicos incluyendo a los salafistas, los Hermanos Musulmanes y a aquellos que piden el voto a favor de las enmiendas.
La segunda corriente incluye a los cristianos, liderados por la Iglesia Ortodoxa y los cristianos exiliados; a los partidos políticos que formaban parte del régimen anterior; a El-Baradei, seguido por los liberales, los seculares y los intelectuales, que están todos en contra de las enmiendas.
Hasta el día en que se anunciaron los resultados del referéndum, era difícil predecir el porcentaje exacto de aquellos que estaban a favor o en contra. En Twitter y en Facebook, el número de personas de ambos bandos era casi el mismo. Las fotos de perfil con logos rojos (en) de «Vota No» eran aún más comunes que los verdes. Numerosas personalidades, como El Baradei, Amr Moussa, Wael Ghonim (en) (administrador de la página de Facebook We Are All Khaled Said o Todos somos Khaled Said), junto con muchos otros escritores y artistas, declararon que iban a votar en contra. Ursula Lindsey escribió aquí (en) sobre la votación que tuvo lugar en la página de Facebook «We Are All Khaled Said» y sobre los resultados obtenidos:
El grupo We Are All Khaled Said ha realizado una votación con 18.000 participantes (¡me encanta que ahora hagamos votaciones, no importa lo poco rigurosas que sean!) y los resultados obtenidos son: 49% en contra; 36% a favor; 13% indecisos; 2% no va a votar.
De todos modos, en las calles estaba claro que la mayoría de los votantes iba a aceptar las enmiendas. Entonces llegó el día del referéndum, y más adelante los resultados fueron los que siguen (en), lo que demuestra una gran victoria para aquellos que apoyaron las enmiendas:
- El referéndum tuvo lugar en 43.059 comités
- Los que tenían derecho a voto eran 45 millones de personas
- El número de votantes fue de 18.537.000 o un 41.19%
- Los votos válidos fueron 18.366.000
- Los votos nulos fueron 171.000
- Los que votaron a favor de las enmiendas fueron 14.192.000 (un 77.2%)
- Los que votaron en contra de las enmiendas fueron 4.174.000 (un 21.8%)
A continuación, el desglose de la votación en todos los gobernoratos egipcios (en). El Cairo y Alejandría tuvieron el mayor número de votantes, mientras que Sinaí Sur tuvo el número más bajo.
Semejante diferencia en los resultados y las especulaciones que se crearon en internet hicieron que la gente cuestionara el efecto real que tiene esta herramienta y los medios de comunicación sobre la gente de la calle.
Sandmonkey escribió las razones para esta diferencia tan enorme. A continuación, un breve resumen de su blog [en]:
- ¿Cuántos egipcios se unieron a la protesta cuando estaba en su punto álgido? El día en que Mubarak dejó el cargo, se estimaba que había 10-20 millones de personas en la calle. ¿Qué son 20 millones comparados con 85? ¿Un 25%? Eso quiere decir que hay 65 millones que no se unieron a las protestas desde el principio y que, probablemente, echan de menos la estabilidad y la seguridad del antiguo régimen. Un 75% que está acostumbrado a decir SÍ, y no hay prueba alguna de que vayan a cambiar su modo de pensar o su comportamiento. Sin tener en cuenta aquellos de vosotros que votaréis a favor por vuestros propios motivos…
- EL CAIRO NO ES EGIPTO. Dejad ya el chauvinismo cairocentrista. Hay 25 millones de personas viviendo en El Cairo, mientras que 60 millones viven en otro sitio. Y, para ser sinceros, los que están en contra no han sabido hacer llegar su mensaje al resto del pueblo. No existe una campaña real, televisiva o de otro tipo, ni un auténtico debate.
- El Ejército, los Hermanos Musulmanes, los salafistas y el Partido Nacional Democrático (PND) buscaban el voto positivo. El Ejército, como siempre, tan sólo quería acabar con el problema lo antes posible, y si el voto a favor lo detenía sin mayores rompecabezas…
- Vosotros ya no representáis al pueblo. Ya no, al menos en lo que se refiere a sus preocupaciones. Vuestras preocupaciones y las suyas ya no son las mismas. Vosotros os preocupáis por la revolución, el arresto de personalidades del PND y de devolver al país a su ritmo habitual. A ellos les preocupan la seguridad económica, el retorno inmediato a la estabilidad y a la normalidad.
Zeinobia, por otra parte, expresó su ira y desacuerdo (en) con los que afirman que los que votan por las enmiendas han recibido un lavado de cerebro de los Hermanos Musulmanes o de los salafistas, o bien estaban en contra de la revolución desde un principio:
Para terminal, Lastodri escribió sobre el orgullo que sentía por ser egipcia debido a la votación realizada en esa atmósfera tan democrática [en].
Y Zeinobia añadió (en) que, incluso después de este referéndum, la revolución aún no ha terminado:
La revolución no ha terminado con la salida de Mubarak y la caída parcial de su régimen. Me temo que la revolución no termina con las enmiendas constitucionales. La revolución acabará cuando alcance su objetivo verdadero: la auténtica meta es un Egipto mejor.
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