- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Cuba: Contratista de E.U.A. sentenciado a 15 años de prisión

Categorías: Latinoamérica, Norteamérica, Cuba, Estados Unidos, Libertad de expresión, Relaciones internacionales, Tecnología

De acuerdo al diario cubano Granma [1], el contratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID [2], en) y ciudadano norteamericano, Alan Gross, fue sentenciado a 15 años de prisión en Cuba el 12 de marzo del 2011, luego de haber sido condenado por distribuir ilegalmente equipo de tecnología para información a cubanos.

De acuerdo a la decisión judicial en Cuba, esto constituye un “[acto] contra la independencia o integridad territorial del estado [3].”

Cuban flag. Image by Flickr user pietroizzo (CC BY-NC-SA 2.0). [4]

Bandera cubana. Imagen del usuario de Flickr pietroizzo (CC BY-NC-SA 2.0).

Las autoridades cubanas arrestaron a Gross en el Aeropuerto de la Habana, José Martí, el 3 de diciembre del 2009, cuando estaba intentando salir de Cuba después de su quinta visita a la isla. Gross habría comprado equipo tecnológico para unos pequeños grupos civiles [5] (en) mientras trabajaba como consultor para el Departamento de Alternativas, Inc. (DAI [6], en), una compañía de desarrollo internacional con fines de lucro que es subcontratista frecuente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Gross entró al país [7] (en) con visa de turista (en lugar de una visa especial para trabajadores humanitarios), y no tenía permiso del gobierno para distribuir estos materiales.

Estuvo detenido [8] (en) en una cárcel cubana de alta seguridad por quince meses, sin habérsele hecho ningún cargo formal, y su juicio de marzo del 2011 estuvo cerrado a los reporteros. Las autoridades cubanas han hecho sólo breves declaraciones sobre el proceso. La prensa que cubre el evento ha tenido que depender de los reportes de diferentes personajes involucrados, lo que ha llevado a un entendimiento público desigual sobre lo que Gross estaba haciendo exáctamente en Cuba.

El autor y experto en política cubana, Phil Peters, de Cuban Triangle [9] (Triángulo Cubano, en), ha expuesto varios vacíos en la cobertura principal del caso. Ha mostrado a sus lectores [10] (en) documentos tanto de USAID como de la legislación cubana que prueban que desde 1999 el gobierno de Cuba hizo ilegal el que cualquier cubano recibiera asistencia de algún programa de USAID. En un post escrito poco tiempo después del arresto de Gross, Peters comentó cómo veía el gobierno cubano este tipo de programas:

La Habana tiende a verlo [USAID] como parte de los 50 años de intermitentes esfuerzos estadounidenses de [lograr] un cambio de régimen…[ellos] juntan el actual programa con el embargo, Bahía de Cochinos, y una larga lista de esfuerzos encubiertos y abiertos de derrocar a su gobierno socialista.

Argumenta que a pesar de lo buenas que pudieron ser las intenciones de Gross, el programa para el que el trabajaba es visto como una fuerza de subversión en Cuba. Él escribió:

Una cosa es llevar a cabo programas sociales civiles en países donde el gobierno local no se opone, y otra muy distinta hacerlo en un país comunista que percibe el programa como una amenaza a su seguridad nacional.

Gross también es mencionado [11] (en) en el video viral “ciberguerra” publicado en febrero del 2011, el cuál mostraba al experto en ciber-seguridad cubano Eduardo Fontes [12] describiendo los esfuerzos de E.U.A. para debilitar al gobierno cubano a través de la instalación de puntos de red inalámbrica alrededor de la isla, como parte de una táctica de «ciberguerra».

¿La Seguridad Nacional en Riesgo?

¿Pero estaba realmente en peligro la seguridad nacional? Esto depende de si uno cree en el poder de las tecnologías de información y comunicación (TICs) en este contexto. Entonces, surge la siguiente pregunta: ¿qué fue lo que llevó exactamente Gross a Cuba? Sobre este tema, el bloguero y académico sobre Cuba Larry Press [13] (en) resalta que distintos medios reportaron artículos que van desde «equipos sofisticados de comunicación por satélite» (Raúl Castro, citado en el Washington Post [14] (en)), hasta “teléfonos celulares, computadores portátiles y otros equipos de comunicación» (The New York Times [15] (en)), pasando por “Estaciones satelitales terrestres BGAN» (El Progresso [16]). [Nota – BGAN son las siglas en inglés de Red Global de Banda Ancha (Broadband Global Area Network) [17] (en)]

Larry Press escribió [13] (en):

Asumamos que trajo de todo — teléfonos celulares, computadores portátiles, y estaciones de tierra BGAN, y que lo estaba haciendo bajo el contrato de USAID. ¿Cuánto daño pudo haber causado? Los teléfonos celulares y computadores portátiles están cada vez más disponibles en Cuba, así que… no habría marcado una diferencia significativa.  ¿Qué sucede con las estaciones terrestres BGAN que podrían ser usadas para conectividad clandestina a internet? He discutido sobre la capacidad de equipos de BGAN en un post previo [18] — unas pocas estaciones BGAN no hubieran causado un impacto práctico.

[…]

Sin tomar una posición sobre el derecho… de E.U.A. y USAID de inmiscuirse en asuntos cubanos, la eficacia de esa intromisión o de los motivos de Alan Gross, parece claro que lo que supuestamente intentó hacer no hubiera causado una diferencia si hubiera tenido éxito.

Sin tomar en cuenta el potencial impacto (real o imaginario) de lo que Gross intentó llevar a cabo, está claro que el gobierno de Cuba escogió enjuiciar a Gross porque representaba un ejemplo del programa que ellos ven como una amenaza para su soberanía nacional. Muchos grupos defensores con foco en Cuba están usando este caso para mostrar el por qué estos programas deben ser permanentemente descontinuados en Cuba, pero aún falta ver qué esto marcaría alguna diferencia.

El bloguero cubano Iván García [19] remarcó que, “el enemigo real de Castro no es Gross. El norteamericano no es más que una moneda de cambio. No está mal para negociar con los Yankees. O como espectáculo político. Un poco más.”

Si Gross tiene suerte, los E.U.A. encontrarán una forma de negociar con el gobierno cubano para que pueda ser repatriado, y los problemas reales puedan traerse a la mesa.