Caso de estudio: Megafone – Amplificando voces mediante teléfonos móviles comunitarios

Nota de Rising Voices: Esta nota es el comienzo de nuestra serie de casos de estudios que dan una mirada a los diferentes proyectos en todo el mundo que se han estado involucrando con comunidades poco representadas mediante el uso de talleres de formación en medios ciudadanos. Este es el primero de una serie de cuatro partes con el Proyecto Megafone. La segunda parte ya está en castellano: Caso de Estudio: Contenido destacado de los proyectos Megafone.

Antoni Abad es el fundador y director de Megafone.net, una plataforma que utiliza los teléfonos móviles, o ‘megáfonos digitales’, para crear transmisiones por Internet y amplificar las voces de individuos y grupos a menudo ignorados o mal representados en los medios tradicionales. El concepto es comunitario. Un «megafone» es compartido por un máximo de cuatro participantes que realizan reuniones editoriales semanales para discutir el contenido de las transmisiones por Internet.

Desde su creación en el 2003, 11 comunidades han participado, desde personas con movilidad reducida en Barcelona, delineando las barreras de accesibilidad, hasta los trabajadores migrantes nicaragüenses reportando sobre su vida en Costa Rica, o los conductores de taxis en la Ciudad de México enfrentando los estereotipos negativos que proyectan los medios. Los proyectos Megafone han captado la atención internacional y el reconocimiento del proyecto canal* ACCESIBLE con base en Barcelona, al ganar el Premio Nacional de Artes Visuales de Cataluña, y el Golden Nica para Comunidades Digitales 2006 del Prix Ars Electronica de Linz en Austria.

Con sede en Barcelona, ​​Antoni es un graduado de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona y es el creador de piezas de arte multimedia que se han presentado en museos de todo el mundo, incluyendo el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Moderno en Buenos Aires, el New Museum de Nueva York, y la Bienal de Venecia.

Rising Voices habló con Antoni para discutir sobre el megafone. A continuación se muestra la conversación.

Rising Voices: Usted es un artista ¿Por qué sintió la necesidad de realizar la transición a los medios de comunicación ciudadanos?

Antoni Abad: Un factor que influyó en mi decisión fue mi desilusión creciente en el medio del arte contemporáneo que estaba poniendo al artista en el papel de intérprete privilegiado de su sociedad. Este privilegio es considerado como algo natural por muchos artistas que con atrevimiento alegan que sus experiencias tienen un impacto preponderante en la percepción de la vida y el pensamiento de la sociedad.

Luego, en el 2002, el primer teléfono móvil equipado con cámara apareció en el mercado. Este teléfono también proporcionaba conexión a Internet. Empecé a pensar que estas características permitirían que el contenido de la realidad cotidiana fuera transmitido a través de multimedia y fuera accesible a través del internet.

Pensé que esta nueva tecnología disponible debía ser utilizada para muchos otros usos que no fueran triviales. Podría servir por ejemplo para amplificar las voces de los marginados, que son a menudo pasados ​​por alto o mal representados por los medios tradicionales, dándoles un «megáfono digital» para tratar de amplificar sus voces y así contrarrestar los estigmas y prejuicios con los que a menudo se enfrentan.

Antoni Abad

Antoni con un grupo de jóvenes refugiados saharauis en Tinduf, Argelia (Proyecto www.megafone.net/SAHARA)

RV: ¿Cómo empezó Megafone.net? ¿Qué quiere conseguir con este proyecto?

AA: El primer paso era encontrar la manera de publicar en internet la multimedia registrada con los teléfonos móviles. Lo conseguimos en el 2003 con el apoyo de Eugenio Tisselli, un desarrollador web que nos ha ayudado desde entonces con la programación de todos nuestros proyectos, durante un taller que celebramos con los estudiantes en un centro de arte comunitario en Madrid. Durante este tiempo, también se organizó la primera base de datos para el proyecto, que serviría para albergar los diferentes canales de los proyectos diversos. También se estableció la metodología de nuestro trabajo. En ese taller inicial, decidimos adoptar un enfoque de trabajo comunitario. No importase lo que fuera, se daría prioridad a la voz colectiva de grupo sobre los intereses individuales.

Desde mi primer viaje a Sao Paulo en el 2002, estuve siempre interesado en ofrecer el dispositivo megafone a los ‘Motoboys’. Los motoboys se componen de aproximadamente 200.000 mensajeros en motocicleta que transitan por el peligroso tráfico de la ciudad en el trayecto a sus entregas diarias. Debido a los peligros del trabajo, los Motoyboys se enfrentan a lesiones regulares, dando como resultado tres muertos cada dos días. Sin embargo, a pesar de los necesarios servicios que proporcionan, los Motoboys se enfrentan al estigma severo de su propia sociedad. Pensé que sería interesante dar a estas personas la oportunidad de informar sobre su propia historia. Así es como los canales de los Motoboys aparecieron. Fue difícil encontrar una institución que deseara estar asociada con los Motoboys y apoyar el proyecto. Finalmente, se lo puso en marcha en el 2007 y hoy en día los participantes en el canal*MOTOBOY continuan con las reuniones de caracter editorial semanalmente, y publican regularmente en Internet los contenidos audiovisuales que registran con los celulares. También realizan eventos anuales como la «Semana Cultural Motoboy,» que celebra el aniversario del proyecto.

Pero el primer proyecto en sí, se llevó a cabo en el 2003 con un grupo de taxistas de la Ciudad de México. Los taxistas mexicanos, al igual que los Motoboys en Brasil, a menudo se asocian con actividades ilegales, tales como asaltos, secuestros, tráfico de drogas y el instigamiento a accidentes de tráfico. Lo que muchas personas no se dan cuenta es que los taxistas suelen ser ellos mismos víctimas de estos crímenes. De los 120 mil taxistas de la Ciudad de México, se puede suponer que los delincuentes haciéndose pasar como conductores legítimos lo hacen en un porcentaje muy pequeño. Creo que esta es la primera vez que un proyecto de este tipo, en los que un grupo visto negativamente por los medios de comunicación, se convirtió en un cronista de su propia realidad a través del uso de teléfonos móviles. El proyecto tuvo mucho éxito. Los participantes comprendieron perfectamente la oportunidad que tenían para esbozar su realidad cotidiana. Don Facundo, como uno de los participantes dijo, «Después de 12 a 14 horas detrás del volante en este tráfico internal durante muchos años, este proyecto me ha hecho recordar que la imaginación existe.»

Mapa de los proyectos megafone en diferentes partes del mundo

RV: ¿Cuándo fue el momento en que usted percibió que este concepto de ‘megáfonos digitales» estaba funcionando de acuerdo a sus expectativas?

AA: En la primera reunión que mantuvimos con los 17 taxistas de la Ciudad de México, Don Facundo, uno de los participantes que se mencionó anteriormente, compartió su entusiasmo y su fe para con el proyecto. Percibía que esta oportunidad digital podría presentar una interpretación honesta y realista de los conductores hacia la sociedad. Luego los otros conductores empezaron a asimilar el diálogo, sugiriendo posibles temas a abordar en sus transmisiones celulares. Durante este emocionante momento vi que todos los esfuerzos en la realización técnica y conceptual del prototipo de proyecto, habían sido bien recibidos por este grupo y que el proyecto, así como los que vendrían en el futuro, servirían a sus propósitos.

RV: ¿Dónde ve usted al proyecto dentro de 5 a 10 años?

AA: Me resulta difícil imaginar dónde se vería el Megafone dentro de 5 o 10 años. Entre las prioridades actuales están la creación de lugares de encuentro virtual para que los proyectos puedan aglutinar
a participantes de diferentes ciudades, regiones o países, la publicación simultánea de los mensajes de Megafone.net en otras redes sociales, y la adaptación de los teléfonos celulares así como el proceso de reportar para los que son ciegos o tienen otras discapacidades. También estamos abiertos a colaborar y poner en común nuestros recursos con proyectos existentes de trabajo tendientes a conseguir los mismos objetivos.

RV: ¿Siente que los medios de comunicación prestan la atención suficiente a los proyectos de medios ciudadanos como Megafone?

AA: Una vez que el proyecto con los taxistas en México estuvo en marcha, fue presentado formalmente a los medios de comunicación. Los periodistas se enamoraron de la idea. Apareció en varios periódicos, así como en los canales de radio y televisión. Esto tuvo un fuerte impacto en el número de visitantes al proyecto en Internet. En cierto modo, los medios de comunicación, a quienes los participantes de Megafone trataban de contrarrestar a causa de la representación negativa, se convirtieron en un aliado inesperado. Sin embargo, esta atención de los medios no se les ha dado a todos los proyectos, aunque algunos de ellos, especialmente los taxistas, los jóvenes gitanos en León, las personas con discapacidad en Ginebra y Barcelona ​​y los Motoboys, fueron objeto de atención y todos vieron un aumento de sus visitantes en línea.

Debido a esta exposición, los Motoboys recibieron una oferta de un periódico en Sao Paulo, que se ofreció a financiar su proyecto a cambio de la utilización de una serie de imágenes recogidas por los Motoboys mensualmente. Lamentablemente, el acuerdo no se materializó pero hizo que el grupo se diera cuenta que hay formas de lograr la sostenibilidad.

RV: ¿Cuál es su mayor logro profesional con este proyecto? Y ¿dónde ve usted que necesita realizarse mayor trabajo?

AA: Después de haber pasado gran parte de mi vida en un estudio como artista, los últimos ocho años me han dado la oportunidad de conocer a gente con la que nunca habría interactuado de no haber sido por este proyecto. Estas reuniones me han permitido conocer de primera mano la realidad de muchos, sus expectativas, sus tristezas, sus alegrías, de manera que el medio ambiente elitista del arte contemporáneo no me lo permitía. Como artista, mis materiales eran el hierro, la madera, la fotografía y el video. Desde que este proyecto comenzó, mis «materiales» de elección han pasado a ser internet y las redes moviles: lugares virtuales donde los grupos en riesgo de exclusión social puede expresarse con total libertad.

¿Que hay más trabajo por hacer? ¡Por supuesto! Ahora mismo estoy trabajando en adaptar el dispositivo para que sea accesible a los no videntes. Se me ocurrió que las personas ciegas pueden recurrir a los teléfonos móviles equipados con una aplicación de realidad aumentada. Esta aplicación de mapeo digital utilizaría voz digital como el indicador de barreras arquitectónicas de los espacios accesibles en las calles, previamente mapeados por los participantes del proyecto.

En un vistazo:

  • El proyecto en 140 caracteres: Megafone ha invitado a grupos marginales para que expresen sus experiencias y opiniones en reuniones frente a frente y vía teléfonos móviles
  • Fecha de Fundación: 2003
  • Número de participantes: 202
  • Número de sitios del proyecto: 11
  • Herramientas digitales: Teléfonos móviles con GPS
  • Planes futuros: Hacer dispositivos accesibles para los ciegos
  • URL del sitio web: Megafone.net
  • Twitter: @megafonet
  • Información de contacto: Formulario de contacto de Megafone

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.