Uno de los reclamos de la revolución de Egipto fue la disolución del Servicio de Investigación y Seguridad del Estado (State Security Investigations [SSI, ing]) y el enjuiciamiento de sus funcionarios. Tal organismo es uno de los servicios de seguridad más conocido por llevar a cabo torturas, violar los derechos humanos y espiar a activistas.
Hace algunas semanas, al no obtener respuestas por parte de las autoridades, algunos ciudadanos egipcios irrumpieron en la sede del SSI para proteger la evidencia que incriminaba a diferentes departamentos del organismo (inclusive equipos de tortura y documentos). Entre estos documentos se encontraban comunicaciones entre unidades del SSI relacionadas con la censura, el seguimiento de contenido en línea, el control de computadoras y laptops, y la clausura de servicios de comunicación.
En mi opinión, todos aquellos individuos y entidades que trabajan por el derecho a la privacidad, la libertad de expresión y otras áreas relevantes deberían comprender y estar al tanto de la información que dichos documentos proporcionan.
Desde el 6 de abril de 2008, cuando se produjo la primera protesta en Egipto, las agencias y servicios de seguridad decidieron prestar más atención a las comunicaciones realizadas entre activistas mediante Internet o dispositivos celulares. El SSI estableció un Servicio de Emergencias, cuyas funciones incluían:
- Interrumpir el servicio de Internet en una o varias ciudades o gobernaciones.
- Cerrar determinados sitios de Internet.
- Obtener información de cibernautas.
- Interrumpir el servicio de celular en compañías de telecomunicación.
- Interrumpir los servicios de SMS colectivos.
- Asegurarse de que las compañías de telecomunicaciones respondan rápidamente a las peticiones de las autoridades de seguridad.
El SSI se reunió varias veces con representantes del Ministerio del Interior, el Servicio General de Inteligencia, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Medios de Comunicación, el Ministerio de Comunicaciones y Tecnologías de Información y las tres compañias de telecomunicaciones en Egipto (Vodafone, Mobinil, Etisalat).
Durante 2009 (y quizás antes) se estableció un vínculo entre el SSI y una compañía de Europa con sede en el Reino Unido, llamada Gamma Group International, la cual ofrecía un software cuyas características se describen en un comunicado interno de agosto de 2009: «sistema de máxima seguridad con funciones inexistentes en otros sistemas; las funciones más destacadas incluyen: intervenir cuentas personales de Skype, cuentas de correo asociadas a Hotmail, Yahoo y Gmail, controlar por completo computadoras ya identificadas», y en otro comunicado de diciembre de 2010: «grabar audios y videos de conversaciones en línea, grabar toda actividad que se realice alrededor de computadoras intervenidas que posean cámaras y hacer copias de su contenido«.
En estos comunicados realizados entre distintos departamentos del SSI, se menciona que el precio del software, llamado Finfisher, era de 2 millones de libras egipcias.
Aquí se puede ver como se describe Gamma Group International en su sitio de Internet: “ofrece vigilancia técnica avanzada y soluciones de supervisión y asesoría internacional a Departamentos de Inteligencia Nacionales y Estatales y Organismos de Seguridad del Estado«.
El comunicado más reciente data del 1º de enero de 2011 y se trata de un informe realizado por un departamento de TI del SSI luego de haber utilizado una versión de prueba del software.
Este tipo de programas desarrollado por Gamma International y similares, simplemente ayuda a los gobiernos y organismos pertenecientes a los regímenes en el poder a violar la privacidad de los ciudadanos, controlar sus actividades e imponer la censura. Como consecuencia, se colabora con el gobierno para inventar casos en contra de activistas políticos y defensores de los derechos humanos con cargos como «desestabilizar el orden», «difamar líderes del estado», «propagar rumores para derrocar el régimen existente» y muchos otros cargos que los sistemas políticos emplean para minimizar el trabajo que realizan sociedades civiles y activistas hacia una mejor situación de los derechos humanos.
Lo mismo sucede con las compañías de telecomunicaciones en Egipto que cooperaron con el régimen de Mubarak para obtener información de activistas e interrumpir servicios.
Puedes leer y descargar los documentos filtrados del SSI mencionados en este artículo a través de los siguientes enlaces: