Al ver las imágenes que ha mostrado la televisión rusa la semana pasada, pueden pensar que el acto anual de conmemoración de la derrota de la Alemania Nazi en Lviv (Ucrania) estaba sitiado por una multitud de nacionalistas neonazis ucranianos. Las imágenes mostraban jóvenes ucranianos encapuchados agrediendo a veteranos de la Segunda Guerra Mundial, realizando el saludo fascista y cantando eslóganes nacionalistas. Mientras arrancaban las cintas de San Jorge [ing] que llevaba la población en sus camisas, parecía que la juventud ucraniana había olvidado los terribles sacrificios que tuvo que hacer la Unión Soviética para derrotar a Alemania.
En la antigua Unión Soviética existen varios hechos históricos que evocan más pasión que la Segunda Guerra Mundial. Y por buenas razones. Incluso las estimaciones más prudentes del coste de la guerra son inconcebibles: más de 20 millones de fallecidos. En Rusia, el 9 de mayo (conocido simplemente como el el Día de la Victoria) marca la derrota de la Alemania de Hitler en lo que se conoce comúnmente como la Gran Guerra Patriótica. De hecho, para muchos rusos, estos sacrificios tan solo representan el simple y glorioso triunfo del bien sobre el mal.
Sin embargo, para la población de las regiones situadas entre la Unión Soviética y Alemania, el legado del 9 de mayo no es algo tan simple. Por ejemplo, en Ucrania, este día recuerda los terribles sacrificios realizados durante la guerra, así como el día en el que se desvanecieron las esperanzas de los ucranianos por lograr la independencia de la Unión Soviética. De hecho, los nacionalistas ucranianos tenían la esperanza de poder beneficiarse de la guerra para labrar la independencia de Ucrania.
Desde la desintegración de la Unión Soviética, tanto el gobierno ruso como algunos grupos étnicos de recientes repúblicas independientes han pretendido defender el legado histórico de la Unión Soviética frente a lo que reconocen como injustos relatos históricos sobre el imperialismo soviético. Por otro lado, los nacionalistas han pretendido consolidar su posición como naciones independientes frente a lo que consideran una ambición imperialista neosoviética de Rusia.
Esta creciente tensión comenzó en Tallín, Estonia, en 2007, cuando los rusos comenzaron claros enfrentamientos con las autoridades [ing] tras el anuncio del gobierno Estonio de que trasladarían el monumento a la Segunda Guerra Mundial conocido como el Soldado de Bronce. Poco después, se produjo un ciberataque ruso [ing] sin precedentes que cerró al gobierno Estonio.
Las revueltas del 9 de mayo en Lviv aparentemente muestran otro ejemplo de esta creciente tensión. Con las imágenes de grupos nacionalistas ucranianos agrediendo a veteranos de la Segunda Guerra Mundial, los medios de comunicación rusos disponían de la perfecta oportunidad para tachar a los ucranianos de protofascistas, con el objetivo de profanar la memoria sagrada de los sacrificios rusos en la Gran Guerra Patriótica. Por ejemplo, esta es la historia que ha contado «Rusia Today» acerca de estas revueltas [ing]:
No todo el mundo cree que el Día de la Victoria sea motivo de celebración. En la Ucrania occidental, los miembros del partido nacionalista han interrumpido violentamente un funeral en el que los veteranos prestaban tributo a los caídos en la guerra. A diferencia de la mayor parte de la región post-soviética, el 9 de mayo la ciudad de Lviv, situada al oeste de Ucrania, se convirtió en una cruel exhibición de neonazismo. Miles de activistas de partidos nacionalistas radicales bloquearon la entrada de los cementerios a los soldados del Ejército Rojo, evitando así que los veteranos de guerra entrasen para prestar el tributo.
Las revueltas también dieron lugar a un amplio debate en el blog de Oleg Kozyrev [ru], luego que publicara un video de la televisión rusa que detallaba los sucesos. Los bloggers debatieron, en cientos de comentarios, el significado de estas revueltas. ¿Eran estas revueltas símbolo de un creciente movimiento fascista neonazi en Ucrania? ¿O eran el resultado de las acciones de una pequeña minoría de estúpidos ultranacionalistas ucranianos?
Una de las partes más interesantes del debate se centró en un comentario de este blog [ru] escrito por Egor Kustov (Usuario de LJ ru-indeec), un redactor independiente ruso con sede en Lviv. Su testimonio aportaba una visión más detallada que la ofrecida por la televisión rusa:
Меня не интересует политика, но всё же не могу не написать о том, очевидцем чего я стал сегодня от львовского Холма Славы. Жаль, не взял фотоаппарат. Итак, прогуливаясь по Лычаковской, я увидел большую группу людей с красными и российскими флагами, транспорантами, плакатами. Я, конечно, читал, что акция пророссийской партии «Русское единство» то ли состоится во Львове, то ли не состоится… запутано там всё у них было. Ну вот, думаю, всё же приехали. […] Они, как по команде, вдруг стали выкрикивать лозунги, оскорбляющие местных жителей. Причём, заметьте, лозунги не политические, а оскорбляющие людей по национальному признаку. Больше всего запомнилось «Хохлы – параша! Победа эта наша!», «Смерть Галичине!»… были и прочие. Конечно же, спустя пару минут завязалась потасовка. Поскольку численный перевес был, естественно, не на стороне провокаторов, им пришлось убегать. И тут с их стороны раздались выстрелы. […]
[…] Такую акцию, в которой участвуют провокаторы с обеих сторон, не сложно устроить в любом городе. В Москве тоже бывают массовые беспорядки с участием больших групп скинхедов (в масках, со знамёнами и т.д.), но ведь СМИ после этого не навязывают мнение, что всё население города – фашисты? […]
Во времена холодной войны между СССР и США кто-то из политиков (не помню кто именно) сказал: «Фермеру из Оклахомы и крестьянину с Поволжья ведь нечего делить. Поэтому им война не нужна. Она нужна политикам».