La Federación Rusa celebró su fiesta nacional el 12 de junio (Día de Rusia). En Moldavia, las celebraciones diplomáticas oficiales que precedieron a ese día han causado controversias [ro] que lindan con el escándalo diplomático. Los medios han informado que en la recepción oficial organizada el 10 de junio en la Embajada Rusa en Moldavia, Valeri Kuzmin, el embajadro ruso [ru], le dio el uso de la palabra [ro] a Vladimir Yastrebchak, y lo presentó como el funcionario jefe de la diplomacia de Transnistria. (Transnistria es una región separatista de Moldavia, que se separó en 1990; no ha sido reconocida por ningún estado miembro de la ONU. Las fuerzas y municiones del ejército ruso están en el territorio iransnistriano en contra de la voluntad de las autoridades moldavas.) En reacción al gesto del embajador ruso, los diplomáticos moldavos abandonaron la recepción. Los siguieron diplomáticos que representan a las misiones de EE.UU. y la Unión Europea.
El Primer Ministro moldavo considera [ro] la acción del embajador ruso como un insulto al pueblo moldavo. Tiene fe en que sea un error, pero pedirá explicaciones a través de canales diplomáticos. El líder del Partido Liberal, que forma parte de la alianza que gobierna Moldavia en este momento, sugirió [ro] que el embajador ruso debería salir del país, pues el diplomático manifestó su apoyo a Transnistria, lo que es una falta de respeto a la independencia de Moldavia. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Moldavia no expresará [ro] su posición hasta dentro una semana.
Las tensiones están en aumento, sobre todo porque en este momento Moldavia está atravesando cruciales elecciones locales. En el término de una semana, la capital moldava realizará la segunda y final ronda de su batalla para elegir al alcalde de Chisinau (el actual alcalde liberal está compitiendo contra el candidato del Partido Comunista). La Embajada Rusa en Moldavia ha dado su propia apreciación [ro] de la primera vuelta de las elecciones locales realizadas el 5 de junio, y dice que duda de la objetividad de la evaluación realizada por los observadores internacionales de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa). Siguió una respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores de Moldavia, expresando [ro] perplejidad y lamentando el comentario ruso.
Las relaciones entre Moldavia y Rusia siempre han sido un tema sensible, pues Moldavia ha estado bajo opresión rusa varias veces, lo que terminó en la integración forzada en la Unión Soviética que duró 50 años.
La blogósfera moldava tuvo reacciones inmediatas al incidente diplomáticos.
Vadim Zgherea escribe [ro] en un post de su blog titulado “Kuzmin en la lista negra”:
Es trágico ver con tus propios ojos cómo se burlan de ti. Es trágico puesto que ya no lo podemos aceptar.
[…]
¿Cómo se da el embajador ruso el lujo de decir esas palabras acá, donde la democracia todavía no deshecho sus maletas? Gracias por lo menos a los diplomáticos moldavos, estadounidenses y europeos por un digno gesto rápido, dejen que los rusos se quemen de vergüeza.
Vitalie Vovc está orgulloso de Moldavia. En su blog “Hoy soy Moldavia”, escribe [ro]:
Poco importa lo que será mañana. ¡Poco importan las consecuencias! Por fin, ¡mi país reaccionó NORMALMENTE ante una aberración! ¡Esta noche tuve una pequeña ocasión de estar orgulloso! Y poco me importa si mi reacción parece ingenua o “no pragmática” o infantil!
Probablemente dure hasta mañana en la mañana… Porque mañana otros respresentantes atenuarán, explicarán y comentarán…
Oleg Cristal también estuvo orgulloso de la diplomacia moldava el 10 de junio. Describe [ro] un escenario irónico:
Pronto, [Tiraspol, la capital de la no reconocida Transnistria] organizará un desfile militar en el boulevard Stefan cel Mare en Chisinau [la calle principal de la capital de Moldavia], y estará encabezada por el embajador ruso en Moldavia. Además, la fórmula que el embajador ruso usó para presentar a Iastrebchak es un reconocimiento de jure del régimen en Tiraspol. Un nuevo gesto de reconocimiento de jure, pues ha habido actitudes así antes desde Moscú.
Oleg Cristal no cree que el embajador ruso cometiera un error:
Si fue un error, deberíamos ver pronto una disculpa de su parte. Pero un diplomático con la experiencia del embajador ruso en Moldovia NO PUEDE cometer esos “errores”. Por lo tanto, fue un mensaje para Chisinau o incluso una provocación antes de esa segunda vuelta de elecciones en la capital y antes de las consultas informales en el [formado 5+2] programadas para llevarse a cabo en Moscú el 21 de junio. El deterioro de las relaciones moldavo-rusas vendría como ventaja del candidato comunista para el cargo de alcalde de Chisinau, Igor Dodon. Desde esta perspectiva, una posible reacción de las autoridades moldavas debería ser muy equilibrada.
Andrei Fornea también encuentra encomiable la acción de la diplomacia moldava. Sin embargo, expresa [ro] algunas preocupaciones también:
Este caso podríallevar a divergencias entre Moldavia y Rusia en el entorno de una ya muy débil reacción diplomática que ocurrió con el cambio de mando en Chisinau y podría llevar a embargos políticos, aumentos en el precio del gas y otras cosas que nos harían arrodillar ante Rusia.
Termina con un mensaje para el embajador ruso:
Solamente tengo una cosa que decirle: ¡VÁYASE A SU CASA!
Un mesaje similar lo expresó otro blogger. Eugeniu Luchianciuc publicó una foto de Kuzmin con esta afirmación:
Kuzmin, ¡vete a casa y toma vodka!
En el blog Pulbermax, el autor pregunta [ro]:
Me gustaría saber desde qué cargo el embajador ruso está haciendo estas declaraciones… ¿General de la KGB? ¿Embajador ruso? ¿O dama de compañía del Kremlin?
Corneliu Gandrabur articuló [ro] una reacción crítica:
Kuzmin debería irse del país, porque ha quebrantado la Constitución de la República de Moldavia, [artículos 1, 2 y 3]. El ataque directo a la integridad territorial así como a la soberanía es una grave infracción. Actuando en calidad de embajador, ha representado los intereses de Rusia y solamente podemos decir que esto ha sido intencional y coordinado con el Kremlin.