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Rusia: Amenazan a críticos del Kremlin con prohibición de viajes

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Activismo digital, Derechos humanos, RuNet Echo

El derecho al libre traslado es un atributo esencial de nuestra sociedad global. Pero, tal como resulta, ese derecho puede ser fácilmente arrebatado por el mismo estado que está obligado a protegerlo.

El 6 de julio de 2011, de un momento a otro, los importantes activistas políticos de oposición Boris Nemtsov [1] [en] y Vladimir Milov [2] [en] encontraron que el Servicio Federal de Alguaciles del país les impedía salir de Rusia.

Prohibición de viajar

El concepto del impedimento de viaje tiene un lugar especial en el corazón de las personas que vivieron durante la Unión Soviética; el régimen tenía el hábito de castigar a sus ciudadanos que pensaban diferente negándoles autorización para salir del país.

Lock. Photo by ztephen/Flickr [3]

Candado. Foto de ztephen/Flickr

Solamente «confiables» miembros de la sociedad soviética gozaban del privilegio de viajar al extranjero, en tanto que los críticos reales o potenciales del comunismo pasaban a estar «prohibidos de viajar» («Nevyezdnoy,» la palabra que se convirtió en sinónimo de «disidente» en ruso). El castigo real era forzar a la gente a vivir en la Unión Soviética. Sería gracioso si no fuera tan triste.

Presuntamente, la prohibición para Nemtsov y Milov ha sido «promovida» por el destacado hombre de negocios Gennady Timchenko [4] [en], a quien le molestaron mucho acusaciones sobre él hechas en un informe titulado “Putin. Resultados. 10 años” (una traducción no oficial se puede encontrar acá [5] [en]). Producido por Nemtsov y Milov, el informe sostenía que Timchenko se había vuelto billonario debido a sus vínculos cercanos con el Primer Ministro ruso Vladimir Putin.

Luego, una corte rusa ordenó a los autores del informe que se retractaran públicamente de la acusación, lo que hicieron en las páginas [6] [ru] del popular periódico ruso Kommersant.

«Al señor [Gennady] Timchenko no le alegró que la letra fuera muy pequeña en esa retractación», dijo [7] [en] luego Nemtsov a Radio Free Europe. «Así que exigió que se nos mantuviera dentro del país durante seis meses».

A comienzo, el Servicio Federal de Alguaciles de Rusia negó la prohibición de viaje, pero luego anunció la investigación del incidente y levantó la prohibición calificándola de «prematura».

Oleg Kozlovsky, activista de Derechos Humanos, comentó [8] [ru] esta decisión en Twitter:

Dicen que el impedimento de salir del país para Nemtsov es levantada por «prematura». Esto es, todavía no ha llegado el momento.

Respuesta indignada

El impedimento ha indignado a los bloggers rusos. El activista político ruso Ilya Yashin escribió [9] [ru]:

Esta historia es un precedente. Por primera vez, se le impide a un ciudadano salir del país por acusaciones no relacionadas con finanzas. Al mismo tiempo, los propios alguaciles admiten que se ha cumplido la decisión de la corte. Parece que los alguaciles se asustaron de su decisión y del escándalo que podría seguir. ¿De qué otra manera se puede interpretar el hecho de que empezaran a negar sus propias afirmaciones?»

Continúa:

Parece que es una reacción de las autoridades rusas de una «Lista de Magnitsky».

La «Lista de Magnitsky» contiene los nombres de los funcionarios rusos [10] [en] vinculados con la muerte del abogado anticorrupción Sergei Magnitsky. En diciembre de 2010, el Parlamento Europeo votó a favor de una prohibición de visa para las personas que estaban en la lista.

«Al mismo tiempo, todos los medios publican en los titulares que los alguaciles nunca impidieron que Nemtsov saliera del país», comentó [11] [ru] el blogger habivara insinuando unos medios con control gubernamental.

El blogger ziptop da [12] [ru] su propia versión (no improbable) de los acontecimientos:

Algo sucedió que les impidió a Nemtsov y Milov seguir debidamente la decisión de la corte. Los abogados de Timchenko se quejaron al respecto con los alguaciles que estaban asustados e impresionados por la influencia del billonario y se apresuraron con el impedimento. Esto se convirtió en un escándalo en el tema de «Cortina de Hierro» y las autoridades rusas se dieron cuenta que esto solamente perjudica la imagen del país y promociona a Nemtsov y Milov. Las autoridades rusas decidieron rápidamente levantar el impedimento.

«Al final, todo terminó siendo tonto y gracioso», escribió ziptop.

El autor ruso Andrey Malgin (avmalgin) ofreció [13] [ru] su enfoque:

Creo que pasó así. En cuanto se anunció que Nemtsov iba a estar en Bruselas, una persona en la Casa Blanca [Casa del gobierno ruso] empezó a patearse la pierna y a gritar: «¡Detengan sus viajes al extranjero y su mugre en contra de nuestro país!» Y así lo hicieron inmediatamente. Pero lo hicieron en un nivel alto (se puede ver en otros documentos publicados) y no lo informaron a un nivel bajo. Y el nivel bajo empezó a negarlo. Es difícil explicarlo de otra manera.

«No soy ‘TAMBIÉN'»

Boris Nemtsov (su nombre viene en los blogs mucho más que el de Milov, que a su vez se quejó por la cantidad de bloggers a favor de Nemtsov revolviendo en torno al tema y que lo dejaron fuera) ha sido agrupado con el escandaloso disidente político Eduard Limonov [14], a quien los alguaciles también prohibieron salir de Rusia. Aunque no le gusta la asociación, «No soy ‘TAMBIÉN'», Limonov escribió [15] [ru] en su blog:

No soy «TAMBIÉN», caballeros, a mí se me ha prohibido viajar durante dos años y medio por decisión de los alguaciles, desde el 15 de diciembre de 2008. […] Así que no me pongan al lado de Nemtsov, que en este momento está sentado en Estrasburgo, Francia. Y él viaja a donde quiere y cuando quiere. Cuando no le permitan viajar al extranjero, entonces escriban «A Boris Nemtsov se le prohibió viajar y, de esta manera, quedó agregado a la lista de políticos opositores rusos impedidos de viajar, entre los cuales está Eduard Limonov».

Tal como resulta, bien está lo que bien acaba. Nemtsov y Milov pueden viajar al extranjero y las prohibiciones de viaje todavía, en gran parte, siguen siendo una reliquia de la era soviética. Ya es hora de darse cuenta que castigar a una persona negándole su derecho a vivir en su país por razones políticas no tiene lugar en el siglo XXI.