Siguiendo el liderazgo de Toronto, los australianos iniciaron una serie de Marchas de Putas [1] [en] con la primera marcha de Melbourne el sábado 28 de mayo de 2011. La consigna: Que se sepa que aquellas que sufren asalto sexual nunca son las culpables.
[2]Imagen cortesía: Marcha de Putas Melbourne
En su sitio web tiene un video con cobertura de la concentración puesto en YouTube por IndolentDandy (El Dandy Indolente):
El mensaje tiene fuerte apoyo pero algunos blogueros encuentran problemáticas la palabra puta y el atavío ‘putanesco’.
Leslie Cannold, una de las portavoces fue clara sobre las razones de su apoyo a la marcha en su blog que lleva su nombre [3] [en]:
Lo que hacemos hoy es RETOMAR la palabra puta. RECLAMANDO la palabra puta le QUITAMOS FUERZA. Los gay han reclamado la palabra marica y bien por ellos. Hoy las mujeres y hombres de Melbourne están reclamando la palabra PUTA.
Melinda Tankard Reist, autora de Desengañémonos: Desafiando la Sexualización de las chicas, tiene otras ideas [4] [en] en El Puño:
El uso de puta como palabra insignia para este nuevo movimiento pone en peligro a las mujeres al dar a los hombres una licencia mayor para pensar a las mujeres en una forma que les conviene y no como objetivos de violencia y una terrible discriminación social.
Jimbo bloguea en Tras las huellas de mi Padre. Un encuentro casual con la marcha suscitó estos pensamientos [5] [en] acerca de si esto es «locura feminista»‘:
El asunto es que, si bien apoyo completamente la noción de que las mujeres (o la forma de vestirse que elijan) no deben ser culpadas por los crímenes de lujuria cometidos por hombres (o por otras mujeres), desearía que hubieran escogido una mejor bandera para expresarse.
De cierta forma llamarse ‘putas’ y tratar de ‘reclamar’ la palabra para sí en protesta no parece precisamente apropiado.
Karen Pickering, una de las organizadoras de Marcha de Putas Melbourne, explicó su participación [6] [en] en Crikey:
Pero si ha venido crítica de todas la direcciones también ha venido cierto apoyo intuitivo y orgánico. Hemos acogido una variada representación de gente en la comunidad Marcha de Putas. Tenemos abuelas marchando con toda su familia, musulmanas marchando con sus pañoletas, jóvenes, viejos, gay, heteros, trans, bi, negros, blancos, varones, mujeres, putas y sus aliados, todos juntos por un momento para enfrentar la culpabilización de las víctimas.
Y si no le gusta, no venga.
Melissa de Brisbane tiene una respuesta de espectro amplio [7] [en]. Le preocupa el uso de la palabra ‘puta»:
No estoy segura de que la palabra ‘puta’ pueda (o aun deba) ser ‘reapropiada’. Pienso que hay algunos términos peyorativos que simplemente deben ser retirados. No aceptados, no cambiados. Proscritos para siempre.
Pero sus preocupaciones van mucho más hondo que la terminología:
Marche por su derecho a la protección contra la violencia sexual. Bloguee sobre el escarnio general que sufren las víctimas de violación de aquellos que entre risitas susurran que ellas ‘se lo buscaron’ o no debieron ‘vestirse como putas’.
Pero por favor. Abran los ojos. Miren alrededor del mundo y cuán terrible es ser una mujer en África o el Oriente Cercano o el Subcontinente.
No marchen por mí. No se pongan un disfraz y conviertan el asunto en una burla, declarándola una marcha por los derechos humanos si no pueden percibir la perspectiva completa.
Marchen por ellas.
Michelle es también de Brisbane y asistió a la marcha. Su Guía de Supervivencia – Red Pill tiene fotos y videos [8] [en] incluyendo estas dos imágenes:
[9]Imagen: blog Guía de Supervivencia – Red Pill
[9]Imagen: blog Guía de Supervivencia – Red Pill
Su arenga anterior explicó sus opiniones [9] [en]:
Marchamos porque a pesar de que la gente hace los ruidos apropiados, el mensaje no está llegando.
También sorprenderá a algunos de ustedes pero estas marchas no están llenas de mujeres con atuendos reveladores. Seguro, algunas lo harán y bien por ellas, pero no es un prerrequisito.