En esta tercera entrega del resumen del Festival de blogs: México – Ciudadanía, violencia y blogs, presentamos los posts participantes que reflexionan sobre si «la sociedad mexicana es violenta por naturaleza». Para esto es necesario hablar de la violencia como un fenómeno con múltiples manifestaciones (desde el enfrentamiento directamente armado hasta las manifestaciones verbales), y plantear además que dichas manifestaciones están influenciadas por todo un entramado cultural. Así, ¿quién dice cuáles son las variables objetivas para medir el grado de naturalización de la violencia de una sociedad? La focalización quizás, debe hacerse sobre el hecho que parece haber una cierta pérdida de habilidad para denunciar, cuyo punto de partida es no sorprenderse ni sentir estupor si la noticia es un sujeto asesinado, pero sí cuando se habla de cientos.
De otro lado, pareciera existir -en ese entramado cultural mencionado anteriormente- una «fascinación» por los personajes perpetradores de violencia. Casi un juego en el que se les termina legitimando en un contexto en el que los entes gubernamentales ya no gozan de tanta credibilidad. También incluimos en esta entrega, las participaciones que investigan o muestran la influencia (o ausencia) de la violencia en las diversas expresiones del arte contemporáneo popular mexicano.
¿Es la sociedad mexicana violenta por naturaleza?
Se habla mucho de que la sociedad mexicana es violenta per se. Juan Ramón Anaya Moreno del blog deutschlango, parece estar en cierta forma de acuerdo cuando tituló su post como Mexico, un movimiento armado cada 100 años:
Cada vez que leo sobre los asesinatos resultado de la cruzada contra el narco emprendida por nuestro Felipe «corazón de» Calderón, no puedo quitarme de la cabeza la tesis de que todo fue un error y que simplemente se le salió de las manos, y que ahora estamos pagando todos los mexicanos, incluso sus allegados (recordemos el «accidente» de Muriño, secretario de Gobernación). Quizás sea el destino que llevamos en nuestra historia pues cada siglo se desata un movimiento armado : la independencia de 1810, la revolución de 1910 y ahora la lucha de Calderon de 2010.
Ariel Martínez Flores del blog Amblalluna lleva nuestra atención a otra lacra de la sociedad mexicana que está también muy en la raíz de la violencia: la corrupción.
Hubo un candidato a la presidencia de la República que acuñó la frase «La solución somos todos», pero el mexicano común, el hombre de la calle decía jocoso e ingenioso: la corrupción somos todos» y esa generalización del fenómeno, fue el terreno fértil para el crecimiento de los grandes corporativos de la producción y distribución de drogas que a la sombra de la corrupción y la consecuente impunidad, crecieron y crecieron protegidos por funcionarios de todos los rangos y áreas del estado, hasta que llegó un momento en que ése estado se encontró en grave peligro de perder el control del país y no tuvo más alternativa que tratar de frenar a sus socios que amenazaban con quedarse con todo el negocio.
De hecho, Rosalía Guerrero del blog enluranada alude a este aspecto, desde detalles en la vida cotidiana como la piratería y la delincuencia:
Yo no sé ustedes, pero yo no quiero financiar a la delincuencia, por que la piratería hoy en día es una industria grande en la cual los que están detrás de no son los vendedores que nos reciben los 10 pesos por el disco sino la delincuencia organizada, que ocupara ese dinero no sólo para más discos sino para armas, balas y generación de narcóticos. Este es el punto de reflexión de esta columna, ¿Quieres financiar a los delincuentes? Por lo tanto ¿Hasta cuando seguiremos justificando nuestras acciones incorrectas?
Quien no está de acuerdo con la tesis de un México inherentemente violento es Ian Keller del blog Tlacotzontli. Él dice que no se puede juzgar hechos pasados bajo el cánon actual, y que la violencia no es un asunto de nacionalidades.
este es un problema de la humanidad quitando diferencias de credo, de nacionalidad, de sexo o preferencias y para muestra vale solo un botón. ¿Recuerdan el ataque en Noruega, un país llamado del primer mundo, habitado por la gente más civilizada? Un fulano con problemas mentales severos se gestó en ese país a pesar de sus más altos valores sociales. Creo yo que la única forma de erradicar esta violencia es educar con valores a nuestros hijos, […] hablo de aquellos que nos hacen ser temerosos de Dios, de ese temor que inculca el respeto y obliga a hacer lo correcto por convicción propia; de hacer el bien y evitar el mal; de amar a los demás y tratarlos como nos gustarían que nos trataran. El mundo será diferente si en verdad trabajamos en depurar toda esa maldad que vemos en las noticias, en las películas, y en las novelas mexicanas.
Arte, literatura y música.
El ya citado Enrique Figueroa Anaya de Asfalto Tecnicolor, tiene una narración que posteó para el Festival con el nombre de La Pasarela, sobre el tema de las mujeres afectadas por la violencia, a veces de maneras indirectas. Y ya que hablamos de creación literaria, Ernesto Priego publicó en #SinLugar un texto sobre poesía y violencia, en el que además de comentarnos sobre el impacto que ha tenido la violencia en su proceso de escritura, reflexiona:
México sufre diferentes tipos de violencia, que van de los más “sutiles” o transparentes y por lo tanto no siempre notados (por ideológicos, expresados en prácticas y actitudes culturales, usos de lenguaje, etc.) a lo más directos (feminicidio permanente, la guerra contra los drogas, crimen e inseguridad urbanas, etc.).
Las expresiones artísticas y la literatura permiten contar acerca de los sucesos violentos vividos, denunciarlos o incluso son formas de resistencia. Jorge Téllez en #SinLugar nos habla de Las palabras de la violencia, y de iniciativas que mediante la poesía y la fotografía intentan hacer ver las cosas tal como son:
En México se dice que “ya estamos hasta la madre” de casi todo lo que importuna. Estamos hasta la madre de la contaminación, de los baches, del tráfico, de la selección, de la política, de la corrupción, […] Un claro ejemplo de esto es la campaña Alguien tenía que decirlo, cuyo propósito es el de documentar fotográficamente irregularidades que los habitantes de la ciudad de México viven diariamente, mediante la denominación de cada problema antecedido por la palabra “pinche”: Pinche bache, pinche tráfico, […] pinche violencia. […] Sí, de acuerdo: pinches drogas, pinche narcotráfico, […] pero ninguna de estas palabras supera el valor denotativo de nuestra indignación. Por eso iniciativas como la de 100 mil poetas por el cambio aparecen este 2011 para darle un nuevo valor a la palabra y devolverle la connotación perdida.
Regresamos con Enrique Figueroa quien colabora en la vertiente de las imágenes con dos posts. En el primero de ellos titulado Interferencia, toma una foto de Alejandro Briseño que muestra unas cruces en memoria de las víctimas de feminicidio en la ciudad contrastando con propaganda política. En el segundo post, titulado Silencio incómodo, la fotografía es de Jorge Alberto Mendoza y Enrique nos cuenta del por qué de este título:
(esta) imagen se me hizo representativa de lo que se vive en muchos sitios de México. La llamé ‘Silencio incómodo’ porque no se me ocurre otra forma para expresar lo que sentimos cuando vemos, escuchamos o leemos, sobre algún suceso violento que estremece a nuestro país.
Cambiando de género artístico, Ernesto Priego también nos habla, y extensamente, de la presencia en el cómic mundial del tema de la violencia en México, y, paradójicamente de El silencio del cómic [mexicano].
Como lector de cómics, defenderé siempre el potencial del medio para contar todo tipo de historias, pero como mexicano me preocupa que hasta ahora sea sólo la visión foránea y primermundista la que determine los discursos sobre la violencia mexicana. […] Los franceses obtienen becas para publicar un hermoso libro sobre Juárez, pero los mexicanos de Juárez quieren publicar en Estados Unidos y hacer películas y vender figuras de acción. […] La excepción que conozco al gran vacío narrativo en forma de cómic sobre la violencia en México es el trabajo de Édgar Clément.
En lo que respecta a la música, Enrique Figueroa realizó una selección de temas del grupo Los Tigres del Norte, agrupación mexicana cuyas letras suelen tener mucho contenido social. Enrique nos dice que su elección se debe a que su música es:
la música que acompaña a los mexicanos expulsados, aquellos que como bien dicen los Tigres del Norte, «mientras los ricos se van para el extranjero para esconder su dinero y por Europa pasear, los mexicanos que venimos de mojados casi todo se lo enviamos a los que quedan allá».
Enrique continúa también con el cine. En su post Los Invisibles nos cuenta y enlaza a un documental del mismo nombre recientemente premiado que trata el tema de los migrantes mexicanos.
Nota del Editor: Por razones de extensión y para facilitar la lectura, hemos decidido publicar el acostumbrado post de resumen del Festival en varias partes. Acá la primera y la segunda, esta es la tercera, mañana publicaremos la cuarta.
1 comentario
Qué buen trabajo se ha ejecutado con la gente de México en áras de mirar hacia un norte de armonía. Considero la situación que están viviendo y es consecuencia lógica de lo que genera el narcotráfico.
Me gustó mucho esa mezcla artística que identifica a la gente de México y que clamo porque siga por siempre en su cultura.
Rico saber que la blogosfera mexicana está en la jugada y con visión.
Los abrazo a todos y a tí también por supuesto apreciado Juan!!