Setty, un periodista radicado en Chile, explica [en] ‘la revolución chilena': «se supone que Chile es el lado aburrido, conservador, respetuoso de la institucionalidad, de Sudamérica, donde nunca pasa nada. Pero esto está cambiando pues a la gente se le acabó la paciencia luego de siglos de habérseles dicho que si esperan y trabajan duro, algún día sus hijos estarán mejor de lo que ellos están.»