Esta página es parte de nuestra cobertura especial Europa en Crisis [en].
En la misma semana [en] de abril que el ex Primer Ministro portugués José Sócrates anunció la necesidad de un rescate financiero internacional para pagar la deuda pública de 80 millardos de euros, los islandeses fueron a las urnas para rechazar la participación de los contribuyentes en el trato de rescate bancario «Icesave» [en].
Aunque la práctica de Islandia de la democracia directa, renuncia a un rescate internacional y recuperación económica en dos años no ha sido cubierta apropiadamente por los medios masivos portugueses, los bloggers están analizando e inspirándose en la historia.
Clavis Prophetarum [pseudónimo], del blog Quintus, dice por qué [pt] él cree que la «valiente resistencia de Islandia al complejo político-financiero que antidemocráticamente gorbierna la Unión Europea hoy en día» está siendo ignorada:
A opção islandesa não serviu os interesses dos bancos europeus, logo estes têm todo o interesse em que se não fale dela nem que esta possível via chegue aos ouvidos dos cidadãos.
Quando em 2007, a Islândia foi o primeiro país europeus a soçobrar perante a crise mundial, declarando bancarrota por causa da falência do seu maior banco muitos desconsideraram o impacto de tal crise alegando que se tratava apenas de um pequeno país com pouco mais de meio milhão de habitantes e que seria facilmente “socorrido” por um empréstimo do FMI. O problema foi que na Islândia a “ajuda” do FMI foi levada a referendo e… derrotada.
La opción islandesa no servía a los intereses de los bancos europeos, así que estos tienen interés que esta opción no sea mencionada y que la posibilidad de tal camino nunca sea conocida por los ciudadanos.
En 2007, Islandia fue el primer país europeo en hundirse frente a la crisis mundial al declararse en bancarrota debido al colapso de su banco más grande, muchos pasaron por alto el impacto de su crisis y afirmaron que sólo fue un pequeño país con poco más de medio millón de personas y que sería fácilmente «rescatado» por un préstamo del FMI. El problema está en que en Islandia la «ayuda» del FMI fue llevada a referendum y… perdió.
Él agrega que en Portugal «la solución para la actual crisis no puede recaer en diez años de severas restricciones presupuestarias para mantener a los bancos que nos han prestado dinero avariciosa y desenfrenadamente».
La votación nacional [en] es sólo una de las “lecciones” [pt] para Portugal y el resto de los países europeos por aprender de Islandia, como reporta [pt] la plataforma de noticias en línea i. La gente también ha organizado sentadas frente al Parlamento exigiendo la caída del gobierno conservador, han llevado a los responsables de la crisis ante la justicia -incluyendo al ex Primer Ministro Geir Haarde cuya audiencia comenzó el pasado lunes 5 de septiembre- y una nueva constitución comunitaria está en proceso.
«¿Creen que nosotros aquí en Portugal deberíamos hacer lo mismo que ustedes hicieron?»
En un video de Miguel Marques, un grupo de ciudadanos portugueses pregunta a los islandeses acerca de su movilización social:
¿Qué posición tomaron y cómo se vieron los sindicatos de Islandia como jugadores en los movimientos de resistencia ante la crisis de la deuda en el país y en toda Europa? (…)
¿Cómo se están organizando los islandeses para hacerse un mejor futuro?
(…) ¿Qué está sucediendo ahora? ¿Qué siguen haciendo? ¿Por qué están luchando y por qué cosas creen que vale la pena pelear, por ejemplo la Constitución? ¿Esta Constitución está realmente separando los poderes -económico, político, religioso? ¿Cómo creen que ayudará eso? ¿Qué cosas quieren que la Constitución ayude a cambiar? (…)
¿Qué están haciendo ahora? Los movimientos populares… ¿aún se están reuniendo? ¿Están organizados en pequeños grupos? ¿La gente se separó como los cuatro que fueron electos? ¿Tienen pequeños grupos de interés?
(…) ¿Ya sean ustedes en Europa, y nosotros aquí en el sur, si encontráramos una forma de unirnos y captar lo que está mal en todo el sistema, el sistema capitalista por supuesto? ¿Cómo podemos crear una red de ayuda en la que de hecho pudiéramos proponer todo un nuevo sistema para Europa y más allá? ¡Vamos islandeses!
Para Miguel Madeira, del blog Vias de Facto [pt], «el relativo éxito islandés es más el resultado de la movilización popular que de ‘nuevos gobiernos'». En un comentario [pt] a su post, Fernando Ribeiro inicia resaltando el hecho que en Islandia no hubo necesidad de «choques violentos» y considera que mientras, «en Grecia, Irlanda y Portugal, la clase política no consultó -ni consultará- a los electores que representa al tomar tan importantes decisiones como volver a caer en el financiamiento europeo». Es importante:
requerer abertamente mais democracia na hora das tomadas de decisão fundamentais, e ultrapassar o argumento caduco da democracia liberal em que a democracia representativa funciona assim mesmo.
Los islandeses no sólo exigieron más democracia, sino que formaron parte de «la mayor afirmación de democracia participativa. (…) La democracia 2.0″, a través de una nueva Constitución comunitaria [en] a ser debatida en el Parlamento en octubre [en]. Paula Thomaz de Carta Capital resume el proceso [pt]:
a discussão para a nova [constituição] islandesa se dá através de vídeos do Youtube em tempo real, que mostram os debates do Conselho; fotos no Flickr; pequenas frases no Twitter; no site oficial dos temas (em islandês e em inglês); e no Facebook é que as ideias estão abertas para discussão.
Para cerrar el análisis exhaustivo acerca de la respuesta de Islandia a la crisis, en un artículo de opinión [pt] publicado originalmente en el sitio web Noticias do Douro y ampliamente compartido en línea, el ingeniero y funcionario público Fernando Gouveia, escribe:
Se isto servir para esclarecer uma única pessoa que seja deste pobre país aqui plantado no fundo da Europa, que por cá anda sem eira nem beira ao sabor dos acordos milionários que os seus governantes acertam com o capital internacional, e onde os seus cidadãos passam fome para que as contas dos corruptos se encham até abarrotar, já posso dar por bem empregue o tempo que levei a escrever este artigo.
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