Colombia: Indignación hacia el presidente del Congreso por subsidio de gasolina

La semana pasada, Juan Manuel Corzo, senador y presidente del Congreso de Colombia, causó indignación cuando, para justificar un subsidio de gasolina para los legisladores, le dijo a W Radio que era imposible [en] llenar los tanques de sus dos vehículos con su salario de 16 millones de pesos (€6.418 o US$8.784, comparado con el salario mínimo, que es de $535.600, €207 o US$279). A pesar de vivir en un país con una moderada producción de petróleo, los colombianos pagan, a agosto de 2011, un promedio de $8.635 (€3,34 o US$4,51) por galón, más que los estadounidenses [en].

Durante los siguientes días, los usuarios de Twitter y Facebook mostraron su rechazo hacia el senador Corzo, del Partido Conservador, con hashtags como #juanmanuelcorzo, #fueracorzo o #corzoton (Corzo + teletón); páginas de Facebook como «Exigimos la renuncia de Juan Manuel Corzo»; y un evento programado para el martes 27 de setiembre frente al Capitolio Nacional. Hasta el grupo Anonymous efectuó un ataque de denegación de servicio (DDos) contra la página web del Senado.

Senador Juan Manuel Corzo, RedPaTo2 en Flickr (CC BY-SA 2.0)

El lunes 19 de setiembre el asunto se volvió «personal» cuando el senador Corzo declaró en una rueda de prensa que los usuarios de Twitter que lo critican son «groseros», a lo que añadió: «Prefiero no robar al Estado y que me paguen la gasolina». Luego, Corzo afirmó que se iba a una Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP) en Azerbaiyán para defender su controvertido proyecto de inmunidad parlamentaria, a pesar que, como demuestra el bloguero Hernán Castro Rodríguez, la última Asamblea de la UIP se realizó en abril pasado en Panamá y la próxima está programada para octubre en Suiza.

A continuación, una pequeña muestra de las miles de reacciones en Twitter durante los pasados días:

Daniel Arango (@stultaviro) pone las cosas en contexto:

En un país con un salario mínimo de 300 dólares oír a un presidente del congreso llorando por sus cuitas de ricachón es un maldito insulto.

José Carlos García (@josecarlostecno), editor de tecnología del diario El Tiempo, escribe:

Como colombiano, creo que todas la novelas de narcos juntas no me producen tanta vergüenza como este senador Corzo

@bobadaliteraria tuitea:

Mientras tanto Corzo anda en Azerbaiyán y adivinen quiénes pagamos por su vuelo.

Omar Ferrer (@OFFezt) se refiere a la oficialista coalición de unidad nacional:

Veo uribistas y antiuribistas (Antes fachos y mamertos) unidos en un solo #Corzoton Esa es la Unidad Nacional que sirve.

Naylea Barros (@NayBarros08) pregunta:

Quien mas grosero nosotros los twitteros o #JuanManuelCorzo que nos quiere tratar de estupidos?

Angela G (@gatinita) trae a colación el salario de Corzo:

No joda, con 6 meses de sueldo se compra una estación de servicio, para que nunca vuelva a llorar por falta de gasolina.

Con ironía, Felipe Núñez (@idreamofrobots) escribe:

Yo cuando grande quiero ser como Juan Manuel Corzo y que ustedes me paguen la gasolina.

Angela Perversa (@AngelaPerversa) tuitea acerca de las declaraciones del presidente del Congreso:

«Prefiero no robar al estado» is the new «gracias al señor me estoy rehabilitando y no en la calle atracando a nadie, regálemen pa un pan»

El periodista y bloguero Víctor Solano (@solano) se refiere a la misma frase:

Dirán algunos: «Lo ‘bueno’ de @juanmanuelcorzo es que nos da a escoger: O le damos para la gasolina o nos atraca; otros hacen las dos»

Catalina Palmer (@catalinapalmer) convoca a los tuiteros a actuar «en las calles», no sólo en la red:

Lo de Corzo es más que #fueraCorzo. Hagan algo en la calle, no se queden en twitter. Construyan cultura política para que no se repita.

Finalmente, Ramírez Jaramillo (@egolaxista_) dice:

A menos que la Registraduría empiece a hacer valer el RT como voto, la indignación por lo de Corzo servirá para mierda y media.

En la blogosfera, una entrada de @cynosargo titulada «Colombia: ¡¿quién putas te gobierna?!», que circuló fuertemente en internet, ataca al senador:

Es la primera vez que un político nos quiere robar de frente, en la cara. Literalmente, Corzo nos pidió a los contribuyentes colombianos que le pagáramos la gasolina de los carros que utiliza -carros por los cuales nosotros ya estamos pagando-, simplemente porque no le alcanza con su oneroso sueldo -el cual también pagamos nosotros-.

El artículo incluye una tabla que muestra que todos los presidentes del Congreso en lo que va del siglo XXI (dicho cargo es ocupado por un senador elegido por sus colegas al comienzo de la legislatura, el 20 de julio de cada año), con excepción de uno, han sido investigados por corrupción o por vínculos con grupos armados, entre ellos Corzo.

Mientras tanto, Ricardo Galán se pregunta si la frase de Corzo «prefiero no robar al Estado» fue una amenaza, un chantaje o una denuncia; mientras que Julián Rosero Navarrete, quien ha trabajado en el Legislativo, apoya la indignación general pero pide tener cuidado sobre discutir el asunto con base en información errónea, y explica que el salario real de un congresista es de 6 millones de pesos (€2.321 o US$3.132), mientras que el resto corresponde a «gastos de representación», de los cuales Corzo debería disponer para cubrir sus gastos de combustible.

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