En los años 90, Ronaldo Monteiro fue condenado por extorsión y secuestro y lo sentenciaron a 28 años de prisión en Brasil. Mientras cumplía condena, a Monteiro y otros detenidos les preocupaba el bienestar de sus familias en su ausencia. Respondieron a la situación iniciando un taller dentro de la cárcel donde reciclaban y vendían papel. Una parte de las ganancias se destinaba a mejorar su equipo, y el resto se compartía entre sus familias. Así fue como empezó el proyecto Uma Chance (Una oportunidad).
El Centro para la Inclusión Digital [1] (CDI) empezó a ofrecer cursos cortos sobre tecnología de la información a los detenidos. Monteiro se inscribió y aprendió rápido; pronto lo invitaron también a enseñar. El proyecto se amplió a otras penitenciarias, y también se invitó a participar a los familiares.
En este documental de Mixer Productions [2], Monteiro explica cómo inició un nuevo camino dentro de la cárcel y dio un giro a su vida (subtítulos en inglés):
En 2002, estando todavía en prisión, Monteiro creó el Centro de Integración Social y Cultural [4], conocido como CISC-Uma Chance, que ofrece cursos sobre tecnología de la información y reciclaje a las comunidades de Tribobó, in São Gonçalo [5], en Gran Río de Janeiro. Trabajaron para crear oportunidades disponibles a más personas, pues CISC desarrolla actividades en cocina, conciencia ciudadaa, estilo de vida saludable y preparación para la universidad.
En 2003, a Monteiro se le concedió libertad condicional.
Nuevos comienzos
En 2006, Monteiro dio un paso hacia adelante y creó la impresionante Incubadora de Empreendimentos para Egressos [6] (IEE) (Incubadora para pequeños negocios para exreclusos). Con el objetivo de lograr la reintegración social de infractores jóvenes, detenidos y exdetenidos, la incubadora fomenta ideas con lecciones dinámicas sobre habilidades empresariales y administración. La IEE buscar romper el círculo de repetición de delitos ofreciendo una oportunidad a personas que a menudo se ven rechazadas por la sociedad. El proyecto ha ganado el apoyo de Petrobrás desde 2006, y se ha asociado con Ashoka, McKinsey & Company y varias universidades. Debido a su trabajo, Monteiro fue nombrado miembro de Ashoka [7].
Como dice Monteiro en el documental de más abajo, los proyectos serios «transforman vidas y hacen que los hombres trabajen» en lugar de recurrir al delito y la violencia armada. En una presentación de TEDx Sudeste [9] [pt] en 2010, Monteiro explicó que la rehabilitación debería incluir educación y oportunidades e incentivos para seguir los sueños.
El sistema penitenciario en Brasil ha sido objeto de reiteradas críticas por parte de grupos de derechos humanos. Un informe [10] de Amnistía Internacional de 2010 dijo que los detenidos “seguían estando en condiciones crueles, inhumanas o degradantes», a menudo en instalaciones sobrepobladas.
Cuando se libera a los detenidos, llevan un pesado estigma, y las duras experiencias en la cárcel difícilmente contribuyen a su rehabilitación. Pero con el debido incentivo e inspiración, los detenidos pueden encontrar opciones de nuevos caminos para reconstruir sus vidas.