Inspirados por el movimiento “Ocupar Wall Street” en Nueva York y por los “Indignados” españoles, ciudadanos de 951 ciudades y 82 países de todo el mundo tomaron las calles el día 15 de octubre de 2011, para manifestarse contra el dominio absoluto de los poderes financieros y políticos mundiales sobre la economía que beneficia a pocos, y para llamar a una democracia real y un replanteamenteo del capitalismo bajo el lema “unidos por un cambio global”.
Decenas de miles de personas de toda Italia se juntaron en Roma el sábado día 15 de octubre, para apoyar el movimiento mundial.
15 de octubre en Italia
Mientras las manifestaciones fueron relativamente pacíficas en otros lugares de Italia, la marcha hacia la Plaza San Juan en Roma se convirtió en un conflicto urbano, pues unas doscientas personas («bloques-negros») quemaron vehículos, rompieron ventanas, y tiraron piedras y botellas a la policía, que respondió con gas lacrimógeno y cisterna antidisturbios.
Muchos de los manifestantes pacíficos también se vieron involucrados en la violencia mientras el caos se extendió por las calles de Roma, con más de 70 personas heridas y 12 detenciones.
Mientras los disturbios ocuparon titulares por todo el mundo, en Internet las personas han estado expresando sus frustraciones al ver que los motivos de las manifestaciones han sido eclipsados por la violencia.
@GianMarioBH [it] tuiteó:
Non sono ne dalla parte dei celerini ne da quella dei BB, sono tra chi si è stufato di doversi svegliare vergognandosi del suo paese #15ott
Mientras @zimok [it] comentó sobre la sed de sensacionalismo de los medios de comunicaciones:
Tutti che correvano, assatanati di violenza e vandalismo. chi? i giornalisti, gli inviati, i media. alla prima auto bruciata. #15ott
Blogueando para el periódico independiente Il Fatto Quotidiano, Sandro Ruotolo pregunta por qué la policía no pudo evitar la violencia, y escribe [it]:
Ieri a Roma era tutto organizzato fin nei minimi dettagli. C’erano due piazze in piazza. Il movimento democratico che, come nel resto del mondo, voleva lanciare la sua sfida al capitalismo finanziario in modo pacifico e indignato sconfitto da poche decine di irriducibili violenti il cui unico scopo era “combattere”. Nessuno potrà accomunare gli indignati ai violenti. Ci sono stati episodi concreti di condanna se è vero che tre Black bloc sono stati consegnati alle forze dell’ordine. Un gesto importante.
Otros como Alessandro del colectivo comunista Militant, piensan que tal distinción entre los manifestantes «malos» y «buenos» no nos ayudará a entender [it] los sucesos del 15:
La rabbia si è espressa, ragioniamo sul domani, su come rendere incanalabile questa rabbia verso un processo politico alternativo a questo sistema. No reiterando i soliti clichè fra i bravi manifestanti pacifici e i cattivi (o gli infiltrati) manifestanti col cappuccio in testa.
Algunos han criticado a la policía por no haber podido evitar la violencia y por haberse ocupado de proteger edificios institucionales y políticos y no a la gente. Otros, como Christian Mazzoni en un comentario en Il Fatto Quotidiano [it] van más allá de eso:
Perchè non sono stati fermati prima? Semplice, perchè fanno comodo alla classe dirigente. Oggi la nostra classe dirigente avrebbe dovuto rendere il conto delle politiche sbagliate nei confronti delle nuove generazioni, ma ha avuto gioco facile nello sviare l’argomento parlando solo degli episodi di teppismo.
¿Por qué no los detuvieron antes? Sencillo, porque es cómodo para nuestros políticos. Hoy, nuestra clase dirigente debería haberse dado cuenta de las políticas equivocadas en los enfrentamientos con las nuevas generaciones, pero su vida se hizo más fácil pues la discusión se desvió a la violencia.
El contexto de la violencia
La violencia llegó apenas un día después de que Berlusconi se enfrentara a un voto de confianza en el Parlamento, que ganó por un margen muy estrecho de 316 votos a 301. Hace un par de semanas, la agencia de rating Standard & Poor rebajó el rating de la deuda italiana, en gran parte debido a lo que perciben como la incapacidad del gobierno italiano de implementar medidas económicas para combatir la crisis de deuda soberana del país.
Como la tercera economía más grande de la Eurozona, se teme que si la deuda italiana se sale de control, podría tener consecuencias catastróficas para la economía europea, y el Banco Europeo Central está aplicando presión sobre el gobierno para implementar medidas que incluyen privitizaciones y liberalización del mercado laboral.
En esos días, un grupo que se hace llamar los «dragones rebeldes» (Draghi Ribelli), organizó manifestaciones y encierros por todo el país, incluyendo uno frente al Banco Central Italiano, organizado en Twitter bajo las etiquetas #occupiamobancaditalia y #occupiamobankitalia. En esos mismos días, el grupo escribió una carta abierta [it] al presidente italiano Giorgio Napolitano, con una petición de no cumplir con los deseos del Banco Central Europeo de cómo Italia debería manejar la crisis financiera:
La questione generazionale è semplice: c’è una generazione esclusa dai diritti e dal benessere, che oggi campa grazie al welfare familiare, e sulla quale si sta scaricando tutto il peso della crisi […] Caro Presidente, garantire e difendere la Costituzione oggi, vuol dire rifiutarsi di pagare il debito, così come consigliano diversi premi Nobel per l’economia; vuol dire partire dai ventisette milioni di italiani che hanno votato ai referendum contro le privatizzazioni e in difesa dell’acqua bene comune; vuol dire partire dalle mobilitazioni giovanili e studentesche che da diversi anni, inascoltate e respinte, hanno preteso di cambiare dal basso la scuola e l’università, chiedendo risorse e democrazia; vuol dire partire dalla domanda diffusa nel Paese di un nuovo sistema di garanzie, che tenga conto delle differenze generazionali, ma che, soprattutto, non metta le generazioni l’una contro l’altra: così, in primo luogo, si tiene unita l’Italia!
En su blog Giap [it], un miembro de la colectiva de escritores Wu Ming, escribiendo bajo el seudónimo Wu Ming 1, también trata de la cuestión de una “generación perdida” en relación con la violencia en Roma:
Rendiamoci conto di una cosa: non ci sarà mai più una “manifestazione nazionale di movimento” che non includa quel che abbiamo visto oggi. Quando si sceglierà quel format, si acquisterà sempre il “pacchetto completo”. C’è una rabbia sociale talmente indurita che non la scalfisce un martello pneumatico, e due generazioni allo sbando completo, derubate di futuro e furibonde, tutte pars destruens, prive di fiducia nei confronti più o meno di chiunque.
Se debatió mucho el formato de la manifestación en Italia y fue criticado en Internet. @barbapreta tuiteó:
¿Qué pasó con el movimiento «ocupar» en Italia? Ignoró claramente las experiencias de otros movimientos «ocupar» al organizar las manifestaciones. #15ott
En el sito web de la casa editorial Apogeo Online, Giovanni Boccia Artieri, profesor de sociología, reflexiona sobre el significado de tomar las calles [it] en la época de comunicación digital:
Le masse del Novecento non sono le moltitudini di oggi. Non abbiamo a che fare con il movimento organizzato della classe operaia, con le grandi organizzazioni politiche. Gli indignati sono una moltitudine che racchiude sotto uno stesso termine ombrello una molteplicità di differenze, anche estreme. Non è possibile il principio di rappresentatività interna, non c’è un leader del movimento da intervistare. [..]
La logica e i linguaggi della rete ce lo hanno insegnato nel nostro avere imparato ad abitare il web, ad auto organizzarci, a costruire informazione quotidianamente e a condividerla, ad auto rappresentare le nostre istanze e le nostre opinioni. Certo, non tutti e con tutti i distinguo che volete. Ma quello che la rete ci ha insegnato, ad esempio, è creare un nuovo rapporto fra aggregazione collettiva e delocalizzazione. Non c’è bisogno di essere tutti nello stesso luogo per esprimere contemporaneamente la stessa opinione.»
Las multitudes del siglo XX eran diferentes a las «multitudes» de hoy. No se trata del movimiento organizado de la clase laboral ni de grandes organizaciones políticas. Los “indignados” es un término que abarca a una «multitud» de experiencias y ideas, normalmente extremadamente diferentes. El principio de representación no aplica; no hay un líder del movimento a quien entrevistar […].
El cáracter y lenguaje de Internet nos han enseñado esto mientras aprendíamos a utilizar Internet, a autoorganizarnos, a producir y compartir información diariamente, a hablar claro sobre nuestros propios reclamos y opiniones. Cierto, no todos y con excepciones. […] Pero Internet nos ha enseñado, por ejemplo, a establecer nuevas dinámicas entre movilización de los multitudes y deslocalización. No tenemos que estar todos en el mismo espacio físico para expresar una opinión compartida.

Artistas desde la ocupada Cinema Palazzo manifiestan en la marcha del sábado 15 de octubre en Roma, antes de que volviera violenta.
Sobre el tema de la marcha como forma de manifestación, el periodista de La Repubblica Vittorio Zambardino [it] escribió en su página de Facebook que:
E se fosse venuto il tempo di dire addio al corteo come forma di protesta? Alla prossima perché non vi sedete in una piazza e cantate? O qualche altra cosa gandiana e non violenta? Lo sciopero del sale dell'indignato. Spremetevi le cervella o le conseguenze della guerriglia ci travolgeranno tutti.
Por último, el blogger y periodista Gennaro Carotenuto [it] escribe sobre compromisos sociales futuros, comparando lo que pasó en Roma el sábado 15 de octubre y los disturbios de Londres hace un par de meses:
Ma dopo di ieri è chiaro che la scorciatoia di un presidio, l’occupazione di una scuola o un’università, i 140 caratteri di twitter servano a molte cose ma non sostituiscono il lavoro sociale quotidiano, il dialogo con i dannati delle periferie, spesso così disperati da farsi male e far male con la violenza di sabato a Roma.
Este post es parte de nuestra cobertura especial #Occupy a nivel mundial.
Este post fue escrito con Paola D'Orazio.
2 comentarios
Thank you for the translation, Nicola!
My pleasure, Ylenia!