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Venezuela: Respuestas a la violencia urbana

Categorías: Latinoamérica, Venezuela, Gobernabilidad

La violencia urbana ha sido, por décadas, una de las preocupaciones más importantes de las sociedades de América Latina. Las formas son variadas y las causas dependen de procesos históricos y sociales que varían de país a país. Sin embargo, queda claro que la desigualdad económica con la que chocó el éxodo rural [1] a mediados durante siglo XX ha sido el escenario principal de los crímenes y de la violencia en las ciudades latinoamericanas. Venezuela y sus ciudades vieron a partir de las crisis económicas de los años 80 un crecimiento desenfrenado de este problema.

Hoy en día la crisis de la violencia urbana hace reflexionar y debatir a los venezolanos que se expresan en las redes sociales. Con la crisis de las cárceles y el aumento de muertes violentas en los últimos años se adhiere un punto más a las diatribas pro y anti gobierno. Además, las elecciones presidenciales del próximo año inician nuevas discusiones. Las propuestas de los candidatos intentan a toda costa ofrecer soluciones de varios tipos. Sin embargo, para los más pesimistas, acciones de dureza excepcional son necesarias, a pesar de las consecuencias.

El despliegue nacional de una rama de las Fuerzas Armadas Bolivarianas [2], conocida como la Guardia del Pueblo, fue la respuesta más reciente del gobierno [3], algo que parece despertar curiosidad, preocupación y escepticismo entre las discusiones que se ven la red. Las reflexiones en torno a este problema abren la puerta a una de las realidades a las que ningún grupo social puede escapar en Venezuela. Un verdadero punto en común más allá de las posiciones políticas.

[4]

Redada policial en barrios de Caracas en diciembre del 2009. Imagen de Miguel Gutierrez, copyright Demotix.

Naky, dentro del relato de un accidente de tránsito, lo deja claro con estas ideas [5]:

Vivimos en el inmenso engaño de creer, que si estamos más atentos, si cambiamos nuestras rutas para no llegar ni salir siempre por el mismo sitio, si nos acoplamos a la luz del día -bastante corta en estas tardes de invierno-; si vamos en grupo, si no usamos prendas lujosas, ni reloj, ni celular, ni un corotico para escuchar música, seremos presas menos apetecibles y nuestra vulnerabilidad se reduce. (…) Perdimos. Perdimos todos. La civilidad luce como un lujo inconquistable. El desamparo es una sensación atroz cuando sabes que te asiste la razón.

Profeballa, en su blog Venezuela y su Historia, [6] critica las propuestas de ciertos candidatos a la presidencia y apunta a respuestas mucho más contundentes

[El candidato presidencial no puede] reducir su propuesta a combatir la inseguridad solo con la educación, porque mientras esto se va implementando, los asesinos siguen matando. Hay que reprimir, aunque nos asuste la palabra.

A su vez, una empresa de cerraduras señala en su blog [7] una de las consecuencias más profundas del aumento del crimen armado:

Anteriormente el venezolano se destacaba por poseer una alta calidez humana que lo hacía capaz de ayudar a todo el mundo y tratar a las personas que recién conocía como hermanos muy queridos.  (…) Sin embargo, el nivel de inseguridad lo ha llevado a convertirse en una persona incrédula y desconfiada (…) Ya no permite ser abordado por un desconocido en la vía pública; al manejar en carretera ya no le ofrece la cola a desconocidos; si ve un herido en la vía sigue de largo; y teme circular en la madrugada o en altas horas de la noche.

En Twitter, mientras algunos hacen circular la noticia del despliegue de la nueva fuerza armada, otros expresan opiniones en contra y señalan que la presencia de las fuerzas no traerá cambios:

Elides J Rojas L (@ejrl) [8] comenta el fracaso del gobierno en la lucha contra el crimen:

Chávez dice que su gobierno está “batallando” contra la inseguridad / Y está perdiendo 9 a 0

Mientras tanto, Eudoro J. Boudewyn (@Boudewyn [9]) cuestiona la efectividad del cuerpo de seguridad:

Miebtras [sic] la Guardia del Pueblo cerraba licorerias, el hampa asesino a 68 venezolanos.

@InformadorVeraz [10] señala con más crudeza:

Setenta y dos homicidios en Caracas el fin de semana más violento del año ¿y la Guardia del Pueblo la solución del GOLPISTA @chavezcandanga [11]?

Finalmente, Ramón Morales, en su blog El Ultimátum Hiperbóreo [12] analiza alguna de las causas y busca ampliar los argumentos de aquellos que acusan al gobierno como principal culpable. En su post, comparte sus ideas acerca de las causas más profundas que empujan a un ciclo perverso de violencia y cómo es poco probable que las medidas de respuesta funcionen con eficiencia si las causas no se atacan en un principio:

Me sorprende que esos súperdotados para criticar no se han dado cuenta de la relación que hay entre los valores capitalistas y la inseguridad en la calle. (…) ¿Por qué un ser humano es capaz de matar a otro ser humano para quitarle un par de zapatos o un teléfono celular? Materialismo. (…) Creciendo en una sociedad que te enseña que lo más importante es el dinero, la ropa de marca y las posesiones costosas, es completamente predecible que un gran número de sujetos, que no tienen acceso a una educación de valores humanistas, lleguen al comportamiento precriminal en el cual sienten que un objeto o el dinero tienen más valor que la vida de otro sujeto (…) aunque en Venezuela se refuercen los cuerpos de seguridad, aunque los militares salgan a la calle a proteger a los ciudadanos, mientras el materialismo sea uno de nuestros valores y el alcohol nuestro compañero de todos los fines de semana, las cifras de muertes violentas seguirán siendo elevadas.