- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Bangladesh: El cambio climático aumentará los casos de hambruna y desnutrición

Categorías: Asia del Sur, Bangladesh, Alimento, Ambiente, Desarrollo, Desastres, Medios ciudadanos, Salud

Este artículo fue encargado como parte de una serie de artículos del Centro Pulitzer/Global Voices Online sobre la inseguridad alimentaria [1] [en]. Estos informes tratan sobre reportajes multimedia incluidos en el Portal Pulitzer sobre inseguridad alimentaria [2] [en] y opiniones de blogueros debatiendo sobre los problemas en todo el mundo.

Al tiempo que los gobiernos se preparaban para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP17) [3] [en] en Durban, Sudáfrica, los expertos advertían que entre las peores consecuencias del cambio climático para los países en desarrollo como Bangladesh se encuentran las consecuencias para el sector agrícola, inclusive aumentando el riesgo de padecer hambrunas, desnutrición e inseguridad alimentaria.

Hambruna y desnutrición en aumento

A Bangladeshi farmer re-transplanting his field due to flooding. Image by Flickr user IRRI Images (CC BY 2.0). [4]

Agricultor bangladesí trasplantando por segunda vez su cultivo a causa de una inundación. Imagen de IRRI Images, usuario en Flickr. (CC BY 2.0).

Las predicciones sugieren que el cambio climático conllevará a una reducción en la producción agrícola y un encarecimiento de los alimentos, lo que hará también aumentar el riesgo de sufrir hambrunas y desnutrición. Un informe del Programa Mundial de Alimentos establece que para el año 2050 se estima que el cambio climático haga aumentar el número de personas hambrientas de un 10 a un 20 por ciento [5] [en] y el número de niños desnutridos podría aumentar en 24 millones, un 21% más que sin el efecto del cambio climático.

Se espera que la mayor parte de este incremento se dé en el África subsahariana, así como en distintas regiones del sur de Asia y América Central, tal y como se detalla en estos mapas [6]. El informe pone de manifiesto que las catástrofes naturales son ya más frecuentes e intensas, el agua es cada vez más escasa y de difícil acceso, además de presentarse ya una mayor dificultad a la hora de aumentar la productividad agrícola.

Al menos diez países [7] [en] se presentan como extremadamente vulnerables a sufrir una crisis alimentaria en relación al clima, tal y como presentaba el pasado mes un informe publicado por ActionAid. Entre los cinco países más vulnerables, junto a República Democrática del Congo, Burundi, Sudáfrica y Haití, se encuentra Bangladesh. Compuesto en su mayor parte por terreno a bajo nivel con respecto al mar e islas con una gran densidad de población, poco terreno cultivable y azotado frecuentemente por catástrofes naturales, Bangladesh se ha descrito como la “'zona cero’ en la intersección entre el cambio climático y la seguridad alimentaria” [8] [en] por parte de blogueros del Banco Mundial y la organización Aid Data.

Mirza Galib, profesor en la Universidad Primeasia de Bangladesh, amplia sus ideas sobre las implicaciones potenciales [9] [en] en The Daily Star:

Los científicos nos dicen que los peores daños del cambio climático en Bangladesh se darán en forma de inundaciones, intrusión salina y sequías, lo que, en su conjunto, afectará enormemente la productividad de los cultivos y la seguridad alimentaria. También nos enfrentaremos al problema de la erosión en las riberas de los ríos, el aumento del nivel del mar y la falta de agua dulce en las zonas costeras. Se pronostican más inundaciones extremas en un país ya devastado a causa de las inundaciones; menos alimentos para un país donde la mitad de los niños no tienen suficiente comida y un menor volumen de aguas limpias en donde las enfermedades transmitidas por el agua representan ya el 24% de mortalidad en el país.

Bangladesh ha avanzado en cuanto a los esfuerzos para reducir la hambruna recortando el número de personas desnutridas un 27% [7] [en] en enero de 2011 y también triplicando su producción anual de arroz [10] [en] en el transcurso de tres décadas. No obstante, puesto que la agricultura es un sector industrial clave en términos económicos que representa casi un 20% del Producto Interior Bruto (PIB) de Bangladesh [11] [en] y recoge el 65% de la mano de obra, según un informe del Banco Mundial, el cambio climático amenaza con mermar estas ganancias.

Un artículo en Farming First detalla [12] [en]:

Está previsto que el cambio climático reduzca la producción de arroz, el principal cultivo de Bangladesh, e incremente la dependencia del país en otros cultivos y en la importación de granos alimentarios. Potencialmente, la producción agrícola decrecerá en al menos un cultivo por región […]. En total, se prevé que el PIB agrícola de Bangladesh descienda un 3,1% cada año como resultado del cambio climático.

Llamada a la acción

Aunque el gobierno bangladesí ha trazado algunos planes de adaptación eficientes, el informe de ActionAid hace un llamamiento para que se hagan esfuerzos en aras de ayudar aún más a combatir los impactos del cambio climático en la agricultura. Entre estos esfuerzos se cuenta con una mayor inversión para los pequeños cultivos en los países pobres, la concesión inmediata del denominado «climate cash» con el objetivo de ayudar a los agricultores sin recursos a hacer sus cultivos resistentes al clima, establecer un sistema de reservas de alimentos a nivel regional y reducir profundamente las emisiones de carbono por parte de los países desarrollados.

En el informe del Programa Mundial de Alimentos se estima que un profundo paquete de medidas a nivel internacional con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría reducir a la mitad el aumento de las hambrunas relacionadas con el cambio climático [5] [en].

La organización ActionAid también quiere eliminar los objetivos fijados para los biocarburantes que están “apropiándose de tierras [13]” en los países en desarrollo. En una sesión de mesa redonda con distintos blogueros celebrada en el mes de setiembre, el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton declaró que él también se oponía a países como China y Arabia Saudita que compran y arriendan tierras en países en desarrollo, ya que esto merma la sostenibilidad agraria a largo plazo. En cambio, propuso un modelo de sostenibilidad alimentaria con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria y ayudar a los países en desarrollo a fomentar sus propias capacidades de producción agrícola. Durante la sesión, Bill Clinton declaró:

Estados Unidos, Canadá y Europa, puesto que tenemos la capacidad de producir grandes excedentes [de alimentos], y Brasil y Argentina, únicos lugares de la Tierra con algo más de 6 metros [de profundidad] de tierra vegetal […], todos nosotros deberíamos ofrecer contratos a más largo plazo a los chinos, sauditas y demás por granos básicos a precios que permitan garantizar unos beneficios decentes, no desorbitados, y así acabar con los elevados precios, aunque sí mantenerlos lo suficientemente alto para conseguir inversión en las actividades agrícolas en África, América Latina, el Sudeste Asiático […]. Hasta que no se desarrolle un marco agrario sostenible, ellos no se beneficiarán.

Shammunul Islam y M. Mizanur Rahman, en un comentario para el periódico bangladesí New Age, también hicieron un llamamiento a la agricultura sostenible [14] [en], ya que ésta también contribuye al efecto invernadero. Sahidul Haque, en un artículo de opinión para The Financial Express de Bangladesh, declara que también se necesitan semillas más productivas [15] [en], así como variedades que puedan cultivarse en condiciones de sequía y salinidad. El investigador Winston Yu, en una serie de preguntas y respuestas por parte de Gudrun Freese en el blog titulado Earthscan, comenta que, afortunadamente, muchas de las soluciones actuales para paliar los impactos del cambio climático en Bangladesh, ya sea en la gestión ante los casos de inundaciones o nuevas variedades de cultivos, también beneficiará al país en el futuro [16] [en].

En aras de mejorar la concienciación entre la sociedad bangladesí sobre los problemas que presenta el cambio climático, así como brindar la oportunidad de que narren sus propias experiencias en relación con el mismo, el género y la soberanía alimentaria, dos grupos han organizado una caravana del cambio climático [17] [en]. La caravana viaja actualmente por todo el país. Se tiene la esperanza que estas historias den motivación para dar con nuevas soluciones desde los países occidentales, los cuales, en ocasiones, utilizan una mayor proporción de alimento, agua, energía y carbono que los países en desarrollo, tal y como expone el informe de ActionAid. For ejemplo, cada ciudadano estadounidense consume una media de 18 kilos de carne al año, unas 40 veces más que la media bangladesí.

Natasha Haider escribe sobre su discrepancia [18] [en] en su blog:

Bangladesh tiene una de las emisiones de dióxido de carbono per capita más bajas del mundo. Hay dos razones para tener unas emisiones tan bajas. En primer lugar, Bangladesh no cuenta con muchas fábricas que consuman gran cantidad de energía. En segundo lugar, casi el 70% de la energía comercial primaria proviene del gas natural. Por ello, la solución al calentamiento global está en gran medida fuera de su alcance y yace en las manos de los países desarrollados o de industrialización rápida, la mayoría de ellos en Occidente.

Mientras tanto, Nazifa Islam, comentando sobre South Asian Generation Next, declara que Bangladesh se ha convertido ya en una innovadora fuente de soluciones [19] [en]:

Mientras que los países desarrollados se rascan la cabeza sobre cómo invertir el cambio climático o cómo abordarlo, Bangladesh ya va con ventaja. Desde cultivar arroz en aguas salinas hasta la creación de casas móviles, las personas de este país reclaman nuevas ideas para ayudar a la supervivencia. Sin duda, el lugar más duramente afectado del mundo se ha convertido en una fuente de ideas sobre soluciones al cambio climático. Propenso a sufrir catástrofes naturales que parecen semejarse a las del principio de los tiempos, Bangladesh se ha hecho todo un entendido en mediar con todo lo que la Madre Naturaleza le manda, doblándose como el bambú, pero nunca rompiéndose.