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Rusia: La crisis demográfica significa que “no queda nadie para reclutar”

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Desarrollo, Economía y negocios, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, RuNet Echo

Rusia está dotada con una de las mayores reservas de recursos naturales en el mundo, y aun así la crisis demográfica que está asolando al país desde la caída de la Unión Soviética puede dejar a Rusia sin jóvenes que defiendan su patria.

La expectativa de vida total de Rusia es la #161 del mundo, que lo coloca detrás de Bielorrusia, Corea del Norte y Mongolia, en tanto que la tasa total de fertilidad de Rusia es la 196 del mundo. Actualmente, hay cerca de 138 millones de personas en Rusia y muchos creen que si ese número cae por debajo de 100 millones, Rusia no podrá funcionar como país industrializado.

En noviembre de 2011, el blog War News Update publicó un artículo [1] [en] de RIA Novosti titulado «Ejército ruso ‘ya no tiene a nadie que reclutar'»:

A Rusia no le quedan hombres jóvenes en edad de servicio militar a los cuales reclutar, se lamentó hace poco el Jefe del Estado Mayor de Rusia.

La actual crisis del servicio militar en las Fuerzas Armadas Rusas se debe principalmente al descenso demográfico, intimidación y malos tratos a los reclutas.

El General Nikolai Makarov dijo que solamente el 11.7% de los jóvenes entre 18 y 27 estaban aptos para el servicio pero 60% de ellos tenía problemas de salud y de acuerdo a ley no podían ser recultados.

A Russian Naval Honor Guard welcomes Navy. Adm. Mike Mullen to St. Petersburg, Russia on May 6, 2011. (Department of Defense photo by Mass Communication Specialist 1st Class Chad J. McNeeley/Released/CC BY 2.0) [2]

Guardia de Honor de la Marina Rusa da la bienvenida al Almirante Mike Mullen a San Petersburgo, Rusia, el 6 de mayo de 2011. (Departamento de Defensa, foto del Especialista en Comunicación Masiva de Primera Clase Chad J. McNeeley/Released/CC BY 2.0)

El blog Undergraduate Research Journal for the Human Sciences publicó un compendio y una introducción [3] [en] a un documento escrito por Christopher Hoeppler de la Universidad McMaster, que discutía cómo [4] [en] afectó a la población de Rusia la caída de la Unión Soviética:

La Federación Rusa experimentó un aumento en la tasa de mortalidad de casi 40 por ciento desde 1992, con números que aumentan de 11 a 15.5 por cada mil […]. La caída de la Unión Soviética en 1991 trajo consigo muchos cambios sociales, políticos y económicos que siguen afectando a Rusia hasta estos días. Aunque todos los países progresan de manera diferente en el modelo de transición demográfica, se muestran las tendencias generales. No obstante, Rusia parece estar atravesando una transición única. Cada país atraviesa por reducción de la población por diversas razones, como propagación de enfermedades, como pasó en África con la epidemia del SIDA; otros pueden ser causados por avances sociales que llevan a menores tasas de fertilidad.

La disminución de la población se hizo evidente en Rusia desde la caída de la Unión Soviética, y es por eso que sirve como interesante caso de estudio. En la superficie es contra la intuición que el estado del país empeoraría tras la caída del Partido Comunista. Sin embargo, es probable que el malestar político fuera responsable por el comienzo del problema demográfico en Rusia. Una serie de factores que incluyen los económicos, el estilo de vida, servicios de salud e incidencia de enfermedades han contribuido a la disminución de la población de Rusia. […]

El blog Al Fin contextualizó varias publicaciones [5] [en] en un post de noviembre de 2011 titulado «Una constante pérdida de talento empeora el colapso demográfico de Rusia»:

Bellas jóvenes rusas compiten para ser novias por correo para hombres europeos, norteamericanos y australianos. Ambiciosos y competentes jóvenes rusos compiten por puestos en el extranjero –cualquier cosa para escapar del deprimente punto muerto que Rusia ha llegado a representar para tantos de sus jóvenes.

Una cita de The Moscow News [6] [en] pone a la emigración en su contexto histórico:

Rusia no ha visto nada parecido desde 1917, informó Newsru.com. Más de 1.25 millones de personas se han ido en los últimos diez años, informó el portal de noticias. “El país está sangrando potencial intelectual”, citó Newsru.com al analista político Dmitry Oreshkin. “Los más activos, los más inteligentes y los más dinámicos se están yendo”.

Otra cita llegó de World Crunch [7] [en], que habló sobre cómo específicamente quienes tienen un alto nivel de capital humano están yéndose de Rusia:

No es la primera vez, los científicos rusos están tomando su considerable conocimiento y se están yendo al extranjero. Algunos de los inteligentes emigrantes citan problemas de financiación con la burocracia rusa como las razones para irse. Para otros, irse a Occidente es simplemente una opción de estilo de vida.

… Los universitarios rusos prefieren cualquier pequeño laboratorio desconocido en Europa por encima del flamante complejo científico ruso [Skolkovo]. “Se ha establecido una tendencia estable: 100% de los jóvenes que trabajan que tienen la oportunidad de trabajar fuera, se van de Rusia”, dijo un analista científico. “Si un joven investigador tiene la oportunidad de entrar al campo internacional, lo hará”.

Ciertamente, la tendencia va más allá de los científicos. En octubre de 2011, un encuesta halló que el 22% de los ciudadanos rusos en general estaban preparados para salir del país. Lo único que separa a los científicos es que tienden a ser mucho mejor acogidos por los países que los reciben. “Ni siquiera se trata de falta de financiamiento para proyectos científicos, sino calidad de vida en general”, dijo uno de los científicos. “Si la gente común y corriente no está regresando a Rusia, ¿por qué regresarían los científicos?”

El blog Global Economy Matters expuso [8] [en] que algunos de los esfuerzos hechos por el gobierno ruso para abordar estos asuntos demográficos han tenido éxito, y cita un artículo del Despacho de Referencia de la Población [9] [en] de mayo de 2011:

En 2000, Rusia logró lo que para muchos rusos es un dudoso hito: las muertes (2,225,300) superaron a los nacimientos (1,266,800) por un contundente 958,500. La tasa bruta de natalidad ha caído a 8.7 nacimientos por cada mil habitantes. Junto con la tasa bruta de mortalidad de 15.3, el aumento natural llegó al nivel más bajo sin precendentes –6.6 por cada mil, o –0.7 por ciento si lo redondeamos. La tasa total de fertilidad bajó a 1.195 hijos por mujer. La crisis, como se preveía, definitivamente se notó, pero no se hizo nada realmente efectivo hasta 2007 cuando Vladimir Putin anunció bonos por bebé equivalentes a US$9,000 por un segundo y adicionales nacimientos. Putin ha sido un abierto defensor de elevar la tasa de natalidad y de mejorar las condiciones de salud para evitar las consecuencias de una fertilidad sostenida muy baja. El programa debe haber funcionado pues los nacmientos en 2007 pasaron a 1,610,100 de 1,479,600 del año anterior y desde entonces han aumentado. Esta es una de las muy pocas “historias de éxito” en los esfuerzos de países industrializados para elevar la tasa de natalidad.

Algunos grupos defienden un enfoque social para reducir el descenso de la población antes que un enfoque gubernamental. Las organizaciones religiosas internacionales han tomado nota de los problemas demográficos de Rusia y los han integrado a una campaña mundial en contra del aborto, como lo ilustró [10] [en] un post de United Families International de agosto de 2011:

La “Madre Rusia” está pasando por una disminución sin precedentes en la población. En los últimos 20 años, se estima que un asombroso número de 80 millones de niños rusos no han nacido pues han sido abortados. En promedio, durante el curso de su vida reproductiva, un mujer rusa tendrá siete abortos.

Revisando esa alta tasa de abortos con la tasa de fertilidad de 1.2 (se necesita una tasa de fertilidad de 2.1 para reemplazar a la población), Rusia enfrenta perder un tercio de su población cada generación. “Estamos perdiendo a casi tres cuartos de millón de personas cada año”, dijo Alexey Komov, presidente de la Cumbre Demográfica de Moscú que se llevó a cabo en junio pasado.

El post incluía un video realizado por el Instituto de Investigación de la Población, que alegó que los programas del gobierno para reducir la disminución demográfica llegan hasta César Augusto de Roma, pero que todos estos programas fracasan invariablemente:

Por último, es un tema de fe y espíritu que determina cuántos hijos decide tener la gente”, dijo Phillip Longman, conferencista y autor de «La cuna vacía: cómo amenaza a la prosperidad la caída de la tasa de natalidad». No es algo que realmente pueda hacer el gobierno. Es algo que la sociedad puede hacer.