- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Rumania: «Yo, el ciudadano»

Categorías: Europa Central y del Este, Rumanía, Derecho, Derechos humanos, Elecciones, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Las protestas callejeras en Rumania han durado varios días. El pueblo pedía elecciones anticipadas, y la conversación en el internet rumano continúa sobre quiénes son los manifestantes, qué quieren y cuáles serán las secuelas de las protestas. Las personas en la calle no tienen un líder, y sin embargo tienen una voz poderosa – y el cambio empieza a ocurrir.

El lunes 23 de enero de 2012, el Primer Ministro Emil Boc [1] destituyó al Ministro de Asuntos Exteriores Teodor Baconschi [2] [en] – una semana después que el segundo de los mencionados publicara en su blog personal [3] [ro] lo siguiente:

Hay algo que se está haciendo más claro para los rumanos con sentido común. Una pelea de vida y muerte ha empezado entre las fuerzas del pasado y el proyecto de una nueva Rumania. La oposición ha activado finalmente todo el arsenal heredado de los comunistas: gamberros armados, desinformación, propaganda de odio. […] Este año será crucial para Rumania. La elección es simple: reforma, responsabilidad y seguridad – o involución, populismo y el gobierno de un club. Pero la elección la tomará la Rumania más honesta, la Rumania que trabaja duro, la Rumania que mira al frente, y no el lumpen alineado, violento e inepto, como los mineros del pasado, detrás de los herederos de la ex comunista [Securitate [4]].

El periodista Bogdan Ciuclaru escribe [5] [ro] acerca de la responsabilidad ciudadana, que los rumanos, cansados de que se les escuche solamente durante las campaña electorales, están empezando a ejercer:

También estoy decepcionado con Traian Basescu y no voy a permitir que la pareja (Victor Ponta [6] [en] y Crin Antonescu [7] [en], los dos principales líderes de la oposición de USL/Unión Social Liberal [8] [en]) me hagan lo mismo. Traian Basescu fue el último representante de la generación del Frente Nacional de Salvación (el primer partido formado después de la revolución de 1989 [9]) en el que confié y hasta me gustó. En 2004, era un fenómeno, una hábil figura política, una alternativa a una pandilla, una especie de picante… no creo que me traicionara -más bien,  me decepcionó porque se convirtió exactamente en lo que parecía querer condenar o arreglar. Luego de probar a Traian Basescu, creo que nos hemos quedado sin opciones razonables, y la única persona en la que puedo confiar soy yo -yo, el ciudadano… no se me permite decepcionar en casa, en mi auto o en la calle. Tampoco se me permite decepcionar al banco, si lo pienso bien. Para los ciudadanos, la regla de la decepción es más estricta. Si quieres sentirte bien tú mismo, seguirás jugando según esta regla y ten cuidado de no decepcionar a tus padres, tu familia, colegas, jefes, entre otros.

[…] La política parece ser la manera más fácil de practicar la decepción cien veces más intensamente. Cuando estás expuesto a  tanta decepción, te quedas con pocas opciones alternas: votar y protestar. La evolución de Traian Basescu y la de otras figuras que propuso o apoyó me hace dudar de mi primera opción y poner más atención a la segunda. Para mí, no es suficiente que me escuchen una vez cada cuatro años. Esa es la razón por la que tomé las calles… Si no hacía nada, sentiría que estoy decepcionando.

Creo que es algo bueno que la gente esté protestando y expresando su descontento con una voz más fuerte. Es la única manera en que las autoridades sigan tomándonos en serio. No tiene sentido tener conexiones inalámbricas y calefacción central y buses si nos sigue constantemente esta frustración de no ser escuchados por los que elegimos para que nos gobiernen…

Protesters gather in Bucharest to protest austerity measures. Photo by GEORGECALIN, copyright © Demotix (19/01/12). [10]

Los manifestantes se reúnen en Bucarest para protestar por las medidas de austeridad. Foto de GEORGECALIN, derechos reservados © Demotix (19/01/12).

La sociedad rumana ha estado más bien pasiva en los últimos 22 años, y el periodista Vasile Ernu sugiere mostrar unidad volviendo blancas las actuales protestas [11] [ro]:

Se hace cada vez más difícil hacer que las personas salgan a las calles. Tal vez podemos reunir a 2,000 o 5,000, o tal vez hasta 15,000, pero es muy difícil ¿Por qué? Por diversas razones. Nos hemos olvidado de cómo protestar, hemos estado fragmentados, nos hemos olvidado de cómo estar unidos y ser valientes, hemos olvidado que más allá del interés propio hay un interés común, lo que le da significado a una sociedad. Nos hemos acostumbrado a que nos humillen y hemos olvidado que también podemos ser una fuerza que los que están en el poder deberían temer.

Todavía hay algo que podemos hacer… ¿Y si empezamos a usar cintas blancas o bufandas blancas? Podemos usarlas en nuestra solapa o en nuestro pecho, alrededor de nuestro cuello o muñeca. Todas blancas. Podríamos colgarlas fuera de nuestras ventanas y autos. Al comienzo, serían 5,000, después de eso 15,000, después 100,000 y después un millón. Habrá más y más de nosotros… No todos pueden salir a las calles, pero este gesto lo puede hacer cualquiera que se sienta sublevado y descontento con los que están en el poder. Al comienzo, estaremos tímidos y asustados, pero cuando nos encontremos, nos reconoceremos. Al comienzo, seremos unos pocos, y después de eso, más y más nos uniremos y nos daremos valor. Gradualmente, de mí a ti, de vecino a vecino, de manifestante a policía, más y más personas usarán cintas blancas. Un esfuerzo mínimo sin violencia. […]

Algunos lemas de los manifestantes rumanos están en contra de toda la clase política. Aun así, ¿a quién escogerán los electores en las elecciones que se vienen a fin de año? Catalin Tolontan se imagina la vida después de las protestas [12] [ro]:

Antes de tiempo, no le creo a ninguno de los nuevos movimientos políticos. Lo que creo que es no podemos darnos el lujo de llegar al punto de no escuchar más ideas debido a lo imperfectas que son las voces que las expresan.

Todos vivimos vidas imperfectas, pero esperamos que los que nos gobiernan tengan vidas destacadas. En ese caso, nosotros y no ellos somos los hipócritas. Como cualquiera de las personas en la Plaza Universidad –personas que admiro grandemente se están expresando ahí–, tienen sus debilidades. […]

[…]

Tengo mis propias dudas como reportero y de viejas peleas con Crin Antonescu [líder de la oposición y futuro candidato presidencial], aunque me gusta que en estos días se atreviera a decir, repetidamente, que los miembros de los partidos políticos no son inferiores a los que tomaron las calles por toda Rumania. Los miembros de los partidos militan a diario en sus foros virtuales. ¿Qué debemos decirles? ¡Déjennos, somos immaculados! Seguro, podemos continuar odiando las diferencias y añorar un hombre en caballo blanco. Miramos hacia el horizonte. Por ahora, el blanco solamente pertenece a la nieve, la única solución para los que están en el poder, nieve homogénea y fría en la que nos perdemos puros y aislados.

Finalmente, el periodista Radu Tudor comenta [13] [ro] la declaración de Crin Antonescu sobre que la renuncia de los parlamentarios de USL del Parlamento Rumano es apenas una cuestión de días:

Personalmente, he estado pidiendo esto hace un año y medio. Luego de la larga noche de la democracia rumana, el 15 de setiembre de 2010, cuando Anastase Roberta Alma [presidente de la Cámara de Diputados en el Parlamento Rumano] junto con 80 parlamentarios de la coalición del gobierno traicionaron el voto de la ley de pensiones, la oposición parece hacer entendido finalmente que no puede estar lado a lado con los ladrones del actual régimen. […]

Estoy muy ansioso y curioso sobre si la oposición honrará este compromiso.

Esto significaría total solidaridad con los miles de personas descontentas que protestan en toda Rumania.

Este probablemente sea el impulso final para ganar las elecciones.

Ahora se está escogiendo la inteligencia de entre la estupidez. Veremos…