Cuba: Blogueros opinan sobre la ley SOPA, la cultura y la democratización del conocimiento

Desde mediados de enero, la legislación antipiratería propuesta por el Congreso de los Estados Unidos, conocida como SOPA/PIPA [en], ha despertado reacciones desde una amplia gama de perspectivas culturales y políticas en todo el mundo. Los contribuyentes de Global Voices le han dado a sus lectores una idea de las respuestas brindadas por los defensores de una Internet abierta en toda Europa, Asia y las Américas (aquí, aquíaquí). Los defensores de una Internet abierta en los Estados Unidos obtuvieron un gran triunfo en enero, cuando los miembros del Congreso aceptaron retirar la consideración de los proyectos de ley.

Teatro Karl Marx, por Edgar Rubio. CC: BY-NC-ND.

En Cuba, donde muy pocos ciudadanos utilizan Internet de forma regular, y donde el concepto de un sitio como WikipediaBitTorrent sigue siendo extraño para la mayoría de la gente, los blogueros aportaron una perspectiva única a la discusión. Al contrario de muchos críticos de SOPA/PIPA en los Estados Unidos y el resto del mundo, los blogueros cubanos no se centraron en las implicaciones técnicas de las leyes propuestas. Tanto los blogueros independientes como los afiliados al estado vieron las leyes SOPA/PIPA no solo como simples medidas legales que habrían reprimido la innovación y apertura en internet, sino también como una firme declaración de cómo los legisladores (y las industrias de la música y cinematografía) valoran la cultura y la creatividad como parte de la sociedad estadounidense.

Karel Pérez Alejo, quien escribe para CubadebateTrabajadores, definió la cuestión como una polémica que divide a «la sociedad» o «el 99%», por un lado, y a los mayores defensores de las leyes, por el otro:

Si bien algunos han analizado el fenómeno como la confrontación entre Hollywood y Silicon Valley, los millones de reclamos de los usuarios hablan de una guerra más profunda, entre una sociedad que busca manejar una información sin restricciones y un grupo de intereses que intentan seguir un obsoleto modelo de propiedad.

La bloguera de Voces Cubanas, Regina Coyula, estableció una conexión entre SOPA/PIPA y el cierre parcial del sitio de alojamiento de archivos MegaUpload realizado por el FBI aquí. Coyula argumentó que tales cierres, que se habrían incrementado de haber sido aprobada la legislación, limitan el acceso al conocimiento y a la cultura a aquellas personas que, de otra manera, no podrían costearlo:

[Las autoridades estadounidenses], con alegaciones de piratería, cercenan el también alegado derecho de millones de ciudadanos de la aldea global a bajar contenidos por los que entienden que no deben –o no pueden—pagar.

En La Pupila Insomne, Iroel Sánchez comparó el paradigma de los derechos de propiedad intelectual en los Estados Unidos con el modelo cubano, destacando el modo en el que los sistemas de educación y cultura de Cuba han intentado “democratizar” el conocimiento, haciéndolo fácilmente accesible para todos:

Cuba, con una formación masiva de profesionales universitarios….no hubiera podido desarrollar [su] capital humano sin una concepción democratizadora y no lucrativa del conocimiento…

Desde que fueran introducidas en los años 60, las políticas culturales revolucionarias del gobierno [en] han generado amargas controversias sobre el rol ideológico de los artistas en la sociedad cubana. Sin embargo, también han dado lugar a un fuerte sistema de apoyo a los artistas y a las instituciones culturales. En Cuba, uno puede asistir a las funciones del ballet nacional por solo unos pesos más de lo que cuesta comprar una entrada para el cine. El acceso a la cultura, el conocimiento y la educación pretende ser libre para todos los ciudadanos.

Sin embargo, cuando se trata de cultura y conocimiento que son creados e intercambiados en internet, la mayoría de los cubanos está en peores condiciones que cualquier ciudadano de los Estados Unidos. Para aquellos que no ocupan un puesto de alto nivel en el gobierno, en la investigación científica o en el mundo académico, el acceso a Internet sigue siendo limitado [en]. Internet se ha convertido en un espacio controvertido, donde las autoridades gubernamentales y la prensa oficial han denunciado la “ciberguerra” de Estados Unidos a Cuba; el paisaje aparentemente ilimitado de la cultura y el conocimiento en internet es raramente mencionado en la esfera pública. Las autoridades cubanas han optado por limitar el uso de Internet, presumiblemente en un esfuerzo por atenuar los efectos potenciales que el discurso político independiente y la actividad económica en internet puedan tener sobre la sociedad.

De manera similar a Sánchez, Coyula hizo referencia a la naturaleza singularmente politizada de las políticas culturales de Cuba, pero echa una mirada crítica sobre este sistema “democratizado” para el intercambio de conocimiento. Para concluir, Coyula fomentó la noción de un equilibrio, en el que los intereses del mercado y el bien común puedan armonizar el uno con el otro:

Es cierto que hay una relación simbiótica entre el arte y la mercadotecnia que lo pone en manos del consumidor. Pero ver el arte como mercancía ha resultado en la promoción de productos de dudosa calidad en detrimento de otros con valores. […] En algún punto se logrará el equilibrio entre ambos intereses.

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