Pocos días después que su nieto Felipe Juan Froilán se disparara accidentalmente una bala en el pie en un entrenamiento de tiro, el rey de España tuvo una caída y se fracturó la cadera. Este accidente no tendría tantas reacciones críticas en la blogósfera si no se hubiera producido cuando Juan Carlos cazaba elefantes en Botsuana, en un safari que podría costar hasta 45 000 dólares. De manera sarcástica, el bloguero Carlos Carnicero plantea la siguiente pregunta: «¿Cuál es el problema de los Borbones [la familia real española] con las armas de fuego? ¿No pueden vivir sin usarlas?» En su blog, Lola Pardo evoca el cierre de la página web de Rann Safaris, la agencia a la cual el monarca compró su viaje, poco después de la rápida difusión a través de la redes sociales de una foto donde podemos verlo delante del cadáver de un elefante.