África: Entrevista con el encargado de la sección africana del Comité para la Protección de los Periodistas

Abdoulaye Bah (AB): Antes de nada, ¿quién es Mohamed Keita ?

Mohamed Keita (MK): Dirijo la sección africana del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, Committee to Protect Journalists), con sede en Nueva York.

AB: ¿Cuáles son los objetivos del CPJ?

MK: CPJ es una organización independiente, sin fines de lucro y no gubernamental, que desde 1981 se dedica a defender la libertad de prensa en todo el mundo. El CPJ fue fundado por un grupo de destacados periodistas estadounidenses, incluidos los ya fallecidos Walter Cronkyte y Dan Rather, para apoyar a sus compañeros de todo el mundo. Su origen tuvo lugar en los años 80, un período en el que los secuestros y asesinatos de periodistas en Líbano y Latinoamérica eran muy frecuentes. CPJ defiende su independencia de cualquier gobierno y no acepta donaciones de ningún estado.

Logo del Comité para la Protección de los Periodistas. Fuente de la imagen: http://cpj.org/.

AB: ¿Cuáles son los países africanos en los que la libertad de prensa se encuentra en peligro?

MK: Eritrea: En este país del Mar Rojo, el presidente Isaias Afewerki terminó en septiembre del 2001 con la prensa independiente, llevando a cabo una campaña contra la disidencia. Desde entonces, el Ministro de Información del Gobierno de Isaias, Ali Abdu, dirige el aparato propagandístico: la prensa controlada por el Estado. El gobierno ordena sobre qué y cómo tienen que informar los periodistas. Es el país de África cuyas prisiones albergan el mayor número de periodistas (al menos 28). Todos ellos se encuentran en cárceles secretas, sin cargos ni pruebas para ello, sin contacto con sus familias y sabiendo, en muchos casos, que morirán en prisión. En todo el mundo, solamente Irán cuenta con más periodistas encarcelados.

Etiopía: En febrero de 2011, la policía etíope amenazó con llevar a prisión al bloguero disidente Eskinder Nega, si no dejaba de comparar los levantamientos de la Primavera Árabe con las protestas prodemocráticas vividas en Etiopía en el año 2005. Nueve meses después, Eskinder fue detenido, acusado de terrorismo y actualmente se enfrenta a una posible sentencia de cadena perpetua, un proceso politizado y que se basa en las críticas que el bloguero vertió en Internet. Etiopía maneja la mayor y más sofisticada infraestructura de censura en Internet de toda África subsahariana y fue clasificada entre los diez primeros puestos de la califiación de de Opresores en Línea del CPJ.

Solamente Eritrea supera al gobierno del Primer Ministro etíope, Meles Zenawi, en cuanto a periodistas encarcelados. Casi todos los periodistas, incluídos dos reporteros suecos, han sido acusados de terrorismo por informar sobre la oposición o sobre grupos rebeldes. Gracias a una serie de leyes restrictivas, el EPRDF (siglas en inglés del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope, la coalición política del gobierno actual), dirigido por Meles,  ha endurecido la legislación y regulación de los medios de comunicación, los medios estatales y las instituciones públicas. La prensa independiente se limita a un puñado de periódicos privados y a una emisora de radio. El gobierno también interfiere en programas de radio de Voice of America y de Deutsche Welle, y prohíbe el acceso de los periodistas a Ogaden, donde tiene lugar una rebelión. El gobierno de Meles ha provocado el mayor exilio de periodistas a nivel mundial solamente en la última década.

Gambia: Los años de intimidación a la prensa del presidente Yahya Jammeh, una serie de incendios provocados en sedes de medios de comunicación, la suspensión de periódicos y emisoras de radio y el caso de la desaparición, a manos del gobierno, de Ebrima Chief Manneh (que sigue en paradero desconocido), han creado un clima de terror entre los periodistas de Gambia y han obligado a exiliarse a los mejores de ellos.

Zimbabue: El año pasado, Zimbabue persiguió y arrestó a un hombre por haber escrito un comentario político en Facebook. El presidente Robert Mugabe, que dirige el partido gobernante ZANU-PF, ha permitido trabajar en el país solamente a un puñado de periódicos independientes, controlando severamente la legislación y regulación de los medios y las emisoras de radio nacionales. Los periodistas trabajan con las leyes de seguridad y de información más restrictivas del planeta.

Guinea Ecuatorial: El control con el que Teodoro Obiang gobierna este país rico en petróleo, se basa en la estricta gestión de su información. El mandatario y sus colaboradores controlan todo lo que se publica y ningún periodista puede informar de manera inmediata sobre las prioridades nacionales, los gastos o la corrupción.

Ruanda: Paul Kagame justifica las restricciones en la prensa invocando a Radio Milles Collines, una emisora que, en realidad, estaba financiada por el gobierno y no era independiente. El gobierno de Kagame también abusa de leyes contra el «genocidio ideológico» o la «división étnica», persiguiendo y encarcelando así a cualquier periodista crítico con las versiones oficiales del genocidio de 1994.

Somalia: Los periodistas (que se encuentran en primera línea, entre milicias rivales, caudillos de guerra, gobierno e insurgentes) son el blanco de los ataques de todos los implicados en el conflicto somalí. Somalia es el país en el que más muertes se producen entre la prensa: al menos 40 periodistas han sido asesinados desde 1992.

Sudáfrica: El presidente Jacob Zuma, que dirige el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), se ha enfrentado a las críticas de la prensa en temas como sus registros en corrupción, el crimen o la pobreza. Para acallar estas denuncias, el gobierno ha introducido una serie de propuestas legislativas que penalizan la investigación periodística, incluyendo el controvertido proyecto de ley  de Protección de la Información del Estado, llamada por los opositores «Ley del Secreto» (Secrecy Bill). La intimidación verbal y física hacia los periodistas crece, particularmente la de la Liga Joven del ANC.

Angola: El presidente Jose Eduardo Dos Santos y sus colaboradores, del partido gobernante MPLA, controlan todo lo que se publica en los medios del país y refuerzan la censura en la información. Solamente dos periódicos y dos emisoras de radio no están controlados por el gobierno. Los periodistas que informan sobre la corrupción son perseguidos y condenados con penas de prisión. Las fuerzas de seguridad han atacado e intimidado a periodistas que informan de las protestas de jóvenes opositores al gobierno y que piden la dimisión de Dos Santos.

Angola y Camerún han introducido medidas legislativas para combatir el «crimen cibernético», pero estas leyes no hacen sino castigar, con penas de prisión, la distribución en Internet de fotos y vídeos de acontecimientos públicos.

República Democrática del Congo: Los periodistas trabajan a capricho de las fuerzas de seguridad, los grupos rebeldes y los políticos poderosos, quienes abusan de ellos con total impunidad. Al menos ocho periodistas han sido asesinados desde 2005 y la justicia no ha hecho lo suficiente para resolver esas muertes.

El blogger y disidente etíope Eskinder Nega. Foto por cortesía de Lennart Kjörling.

AB: Los blogueros del Norte de África han contribuido de manera significativa al éxito de las revueltas en sus países. ¿Es factible que en África Subsahariana los blogueros desempeñen un papel similar?

MK: Las herramientas que las redes sociales ofrecen se han convertido en plataformas para organizar protestas en las calles y para canalizar el incorformismo, fuertemente reprimido en la vida real. Algunos gobiernos, como el de Etiopía, el de Angola o el de Camerún, comienzan a tomar duras medidas contra este uso de Internet, aprobando leyes contra el «crimen cibernético» o intimidando a blogueros. Además, los usuarios de Facebook, Twitter y YouTube cuelgan fotos y vídeos de las calles gracias a sus teléfonos móviles y convierten estas noticias en la portada de la actualidad; los medios informativos tradicionales están intentando ponerse a su nivel.

AB: En Mozambique, en 2008 y 2010, bastante antes de las revoluciones en los países árabes, la sociedad civil pudo organizar, a través de mensajes de móviles, una manifestación contra el alza del costo de vida. En Ghana, en 2010, los ciudadanos participaron masivamente en la revisión de la Constitución, utilizando el Facebook y sus móviles. ¿Deberíamos ver estos episodios como ejemplos aislados o pueden ocurrir acciones similares en otras partes?

MK: Las redes sociales, manejadas por jóvenes periodistas ciudadanos, alimentan las protestas en Angola, Nigeria y Senegal.

La portada de CPJ

AB: ¿Qué papel asignas a las redes sociales en África y qué obstáculos ves?

MK: Han democratizado las noticias y la información, haciendo más difícil que los gobiernos y los enemigos de la libertad de expresión condenen a un país al ostracismo informativo. Han creado un puente virtual entre los africanos que viven en el exterior y los que continúan en sus países de origen. Pero los usuarios siguen lejos de estar preparados para sortear los peligros que acechan en la red. Zimbabue persiguió y detuvo a un hombre el año pasado solo por poner un comentario político en Facebook. Y muchos gobiernos piden normalmente las claves de sus cuentas de correo electrónico a los periodistas detenidos. La seguridad de la información es el nuevo reto al que se enfrentan los periodistas, ahora que muchos de ellos trabajan sobre todo en la red.

AB: ¿Qué podemos esperar de la Unión Africana?

MK: La Unión Africana tiene una sección especial para la libertad de expresión, pero trabaja solamente a tiempo parcial y le faltan medios para realizar su trabajo. Los estados miembros de la Unión Africana carecen todavía de políticos que respeten la libertad de prensa y que protejan a los periodistas. Los escasos instrumentos de la región para proteger los derechos humanos, como la Corte de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS, por su nombre en inglés) nos dan algo de esperanza. La corte se encargó de la jurisprudencia en los casos de desaparición y tortura de periodistas en Ghana, pero ahora el problema es hacer cumplir el fallo.

AB: El año 2011 fue un año duro para la libertad de prensa en África, ¿cómo ves el 2012?

MK: Cada nuevo año aparecen nuevos retos en esta batalla por la prensa libre. La «Ley del Secreto» en la Sudáfrica debe ser rechazada, porque Sudáfrica es un modelo de democracia y libertad de prensa para el continente, y este proyecto de ley amenaza con tirar por la borda los 18 años de progreso vividos desde el fin del Apartheid. Sudán del Sur, la nación más nueva del mundo, ya está actuando contra la libertad de prensa, lo que también es preocupante. Etiopía y Burundi abusan de legislación contra el terrorismo para, en realidad, perseguir y encarcelar a periodistas críticos, una nueva tendencia que debe parar. La libertad de prensa está en peligro de extinción en Etiopía, Angola, Gambia y Ruanda. Níger es, probablemente, el mejor ejemplo de país en lo que respecta al avance de la libertad de prensa.

Puedes seguir a Mohamed Keita en el Twitter @africamedia_CPJ [en] y también leer sus artículos en el blog de CPJ [en].

 

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