México: Internautas y comunidad periodística reaccionan al homicidio de Regina Martínez

El cuerpo sin vida de Regina Martínez, periodista y corresponsal del semanario Proceso, fue encontrado en su domicilio el pasado 28 de abril de 2012, en Jalapa, Veracruz (México). Según los datos difundidos por el gobierno local en un primer momento, el cuerpo presentaba huellas de violencia (golpes en el rostro y cuerpo) y la causa aparente de la muerte fue asfixia por estrangulamiento.

Más tarde, a través de un comunicado, el Gobernador de Veracruz hizo públicas sus instrucciones a la Procuraduría General de Justicia de la entidad y expresó sus condolencias a la familia Martínez:

Desde que tuvo conocimiento de este penoso suceso, el Gobernador del estado ha estado en contacto permanente con el procurador General de Justicia, Felipe Amadeo Flores Espinosa, a quien instruyó integrar un grupo especial de investigadores para aclarar la muerte de la periodista.

El mandatario veracruzano expresó sus condolencias a la familia de la comunicadora, a quienes dará todo el apoyo y respaldo que requieran en este momento tan difícil por el que atraviesan.

Los hechos violentos que cobraron la vida de la periodista han generado múltiples reacciones de condena y protesta por parte del gremio periodístico y el público en general.

Katya Albiter de Vivir México se manifestó así sobre el homicidio de Regina Martínez:

Una muesca más en la vergonzosa pared de periodistas caídos. Una voz más que se calla con violencia. Más reclamo, más repudio, más indignación, más rabia, más impotencia. Porque los queremos vivos, ¡vivos, carajo! Porque informar no debe ser una condena de muerte. Porque dar la vida es dar mucho, muchísimo, ante un país que no mejora y pronto olvida.

El blog Mujeres por la Democracia recogió el texto en el que la periodista Lydia Cacho describió a su difunta colega:

Regina Martínez era más bien tímida, siempre cargaba su grabadora, una libreta con pluma negra y de vez en vez se acomodaba los lentes como un tic cuando estaba muy concentrada en entrevista. Durante años fue corresponsal de La Jornada en Veracruz y como todas las reporteras y reporteros del País trabajaba también para medios locales para poder subsistir. La última década, hasta antier, fue corresponsal de la Revista Proceso. Hasta antier que apareció asesinada en su casa, severamente golpeada. No quiero imaginarme cómo murió, espero que podamos averiguarlo para conocer a los culpables. Regina no hubiera imaginado nada, hubiese buscado la evidencia, las pistas, perseguido a todas las fuentes para contrastar la información. Con discreción y ética hubiese trabajado hasta hallar las piezas del rompecabezas que llevan a la verdad. Así debemos hacerlo sus compañeras, sus compañeros indignados frente a este asesinato.

Imagen de Adri Lagunes en Flickr (CC BY-NC 2.0)

Desde Abajo, por su parte, difundió el comentario de de Soledad Jarquin, en el que se apunta que el homicidio de la periodista atenta contra la libertad de expresión, a la vez que lo relacionó con la guerra que ha emprendido la actual administración contra la delincuencia organizada:

El pasado fin de semana volvió a pasar lo que no queremos que pase en este país ni en ninguna otra parte del mundo. El asesinato de la periodista Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso en la ciudad de Xalapa, Veracruz, es otro intento por amordazar la libertad de expresión y por callar la verdad que trastoca casi siempre intereses económicos y políticos relacionados o no con la delincuencia.

En un estado de guerra como el que vivimos en México, ejercer la profesión del periodismo se ha convertido en una de las actividades más peligrosas y el asesinato de Regina Martínez nos ha vuelto a recordar ese terreno nada seguro sobre el que se está parado y nos recuerda también lo que se advirtió desde hace casi cinco años cuando Felipe Calderón decidió iniciar una guerra que se advertía peligrosa para la ciudadanía y en especial para aquellas y aquellos periodistas que investigan y descubren verdades incómodas para los grupos o mafias en el poder.

En Twitter, Jenaro Villamil (@jenarovillamil) condenó el homicidio y aprovechó para hacer referencia a la presentación de Roger Waters en la Ciudad de México:

#ReginaMartínez. No a los cerdos asesinos, como canto Roger Waters ayer. Derrumbemos El Muro. http://yfrog.com/hsh2auej

El compañero de la periodista, Álvaro Delgado (@alvaro_delgado) expresó la exigencia de su casa editorial a las autoridades:

Los miembros de la @revistaproceso exigimos a @FelipeCalderon y a @Javier_Duarte que el brutal crimen de #ReginaMartinez no quede impune.

El abogado penalista Ulrich Richter (@UlrichRichterM) se sumó a dicha exigencia:

@alvaro_delgado @revistaproceso @felipecalderon @javier_duarte y también los ciudadanos exigimos No mas asesinatos a periodistas.

Por su parte Darío Ramírez (@expresate33) aportó el dato estadístico sobre muertes de periodistas en el actual sexenio:

El promedio de asesinatos de periodistas en México desde el 2006 es de 9 al año. En ningún país «en paz» existe algo semejante.

Existe consenso en la condena hacia el homicidio de la periodista Regina Martínez, y la comunidad mira hacia sus autoridades en busca no sólo de respuestas, sino de resultados, que impidan que las voces periodísticas sigan siendo calladas de manera violenta y definitiva, lesionando así la libertad de expresión, el derecho a informar, el derecho a investigar y el derecho de las personas a recibir información.

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