España: ¿Pueden las redes sociales acabar con la telebasura?

El avance tecnológico no es necesariamente sinónimo de calidad. El caso de la programación televisiva española es un claro ejemplo de ello. Desde hace años se emiten contenidos denominados telebasura, un modelo de negocio muy rentable para las cadenas de televisión por su bajo costo y su gran calado en la audiencia. Estos programas se lucran con la peor faceta del ser humano, atraído en muchas ocasiones por el morbo y el escándalo. Se prestan al sensacionalismo con fines económicos aunque ello conlleve graves faltas éticas y la desinformación del público. Se disfrazan y pretenden ejercer periodismo una importante cantidad de reality shows y programas que abarcan cotilleos, falsas tertulias… De esta manera lo describe el Manifiesto contra la telebasura, fruto de la Plataforma por una televisión de calidad:

Bajo una apariencia hipócrita de preocupación y denuncia, los programas de telebasura se regodean con el sufrimiento; con la muestra más sórdida de la condición humana; con la exhibición gratuita de sentimientos y comportamientos íntimos. Desencadenan una dinámica en la que el circense «más difícil todavía» anuncia una espiral sin fin para sorprender al espectador.

Foto de arrakis.es

Medios de comunicación de masas vs redes sociales

Sin embargo la telebasura ha peligrado seriamente gracias a la audiencia activa que ha sabido aprovechar el gran poder de las redes sociales y la fuerza de las campañas digitales. Desde 2008, el periodista y bloguero Pablo Herreros denuncia en su blog, Comunicación se llama el juego, lo que él mismo denomina el crimen pagado en televisión. Consiste en conceder entrevistas a criminales o a sus familias para que hablen de su delito en plató a cambio de grandes cantidades de dinero.

En octubre de 2011, Pablo Herreros a través de su blog consiguió que 33,000 personas firmaran y difundieran una petición que exigía a los anunciantes que castigaran a los programas que se prestan a esas prácticas. Entre ellos, el programa La Noria  contrató una entrevista con la madre de El Cuco, culpable de asesinar a Marta del Castillo. Los anunciantes hicieron caso a la demanda colectiva logrando que por primera vez el programa no contara con anuncios hasta que hace unas semanas se dejó de emitir por completo.

El bloguero ha difundido también un video que muestra el dolor ocasionado a los familiares de las victimas con este tipo de entrevistas pagadas:

La lucha en las redes por una televisión responsable que deje de ser cómplice de crímenes continúa bajo los hashtags #NomáscrímenpagadoenTV y #Otratelevisiónesposible. El objetivo es que la petición cuente con el respaldo suficiente para que llegue a los políticos y a las televisiones. De momento ha sido escuchada por varios anunciantes. Un verdadero logro.

Algunos medios de comunicación apuntan ya a un posible declive de la telebasura, principalmente la que paga a criminales pero también a la que privilegia el amarillismo. La crisis publicitaria en España podría propiciar el momento perfecto para reflexionar sobre qué tipo de televisión sería más deseable para la sociedad y para actuar en ese sentido.

Es necesario confiar en las iniciativas populares en Internet y en su influencia pero sin olvidar que hace cuatro días el reality Gran Hermano, tras doce años de emisión, seguía batiendo records de audiencia con un millón tres cientos mil espectadores.

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