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Rusia: Opositores evalúan el legado de Putin

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Medios ciudadanos, Política, Protesta, RuNet Echo

En los meses recientes, las protestas rusas han dado varios giros inesperados y sin precedentes. El movimiento se abrió paso pacíficamente en el año con las protestas de las ‘Cintas Blancas’ (el símbolo de la oposición) y un esfuerzo de reunir a un millón de personas para manifestarse en contra de la toma de mando del nuevo (y antiguo) presidente de Rusia, Vladimir Putin. Sin embargo, la ‘Marcha del Millón de Hombres’ terminó con violencia entre la policía y los manifestantes, en tanto que la oposición sigue fracturada y aquejada de algunas incertidumbres en su dirigencia, unida solamente por una negatividad colectiva hacia el tercer mandato de Putin específicamente, y hacia todo el régimen, de manera más general. La violencia y los arrestos masivos durante la ‘Marcha del Millón de Hombres’ solamente han complicado la situación.

Mientras tanto, Putin es nuevamente presidente de Rusia. Regresó al Kremlin el día de la toma de mando en medio de calles vacías, bloqueadas por la policía, en vívido contraste con muchas otras democracias (circularon imágenes en RuNet comparando las multitudes del día de toma de mando de Barack Obama en Washington, DC, con el aspecto de ‘pueblo fantasma’ de Moscú el 7 de mayo de 2012). ¿Fue esto evidencia de que Putin le teme a su propio pueblo? ¿Fue una táctica de seguridad que se excedió? Estas y otras preguntas electrizaron a los bloggers en las semanas que siguieron.

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Protestas electorales en Moscú, Sakharov Prospect (24 dic 2011), foto de Sime Simon, CC 2.0.

Andrey Loshak, destacado periodista ruso, expuso [2] [ru] en Openspace.ru que los gobiernos protegen su sacralidad cuando sus sociedades son excluidas de las ‘tendencias modernas’. Cita la ‘Intranet’ de Corea del Norte como un buen ejemplo: una red disponible solamente para las élites políticas, mientras el resto de la población carece casi de toda conexión con el mundo exterior, casi totalmente privados de información sin censura. En este marco, es posible mantener un régimen dictatorial y un culto al liderazgo durante mucho tiempo. Sin embargo, Rusia no puede quedarse en un vacío durante mucho tiempo, y la sociedad rusa ya está mucho más integrada globalmente que la de Corea del Norte. Loshak sostiene que a Putin se le culpa por casi todos los problemas del país. Explica que bloggers y activistas acusan a Putin de arrestar a los líderes de la provocativa banda de rock punk ‘Pussy Riot’, de crear un régimen de televisión favorable al gobierno, y de arrestar a los líderes de oposición y diversos hombres de negocios. Loshak cree que la fortaleza de Putin se ha convertido en su maldición: a Putin, ‘líder nacional’ durante más de una década, que reclama el crédito por todos los logros del país, ahora le echarán la culpa por igual por todos los fracasos de Rusia.

Otros observadores han tratado de analizar temas de culpa en su análisis de la Marcha del Millón de Hombres. El popular blogger Rustem Adagamov cree [3] [ru] que la responsabilidad por la violencia del 6 de mayo no pertenece exclusivamente a la policía. Los organizadores aumentaron el conflicto, sugiere, y los oficiales de las autoridades del gobierno respondieron. El científico político Aleksandr Morozov culpa [4] [ru] a una combinación de arrogancia por parte de las autoridades y la actitud agresiva de los jefes de policía en el terreno. Ciertamente, hay varios videos en línea que muestran cómo la policía antidisturbios atacó a los manifestantes. Para muchos, no queda claro por qué el gobierno usó medidas tan duras, que potencialmente aumentaron el conflicto. En las últimas semanas han demostrado que los manifestantes no están yendo a ninguna parte. La policía retira a los manifestantes de un parque, ellos simplemente ocupan otro.

Boris Akunin, famoso escritor y activa presencia de RuNet, ofreció [5] [ru] tres escenarios para el tercer mandato de Putin:

  1. Putin se quedará durante dos mandatos — hasta 2024 — y dejará que otro le caliente el asiento, y regresará en 2030, y así seguirá, hasta que le falle la salud (y es un hombre fuerte). […]
  2. Putin apenas cumplirá con su actual mandato, y luego se retirará, sin atreverse a postular de nuevo (por poco puntaje) o perderá las elecciones de 2018.
  3. Putin no podrá aguantar hasta el final de su actual mandato. La creciente falta de afecto, acusaciones de ilegitimidad y la autodestrucción de la “estructura vertical de poder” lo obligarán a renunciar antes (el actual aumento de la brutalidad policial aumenta la probabilidad de este resultado).

Reflexionando en el sombrío pronóstico para Putin, el blogger Dmitry Kraiukhin acusa [6] [ru] a la sociedad rusa de ser ilusa. Observa que hace varios años (luego de los disturbios de los hinchas de fútbol de la Plaza Manezhnaya en Moscú), la gente tendía a creer que los nacionalistas eran la única verdadera fuerza opositora en Rusia. Muchos tuvieron la esperanza de que un destacado multimillonario, Mikhail Prokhorov, podría convertirse en un nuevo líder liberal. “Entonces había la ilusión de que el Kremlin estaba listo para el diálogo con los opositores más moderados». Para Kraiukhin, y tal vez para muchos otros como él, la realidad no ha logrado igualar a las expectativas cada vez.