RV en 5: Un viaje de aprendizaje y satisfacción mutua

Nota de Rising Voices: Este post de David Sasaki, primer director de Rising Voices, es parte de los especiales conmemorativos del mes por el 5to aniversario de RV.

En 2004, dos importantes comunidades de internet se iniciaron en la Universidad de Harvard: Global Voices y Thefacebook (* [en]). Desde el principio, las ambiciones de Facebook parecían modestas, buscaba permitir a los estudiantes de Harvard agregar su propia información básica y fotos a un directorio del campus. Las ambiciones de Global Voices, por otro lado, parecían grandiosas; mientras las oficinas extranjeras de noticias cerraban, una pequeña comunidad principalmente de voluntarios buscaba editar y contextualizar los blogs de todo el mundo para formar la verdadera conversación global.

David Sasaki hablando sobre narración digital en Pop!tech en 2008. Imagen de Flickr por Kris Krüg/Pop!tech. CC BY.

Para 2006, tanto Facebook como Global Voices entendieron que necesitarían expandirse para lograr su mayor potencial. Facebook, luego de expandirse a otras universidades de Norteamérica, decidió abrir su registro a estudiantes de secundaria. A finales de ese año, abrirían la plataforma a cualquiera con una dirección válida de correo electrónico. Mientras tanto, en Global Voices comenzamos a observar que la vasta mayoría de bloggers reseñados en el sitio web -aunque representaban a casi todos los países del mundo- tendían a vivir en los vecindarios de alto poder adquisitivo de las grandes ciudades. Global Voices era, para entonces, un reflejo del mundo a través de los ojos de su élite -gente educada, de clase alta y con mucho tiempo libre en las manos.

Hace exactamente cinco años, Rising Voices («ayudando a la población mundial a unirse a la conversación global») se preparó para contrarrestar este desbalance con el mínimo de recursos posibles: 1) Becas simbólicas de hasta $5 000; 2) guías multilingüísticas que explican claramente cómo producir medios digitales y 3) una red de tutoría para que los veteranos en internet tiendan una mano de ayuda a los recién llegados.

Cinco años más tarde, es extraordinario recordar y ver lo mucho que se ha logrado con tan poco. En Tesalónica, Grecia, los bloggers ciegos [en] utilizan las nuevas tecnologías para discapacitados visuales para compartir sus experiencias, incluyendo políticas relacionadas a la accesibilidad. Un grupo de mujeres palestinas residentes en Nablus están utilizando los blogs y los videos digitales para grabar historias [en] personales y familiares acerca de los orígenes y tradiciones de la cocina local. Esos artículos de blog han ayudado a atraer visitantes [en] extranjeros para tomar clases de cocina en el centro de mujeres y aprender acerca de la cultura palestina más allá del trato usual de violencia y victimización que vemos en la prensa diaria. Los periodistas ciudadanos mongoleses han captado [en] mayor atención hacia las muchas  amenazas ambientales que enfrenta su país. Parte del contenido ha sido traducido al alemán, así los residentes alemanes son conscientes del cuestionable comportamiento de las compañías mineras de su nación operando en el exterior. Los usuarios de bibliotecas en el poblado colombiano de San Javier La Loma, reescribieron y remezclaron la historia violenta de su comunidad al crear nuevos medios [en] que se enfocaban en la cultura local [en] y sus personalidades [en]. Este es solo un pequeño ejemplo de las docenas de proyectos [en] que han sido apoyados por Rising Voices en los últimos cinco años.

David Sasaki en un taller de formación para las bloggers de Narijibon en Dhaka, Bangladesh. Imagen de Flickr cortesía de Narijibon

Atención y conversación

Se espera que Facebook alcanzará un millardo de usuarios este año, uno de cada siete personas en el planeta. Más de 250 millones [en] de fotos son subidas a Facebook cada día. Y, hasta esta semana, la compañía está valorada en más de $100 millardos. Rising Voices, por otra parte, ha ayudado a formar a unos cientos de bloggers residentes en algunas docenas de comunidades. No ha hecho dinero vendiendo publicidad o información de los usuarios. Su presupuesto es de apenas unos cientos de miles de dólares al año.

Ante cualquier medición, Facebook ha sido ampliamente mucho más exitoso que Rising Voices. Pero eso es porque cada vez más medimos el éxito a través de la economía de la atención [en]. En Quora, un ex empleado de Facebook publicó una explicación [en] fascinante de la estrategia de Facebook para llegar a los 500 millones de usuarios. Facebook mide meticulosamente cada acción de cada usuario para asegurarse que este pase la mayor cantidad de tiempo posible en el sitio web y, además, vea tanta publicidad como pueda. (10,5 millardos de minutos se gastan en Facebook diariamente, sin incluir la versión móvil).

Una manera de tratar la atención es, al igual que Silicon Valley, como un producto [en]; cada minuto de nuestra atención tiene un valor monetario asignado. Otra forma de tratar la atención es como una conversación.

Dos libros han influido enormemente en mi opinión este año acerca del poder de la conversación para dar mayor significado a nuestras vidas. El primero es Juntos: Los rituales, placeres y políticas de la co-operación [en] de Richard Sennett. El segundo es de Theodore Zeldin, Conversación: Cómo el habla puede cambiar nuestras vidas [en]. Ambos libros reconocen que es más fácil usar nuestra atención de forma pasiva, con chismes o accediendo inconcientemente a una foto tras otra de celebridades y amigos cercanos.

Es mucho más difícil -aunque potencialmente mucho más gratificante- comprometerse en conversaciones profundas con personas diferentes, para reducir la brecha entre nosotros aprendiendo a ver el mundo a través de los ojos de los demás. El valor de la conversación no es medido en clicks y tiempo pasado en un sitio web, sino en términos de aprendizaje y satisfacción mutua. Este es el bien inconmesurable que creo Rising Voices ha logrado de forma consistente en apenas cinco años y con pocos recursos.

No puedo evitar preguntarme cómo sería hoy el mundo si 10,5 millardos de minutos al día se gastaran en Rising Voices y Global Voices en lugar de Facebook. ¿Seríamos menos celosos y más empáticos? ¿Nos preocuparíamos más en incluir a otros, en lugar de sentirnos constantemente excluidos? ¿Pasaríamos más tiempo aprendiendo acerca de los demás y menos tiempo administrando nuestra reputación en línea?

David Sasaki con los bloggers de Convergentes en Colombia. Imagen de David Sasaki en Flickr. CC: BY-NC-SA

Como nota personal

En 2010, me retiré de la dirección de Rising Voices y dejé la iniciativa en las muy capaces manos de Eddie Ávila [en]. No, Eddie no es tan bien conocido como Mark Zuckerberg, pero él y Rezwan ha hecho crecer a Rising Voices en algo más grande, mejor y más influyente de lo que yo habría esperado. (Este año Rising Voices recibió más de 1178 postulaciones de más de 122 países).

Hacia el final de mi época en Rising Voices sentí que mi atención se había dispersado demasiado. Me sentía casi como en casa a cualquier lugar donde iba y aún así no tenía una comunidad propia. Tuve innumerables conversaciones inspiradoras en Uganda, Uruguay o Ucrania, pero muy poca gente a la que podía llamar cuando necesitaba hablar. Recientemente, me he convertido en algo más hogareño, gastando la mayor parte de mi atención (y conversaciones) en mi ciudad y vecindario.

Rising Voices me enseñó dos lecciones importante que siempre llevaré conmigo. Aprendí que sí hay límites para la ciudadanía global. Intentar cultivar un sentido de pertenencia en todas partes tiene el precio de no pertenecer realmente a ningún lugar. Segundo, en palabras de Richard Sennett, aprendí a tratar la cooperación como un arte, como una habilidad que es desarrollada y refinada durante la vida.

Discusión en el Centro Berkman para la Internet y la Seguridad sobre Rising Voices. Imagen de Jillian C. York. CC BY-NC-ND

Zadie Smith una vez pidió a sus seguidores que hicieran lo siguiente:

Aléjense de su muro de Facebook por un momento: ¿Repentinamente, no les parece un poco ridículo? ¿Sus vidas en este formato?

En términos de usuarios y atención, Rising Voices nunca podrá competir con Facebook, o cualquier red social que venga después. Pero lo importante es que Rising Voices existe, es una alternativa para liberarse de los juegos rebuscados y las predecibles fotos de los amigos ebrios. El mundo es mucho más que la fina rebanada de lo que flota en nuestras pantallas.

Imagen miniatura de Flickr por Catherine Bracy. CC: BY-NC-SA.

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