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África: caricatura y sátira al asalto de los regímenes

Categorías: África Subsahariana, Burkina Faso, Costa de Marfil, Gabón, Madagascar, Sudáfrica, Arte y cultura, Humor, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios

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El uso de la caricatura y la sátira en los medios de comunicación es relativamente nuevo en la mayoría de los países africanos, y comenzó con la publicación en los periódicos de las aventuras de pequeños personajes caricaturizados, en quienes una parte de la población se puede reconocer. Estos periódicos satíricos son también a menudo el reflejo de las clases políticas de cada respectivo país, clases políticas donde el ridículo no mata y donde la indelicadeza es con frecuencia la regla.

Lenguaje satírico

En Costa de Marfil, en un análisis para la página cairn.info, Yacouba Konaté describe [1] así el mestizaje de la lengua de Molière con los dialectos locales, donde la traducción directa del uno a los otros y viceversa, genera expresiones y frases que son incomprensibles fuera de su contexto geográfico:

El francés marfileño popular, denominado «francés de Moussa», «de Dago» o «de Zézé» (héroes de las historietas en el semanario Ivoire Dimanche), aceleró su despliegue en los años 70, aquellos del crecimiento marfileño que llevan la designación maravillosa de «el milagro marfileño». Su promoción contó con el apoyo de la televisión donde, durante años, los domingos se abría un amplio horario de emisión para Toto y Dago.

En Gabón [2], un lenguaje similar ha adquirido reconocimiento al convertirse en medio de denuncia de la corrupción y de crítica social. Falila Gbadamassi [3] presenta una selección de palabras [4] de este lenguaje, tomadas del libro de Raponda-Walker, en la página web afrik.com:

El «Bongo CFA» denomina a la moneda gabonesa que fue en su día la efigie del difunto expresidente Omar Bongo. El término también se refiere al dinero distribuido durante los viajes presidenciales o las campañas electorales. …[«Mange-mille»] es un «juego de palabras compuesto por «mange-mil» (el nombre de un pájaro) y que designa al policía o gendarme en razón a los billetes de 1.000 francos (CFA [5]) que a menudo reclaman a los usuarios de carreteras. ¿Y los «Chine en deuil», o China de luto? Son aquellos «zapatos negros de tela suave de fabricación china o asiática, introducidos en Gabón tras la muerte de Mao Zedong». Un «dos-mouillé», o negro mojado, es un inmigrante clandestino originario de África Occidental que ha llegado a Gabón por mar.

Election results confirmed by Ali Bongo: a TOTAL victory! I would like to thank my sponsor... A caricature of Bongo by Hub via Agora Vox, used with permission [6]

«Resultados de las elecciones confirmados por Ali Bongo: ¡Una victoria total! Me gustaría dar las gracias a mi patrocinador…». Caricatura de Bongo realizada por Hub, vía Agora Vox, utilizada con permiso.

Tanto en Gabón como en Costa de Marfil, este tipo de francés se utiliza en la vida cotidiana como cualquier otro idioma, sin ningún sentido peyorativo o intención humorística, pero cuando aparece en las publicaciones o programas de televisión, sirve sobre todo como crítica social y política, con la particularidad de que el dibujo por sí solo no haría gracia. Lo que más cuenta es el contenido del texto.

La caricatura a lápiz, o tiras cómicas, se desarrolló de manera desigual, pero más tarde, y a medida que los regímenes autoritarios reducían el control sobre la libertad de expresión. En un artículo publicado en waccglobal.org, Gado realizó una retrospectiva de la historia de la caricatura [7] [en] en los países africanos:

Con la introducción de la política multipartidista en la mayoría de los países africanos durante los 90, la caricatura emergió como una profesión creciente. Esto no significa que no existiera antes. Durante los años 60 hubo pioneros como Gregory (Tanzania) con su popular «Chakibanga» y la tira «Juha Kalulu» de Edward Gitau, el caricaturista vivo más viejo de toda África Oriental y Central.

Los cambios políticos trajeron una mayor libertad de expresión al igual que de prensa. Esto ha inyectado nueva vida a los periódicos, las revistas y la industria editorial en general.

Arrest warrant for Omar El-Bechir. Disquiet among African heads of state. We are victims of crimes against immunity! A caricature of the African heads of state by Dilem via Zoom Algérie (used with permission)  [8]

«Orden de detención de Omar al-Bashir. Inquietud entre los Jefes de Estado africanos. ¡Somos víctimas de crímenes en contra de la inmunidad!». Caricatura realizada por Dilem, vía Zoom Algérie (utilizada con permiso).

Con motivo del Festival Internacional de caricaturas e ilustración de prensa 2011, que tuvo lugar en Uagadugú, Burkina Faso, en el artículo [9] de Damien Glez publicado en africandiplomacy.com y titulado «Dibujante de prensa: una profesión bajo presión», se discuten los riesgos [9] y dificultades que entraña el ser un dibujante satírico, que puede llegar incluso a causar la muerte:

Aunque no sean frecuentemente asesinados, los dibujantes no son completamente inmunes. En Camerún, el famoso caricaturista Nyemb Popoli ha tenido muchos encontronazos con el régimen de Paul Biya. A finales de los 80, durante la era «marxista-beninista» en Benin, el dibujante Hector Sonon veía como sus dibujos pasaban sistemáticamente por el molinillo del comité de censura del Ministerio de Interior. El sudafricano Jonathan Shapiro, también conocido como Zapiro, fue arrestado por las autoridades en 1988. Cerca de allí, en Zimbabwe, el dibujante Tony Namate jugaba al gato y al ratón con las autoridades. En Nigeria, otro país anglófono, los dibujantes —en primer lugar el pionero Akinola Lasekan— han sufrido durante mucho tiempo en manos de las dictaduras militares…

Los participantes del festival, organizado por Cartooning for Peace/Dessins pour la paix [10], incluyeron entre muchos a Karlos de Costa de Marfil, y a Timpous, Gringo, Joël Salo y Kab's de Burkina Faso.

En Sudáfrica, Shapiro, perteneciente a la época del apartheid, fue enviado a prisión por autoridades racistas enfurecidas con sus críticas, y ahora sus posturas en contra de la influencia que el Congreso Nacional Africano está ejerciendo en la política de su país le están costando muy caro. Melanie Peters describe en www.iol.co.za una caricatura crítica [11] [en] que denuncia un proyecto de ley del Presidente Zuma el año pasado, y recoge la opinión de los internautas:

Aunque la viñeta representa a un hombre llamado “Govt” con sus pantalones bajados y de cara a una mujer que grita, mantenida en el suelo por un hombre etiquetado con «ANC», el primero es claramente Zuma, con su calvicie, y el segundo es Gwede Mantashe, el secretario general de la ANC. Cerca de ellos sobre el suelo, con su vestido rasgado y una balanza rota a su lado, hay una mujer aparentemente víctima de una violación, que grita «¡Lucha, mi hermana, lucha!».

El sitio ha publicado también los numerosos comentarios entre los que no faltan ataques personales y racistas, aunque tampoco sus defensores como Siobhan que escribió [11] [en]:

¡Go, Zap! muestra exactamente lo que pasa con el proyecto de ley «el secreto»! Esto se está haciendo a la Constitución, a la Democracia y a cada sudafricano; la mayoría de los cuales están tan habituados a ser engañados por la ANC, que ni siquiera saben lo que ha ocurrido…

Hasta hace poco, los caricaturistas no tenían formación. Pero hay unos cuantos cambios en curso. En Guinea, según Alimou Sow [12], Oscar —caricaturista de Lynx— ha formado a un cierto número de colegas más jóvenes. Sin embargo, es probablemente en Madagascar donde la primera generación de caricaturistas ha preparado mejor a su relevo, con una producción floreciente y diversificada tanto en la lengua nacional como en francés. De acuerdo con la lista provisional propuesta [13] por wikipedia.org, el número de autores malgaches es muy superior al del conjunto total del resto de África

La publicación de prensa satírica en varios países ha permitido la existencia y el desarrollo de este género, en medio de mil dificultades: en Senegal, Le Cafard libéré [14]; en Burkina Faso, el Journal du Jeudi [15] y el más reciente l'Etaloon [16]; en Benín, el Canard du Golfe [17]; en Guinea, Le Lynx [17]; en Malí, Le Canard déchaîné [18]; en Madagascar, el Ngah [19]; etc.

En un artículo publicado [20] en africultures.com y titulado «La caricatura en Mauricio: 170 años de historia», Christophe Cassiau-Haurie nos enseña que:

La primera caricatura referenciada se remonta al año 1841, en el periódico Le bengali.

Los festivales y otros tipos de encuentros también se multiplican a nivel regional y de toda África. En su artículo ya citado, Damien Glez los enumera [21]:

«BD'Farafina» en Bamako, «Cocobulles» en Grand Bassam, «Fescary» en Yaoundé o «Karika'Fête» en Kinshasa.

Las TIC también son herramientas que comienzan a ganarse su lugar entre los medios de expresión de los humoristas africanos: zapiro.com, bing.com, africartoons.com, 2424actu.info y gbich.com, por ejemplo.

A nivel internacional, los africanos están cada vez más presentes. Por ejemplo, participan en las actividades de la Fundación Cartooning for Peace / Dessins pour la paix [10], iniciada en el 2006 por el dibujante francés Plantu junto con Kofi Annan, entonces Secretario General de la ONU, con una conferencia de dos días de duración que reunió a 12 de los más famosos ilustradores de prensa del mundo con la finalidad de desarrollar medios para «desaprender la intolerancia».