Cuando activistas no gubernamentales visitaron una escuela primaria en Šariské Michaľany [en] al noreste de Eslovaquia, se dieron cuenta de que la mayoría de los niños romaníes estaban separados en clases «especiales». Entablaron una demanda, en la cual acusaban a la escuela de segregar a los estudiantes por su origen étnico. La escuela perdió a pesar de alegar que no dividía a los niños según su color sino de acuerdo a sus habilidades, brindando ayuda individual a aquellos con resultados más bajos. Como consecuencia, algunos padres de los niños con mejor desempeño decidieron cambiarlos de escuela a otra ciudad cercana.
En un estudio [en] realizado en el Reino Unido con niños hijos de emigrantes romaníes de Europa central y del Este se encontró que, en el nuevo entorno, los niños pueden alcanzar buenos resultados y que no hay ninguna razón para ponerlos en clases espaciales.
De hecho, la idea de “un nuevo entorno” también se ha considerado en Eslovaquia. Sin embargo, se rechazó la propuesta de sacar a los niños de la casa de sus padres y llevarlos a un campus por ser considerada inhumana. La idea tampoco fue bien recibida por los padres que temen perder la ayuda que reciben del estado para sus hijos.
Por estos días en Eslovaquia se habla mucho de la carta abierta [sk] al Ministro de Educación escrita por dos maestras de escuela primaria de Dobšiná [en] (o como ellas dicen, del “Lejano Este”, por contraste con la capital Bratislava, ubicada al oeste de Eslovaquia).
A continuación, se muestra un breve extracto de la carta:
Apreciado Señor Ministro:
[…] Nuestra carta es tan solo una reacción a la situación intolerable del sistema educativo de Eslovaquia y del sistema social injusto y disfuncional del país. Creemos y esperamos que esta carta sirva de impulso para revisar la situación actual y la posición de los maestros.En Bratislava, lejos de sus “grupos socialmente marginalizados y poco aventajados” que usted prefiere, usted no tiene idea del callejón sin salida que debemos enfrentar cada día. Lo invitamos a que venga por unos días y se dé cuenta de la situación. Echemos un vistazo a las escuelas y hablemos con los mismos estudiantes y vayamos a clase por algunas horas. En vez de palabras vacías que no tienen nada que ver con la realidad, usted debería conocer el panorama real. […]
Las dificultades más grandes que tenemos son con los estudiantes que están desadaptados socialmente, y estos son casi exclusivamente de origen romaní. Sin embargo, queremos enfatizar que no se trata de una cuestión racial, de color o de prejuicios y reservas contra el pueblo romaní.
El principal problema en nuestra escuela es el absentismo; estos son estudiantes cuyas ausencias sin excusa son anormalmente altas. Puesto que las autoridades e instituciones competentes rara vez sancionan a los estudiantes o a sus acudientes, los estudiantes siguen faltando a clase sin ninguna consecuencia y, lo que es peor, dan un mal ejemplo a otros compañeros […].
Estos estudiantes son por lo general agresivos y arrogantes, y además se presentan varios tipos de acoso sexual no solo hacia otros compañeros sino también hacia las profesoras […].
La mayor parte de los padres evitan hacer frente al problema y no muestran ni la más mínima disposición para colaborar con la escuela. […]
Los padres de estos niños reciben ayudas financieras de €17, dinero que va a un grupo de ciudadanos inadaptados solo para que sus hijos completen la educación básica […].
Estos estudiantes no valoran los útiles escolares que el colegio pone a su disposición y en cuestión de días, estos útiles ya están destruidos, rotos, desbaratados o han sido monetizados. […] Los niños usan ropa rota, sucia, maloliente, llevan zapatos rotos, no traen refrigerio, tienen piojos y varios tipos de enfermedades cutáneas y ¡carecen de las nociones básicas de higiene! Sin embargo, siempre tienen dinero para comprarse teléfonos celulares, bebidas alcohólicas y cigarrillos […].
La gran mayoría de estos niños no han recibido la formación apropiada; nunca hicieron el preescolar y algunos no conocen la lengua eslovaca en absoluto. Nunca han tomado un lápiz y nunca han hecho un dibujo, no saben lo que es un juguete y no conocen los colores. Durante las primeras semanas que pasan con nosotros, en vez de enseñarles las primeras letras, los números y colores, se les familiariza con el agua potable, el uso apropiado de los baños […].
Es muy difícil comunicarse con estos niños. Tienen dificultad en entender lo que se les dice, no comprenden las instrucciones pues tienen un vocabulario limitado (no sólo en eslovaco sino en la lengua romaní) […].
No podemos brindarles igual acceso a la educación cuando su “punto de partida” no es el mismo […]. Como resultado de los esfuerzos artificiales de integración, la minoría más capaz […] baja su nivel al de los menos capaces y se integra con ellos […]. En estos casos, aplazar la educación obligatoria no resuelve nada; al contrario, el niño pierde todo un año (porque la familia no le prestará más atención) […].
Por lo tanto, no se sorprenda si los padres de los estudiantes más brillantes los ponen en colegios lejos de su lugar de residencia […].
Los ciudadanos inadaptados pronto se acostumbran a los beneficios que el estado les ofrece y se hacen a la idea de que todo es gratis […]. Es un círculo vicioso: son pobres porque no tienen trabajo-no tienen trabajo porque no tienen educación-no tienen educación porque ésta no les interesa […].
El número de niñas embarazadas, estudiantes de los grados bajos, crece no solo en nuestros colegios […]. De nuevo, el resultado de un sistema social inadaptado y la ignorancia del problema es que las jóvenes no ven nada malo con sus embarazos: al contrario, lo perciben como una buena manera de ganar dinero […]. ¡La situación es alarmante! […]. Paradójicamente, los funcionarios, en vez de imponer sanciones, les aconsejan cómo ganar dinero extra […].
Tenemos gran cantidad de obligaciones, órdenes y restricciones para los maestros, pero nos han quitado cualquier posibilidad de autodefensa o de intervención. Debemos hacerlo todo, pero no podemos hacer nada […].
¿Hay alguien que defienda a los maestros? […] Cuando la taza imaginaria de paciencia que tiene el maestro se desborde y él levante la voz al estudiante, inmediatamente va a ser acusado de causarle angustia mental […].
Amamos nuestro trabajo, hemos escogido la enseñanza creyendo que contribuiríamos a crear “un mundo mejor” – pero bajo estas circunstancias no es posible […].
Erika Polgáriová y Eleonóra Liptáková
Miriam Králiková escribió [sk]:
Estos individuos improductivos, como ustedes los llaman, deberían ser vistos primero que todo como personas con los mismos derechos que los demás.
Zuzana Kolláriková (Mišová), de la Asociación para la ayuda de personas con discapacidades mentales, escribió [sk]:
En el pasado, los dejaron caer… ¿este es el enfoque que les gusta…? Porque después de leer su carta, me pregunto si nuestra sociedad necesita solo pioneros, ¡los intelectuales..! O una raza pura con un CI de 120 o más? Sin comentarios […].
De todos modos, incitar el odio hacia cualquier grupo marginalizado es lo peor. Por qué decidieron hacerlo, nunca lo sabré.
A continuación, hay algunos comentarios de la discusión en el blog que publicó la carta de las maestras.
AdrianVT:
Básicamente, cualquiera que esté de acuerdo con las opiniones de las autoras sería catalogado de racista.
Evička Mierová:
Estas maestras no son para nada capaces de hacer frente a su trabajo. Trabajé como profesora asistente de niños romaníes. Niños que no podían tomar ningún examen de repente fueron capaces de pasar el examen de eslovaco con excelentes notas y el de matemáticas también. Los profesores estaban sorprendidos. Mostré interés por estos niños y no usé la fuerza sino un enfoque lúdico.
pegasus76 (en respuesta):
Querida Evička, no confunda el trabajo de un asistente con el de un maestro. Es bueno que después de su dedicación, los estudiantes hayan sido capaces de pasar los exámenes con excelentes notas. Pero trate de mostrar dedicación por sus estudiantes cuando junto a usted casi 25 “hooligans” gritan, se burlan de usted o, en el mejor de los casos, lo ignoran.
Lianka:
De ninguna manera podemos culpar a estos niños; ellos hacen y conocen solo lo que ven en su casa… pero ¿podemos culpar a sus padres?… la mayoría de estos padres tienen 20 años, nunca han trabajado […], nadie los emplearía, no tienen la posibilidad de llevar una vida normal.
daduli:
He enseñado durante 25 años y puedo asegurar que cada año las cosas son peores. Hay mucho papeleo, declaraciones, reportes, etc. Y enseño en la escuela secundaria, que es más o menos selectiva. Siempre les digo a mis estudiantes que cuando uno no quiere estar en la escuela y aprender, uno se puede ir cuando quiera. Sin embargo, en la escuela primaria, no se puede sacar a nadie.