El 22 de junio de 2012, el canal de televisión ruso NTV emitió una polémica película llamada Sirvo a la Unión Soviética [ru]. A la retransmisión se opusieron variedad de ciudadanos preocupados, entre los que se incluían blogueros patriotas y autores de cartas llenas de furia, que obligaron al nuevo ministro de Cultura, Vladímir Medinsky, a entrar en un conflicto público con el director general de NTV, Vladímir Kulistikov.
La película, basada en la novela de Leonid Menakar Almuerzo con el demonio, cuenta la historia ficticia de un grupo de prisioneros políticos del régimen de Stalin, abandonados en un campo de trabajos forzados soviéticos al principio de la Segunda Guerra Mundial, listos para que los invasores alemanes que se acercaban los matasen. Los prisioneros no mueren ni desertan, sino que colaboran para derrotar a los nazis. Los guardas soviéticos regresan al final de la película y los ejecutan en masa.
Muchos de los detractores de la película la consideran una obra del agitprop antisoviético o rusófobo. El ministerio de Cultura informó de que, antes de la proyección, recibió más de 2 000 correos llenos de indignación ante los planes de NTV de emitir la película. El ministerio, en su página web, publicó [ru] veinte de estos correos, en los que se expresaba el miedo a la desinformar al público, a traicionar la memoria de los veteranos soviéticos, etc.
Por ejemplo, Baubek Umirbaev transmitió sus quejas desde Kazajistán:
[…] показ фильма подобного содержания в такую трагическую дату смещает акценты в понимании молодежной аудиторией подвига народа, замещая его ненавистью к бывшей советской власти.
Danila Zubok, desde Moscú, se preocupó por la fidelidad histórica de la película.
Данная кинолента не имеет ничего общего ни с историческими реалиями того времени, ни какой либо художественной ценности. Более того считаю ее оскорбительной по форме и по содержанию, как для меня и представителей моего поколения, так и для старшего поколения.
Unos días antes de la fecha que NTV tenía programada para la emisión, el ministro de Cultura Medinsky publicó una carta abierta [ru] al director general de NTV, pidiéndole al canal que la cancelara. Tras asegurarle a Kulistikov que el Estado respeta las decisiones editoriales de los medios, Medinsky explicó:
В то же время я убеждён: свобода творчества должна опираться на уважительное отношение к мнению граждан; необходимо ответственно подходить к темам, вольная интерпретация которых может вызвать раскол в обществе.
Una de las primeras personas que reparó en la idea de NTV de emitir Sirvo a la Unión Soviética fue el bloguero Anatoli Vasserman [ru], un programador y analista militar que vive en Moscú. El día 13 de junio, atrajo la atención de Víktor Marajovski, editor jefe del proyecto bloguero de la revista Odnako.
Al día siguiente, Marajovski publicó [ru] su artículo en la página de Odnako, con un enlace al descubrimiento de Vasserman e instando a sus lectores a pedirle al ministerio de Cultura que presionase a NTV para que cancelara la retransmisión.
Marajovsky esperaba repetir el éxito de una campaña [ru] parecida de principios de mayo contra otra polémica película sobre la Segunda Guerra Mundial Cuatro días de mayo [en] (que contaba la historia de unos soldados soviéticos y alemanes que unían fuerzas para evitar que oficiales soviéticos violasen a escolares alemanes). En aquel caso, al contrario que en el de Sirvo a la Unión Soviética, NTV terminó decidiéndose a no emitir la película [ru].
A la supuesta corrupción moral que supondría emitir la cinta, se suman los errores históricos que varios blogueros han criticado. dzecko, en LiveJournal, analizó la geografía y la cronología de la película, argumentando [ru] que, en los primeros días de la invasión, las tropas nazis no llegaron el territorio donde se supone que se desarrolla la película. Llegó a proporcionar enlaces a una investigación [ru] del grupo por los derechos humanos Memorial, y comentó: «[esta información es de] Memorial, o sea, una organización social de corte claramente anti-Stalin».
dzecko, puede que sumándose a la polémica, insiste en que la película es un insulto hacia los veteranos, pues en cierta medida, los guardias de los gulags (y miembros del NKVD, antecesor de la KGB) son también veteranos. Escribe:
Уже 29 июня 1941 г. по инициативе Сталина и Берия Ставка Главного Командования приняла решение о немедленном формировании из военнослужащих войск НКВД СССР 15 дивизий, из них 10 стрелковых и 5 моторизованных. У меня возникает вопрос в связи с этим, являются ли ветераны НКВД, участвовавшие в боях, и погибавшие за нашу Родину, ветеранами Великой Отечественной? И отсюда второй вопрос, а как они бы восприняли этот фильм? Тем более 22 июня.
Por supuesto, no todos los blogueros rusos creen que la película sea antisoviética. nektonemo, en LJ, arguye [ru] que la película era, en realidad, superpatriótica, y remarcó el hecho de que presenta a unos prisioneros políticos —que, en teoría, eran el grupo con más razones para odiar al Estado soviético— movilizándose por iniciativa propia para defender el país:
Главная выдумка конечно, супер-патриотичные зеки сражающиеся с «фашистами» =))) Но это тоже, даже наоборот, какая патриотичность показана! Что за годы сов.власти даже уголовники в нее влюбились и за нее умирают! (Чем сов.патриоты недовольны-то?).
El contexto político de la Rusia actual parece desempeñar un papel significativo en el último escándalo de NTV. Los héroes de la película, intelectuales oprimidos de comienzos de la era soviética, representan a los ancestros de la oposición rusa actual. Mientras que los últimos disidentes soviéticos (entre cuyos supervivientes se incluyen Liudmila Alekseeva y Aleksandr Podrabinek, entre otros) está envejeciendo y a un paso de desaparecer en el olvido, el nuevo grupo de activistas anti-Kremlin emplea una retórica prodemocracia semejante, al hacer campaña en contra del supuesto aumento de prisioneros políticos en la Rusia moderna.
Con las semejanzas con la Rusia de hoy, en la que la aparentemente reducida paciencia que el Kremlin les presta a los manifestantes está siendo puesta cada vez más a prueba, es inevitable que el Estado se sienta más sensible a películas como Sirvo a la Unión Soviética. Sin embargo, este fenómeno no descarta que Medinski actuara por cuenta propia, ya sea porque albergaba esperanzas de impresionar al Kremlin o porque quería asentarse mejor en su nuevo cargo. Es más, un escándalo reciente que concernía un vergonzoso arrebato del jefe de investigación de Rusia, Aleksandr Bastrykin, no es sino otro ejemplo de comportamientos peligrosos por parte de altos funcionarios del Estado.
Ya sean estas acciones parte de un plan mayor o intentos individuales de populismo, el clima político ruso sigue estableciéndose tras el regreso de Putin a la presidencia. Aún no se sabe cómo volverá la inactividad habitual; ni siquiera si lo hará. No obstante, las autoridades avanzan (ya que suponen que pueden disipar las dudas pacíficamente), y son de esperar futuras apelaciones a las iniciativas de los blogueros más patrióticos.
En lo que a temas relacionados con la Segunda Guerra Mundial respecta, ya hay preparado un contingente de partidarios del régimen, cuya devoción a la victoria militar de la URSS (que es la justificación principal que tuvo el gobierno soviético durante casi cuatro décadas) representa uno de los pilares más importantes de la presidencia de Putin: se requiere mano dura para dirigir el país en tiempos de crisis, ya sea en los años 40, en los 90 o hasta en la segunda década del siglo XXI.