Defensores de los derechos humanos y varias organizaciones populares están usando Internet para sacar a la luz violaciones masivas de derechos en la Península de Bondoc, Quezón, en el norte de las Filipinas. En particular, están exigiendo la eliminación inmediata de las tropas militares en la provincia.
Reunidos bajo el Movimiento Salvemos a la Península de Bondoc, varios grupos realizaron una Caravana de la Paz y Misión Misericordia [en] en la Península de Bondoc del 25 de junio al 2 de julio para documentar abusos a los derechos humanos y prestar operaciones de socorro, y asistencia médica y psicosocial, entre otras cosas.
El Movimiento Salvemos a la Península de Bondoc ha armado el blog savebondocpeninsula.wordpress.com [en] y también mantiene presencia en línea en la red social Facebook [en] para difundir actualizaciones sobre estas labores.
Comenzando en marzo de éste año, las fuerzas del gobierno han realizado intensas operaciones militares [en] en la Península de Bondoc, donde ocho batallones (aproximadamente 4,000 tropas) de la armada filipina se encuentran desplegadas en poco menos de veinte y dos pueblos.
Defensores de los derechos humanos han observado que una concentración de tropas tan alta [en] «no se ha visto en la provincia ni siquiera durante los oscuros años de la Ley Marcial» bajo la dictadura militar de Marcos.
Según los activistas, la Península de Bondoc se convirtió inmediatamente en el blanco de una cadena de desapariciones forzadas, intimidación, hostigamiento y detención ilegal de civiles, bombardeos indiscriminados y ametrallamiento de comunidades civiles, y traumatización de niños.
Uno de los casos más curiosos tiene que ver con el del activista juvenil Franklin Barrera, Jr. [en] quien fue secuestrado y torturado por supuestos agentes militares el 7 de junio. Se escapó al día siguiente y consiguió contar su dura experiencia a la alianza por los derechos humanos Karapatan.
Pero Barrera fue secuestrado nuevamente el 10 de junio solo para hacer una aparición y ser presentado a los medios de comunicación masivos por parte del 85 Batallón de Infantería de las Fuerzas Armadas. Barrera se retractó de sus revelaciones anteriores y en lugar de eso dijo que él y sus compañeros activistas son todos rebeldes comunistas. Esto es un video de su declaración antes de su segundo secuestro:
La caravana de una semana de duración y la propia misión misericordia se convirtieron en objetivos del hostigamiento militar [en]. Según los organizadores, los puntos de control del ejército y los clavos regados por la carretera retrasaron al convoy de la caravana mientras que los militares advertían a los residentes de la Península de Bondoc Península que no se unieran a la misión.
Grupos defensores de los derechos humanos dijeron que al igual que con planes de contrainsurgencia anteriores, los Oplan Bayanihan de la administración de Noynoy Aquino todavía no hacen distinciones entre disidentes civiles y rebeldes armados. En lugar de garantizar la paz y el desarrollo, las unidades militares desplegadas ilegalmente en las comunidades civiles cometen diversos abusos.
Según el Moviemiento Salvemos a la Península Bondoc, la intensa militarización de la provincia puede atribuirse [en] a que la zona es rica en recursos minerales y es el centro agrícola de Quezón.
Miles de hectáreas de tierra están odiosamente concentradas en manos de unos pocos terratenientes, de manera más marcada en los pueblos de San Francisco, San Andrés, San Narciso y Mulanay, lo cual deja a la mayoría de los labradores sin tierras y a merced de los hacendados prominentes.
Los pueblos de Tagkawayan, Buenavista y San Andrés, por otra parte, tienen depósitos muy ricos de oro y otros minerales.
Los proyectos tanto del sector público como del privado se centran en el sur de Quezón y en la Península de Bondoc. Algunos de estos son la planta de biodiesel en el pueblo de Gumaca, la extensión de la central eléctrica de Mirant en Pagbilao, la extensión de la central termoeléctrica a carbón de Ogdel Bechtel en Atimonan, y la construcción de una gran presa en Macalelón.
Se dice que la presencia militar masiva es una medida que tiene el objetivo de reprimir los disturbios de los campesinos contra los intereses de los terratenientes y las grandes empresas de la zona.
Las Fuerzas Armadas [en] han negado estar violando los derechos humanos en la provincia. Dijeron que su presencia en las comunidades locales es importante para mantener la paz y el orden y para evitar que los rebeldes propaguen la violencia y cometan crímenes. La Filipinas se enfrentan a una de las insurgencias comunistas más largas del mundo.