Un cambio en la ley criminal brasileña permite a los reclusos reducir sus condenas si dedican tiempo a la lectura y al estudio. La iniciativa, llamada «Redención mediante estudios» (Remição por tempo de estudo) y también «Redención mediante la lectura» (Remição pela Leitura), fue aprobada en junio de 2012 por la Presidenta Dilma Rousseff.
Este nuevo enfoque sobre el pago de reclusos por sus delitos establece que cada libro leído perteneciente a la literatura clásica nacional, a la ciencia o a la filosofía supone una reducción de cuatro días en la condena de un recluso, hasta un máximo de 48 días si se leen hasta 12 libros por año.
Al igual que un estudiante en la escuela, los reclusos deben demostrar haber leído y estudiado tales libros mediante la redacción de un ensayo. Sin embargo, esta iniciativa puede parecer extraña. La mayoría de prisioneros brasileños no han completado su educación primaria y su capacidad de lectura y escritura no parece ser muy alta.
[1]Cárcel superpoblada en Brasil. Foto de Giuseppe Bizzarri, derechos Demotix (09/03/2003).
Según el informe Educación en las prisiones brasileñas [2] (Educação nas Prisões Brasileiras) [pt, pdf], en 2006, el 8 % de los presos del país eran analfabetos y el 70 % no había completado la educación primaria.
Se espera que las cuatro prisiones federales implementen este programa, mientras que las estatales también pueden acogerse a él. Pero, ¿puede haber redención a través de la lectura?
El profesor universitario Elionaldo Fernandes Julião, en una entrevista para el sitio web Observatório da Educação, indica que el proyecto es «un gran logro». Y añade [3] [pt]:
Também é positivo o fato de que, na sociedade, enquanto tem gente que fala sobre o endurecimento da pena, nós temos um grupo que aprova uma lei como essa, que leva em conta que precisamos pensar que esses indivíduos serão reinseridos na sociedade. Embora uns não queiram, um dos objetivos do sistema penitenciário é a reinserção social, está nos princípios da Lei de Execução Penal. Não é só punir, é saber que esse indivíduo voltará para sociedade.
La iniciativa ha creado un revuelo en los medios sociales, con comentarios a favor y en contra. El usuario Librarians with Altitude escribió [4] [en] en el blog Readers in the Mist que cree que la iniciativa tiene un «gran potencial para todas las cárceles del mundo» y añade una cita de un coordinador del proyecto brasileño:
«Un recluso puede salir de la cárcel con más conocimiento y una visión más amplia del mundo», afirma André Kehdi, abogado en São Paulo, que lidera un proyecto de donación de libros para las cárceles.
[5]Cárcel superpoblada en Brasil. Foto de Giuseppe Bizzarri, derechos Demotix (09/03/2003).
El blog I Love My Kindle envía unas sugerencias [6] [en] al gobierno:
Los libros deben ser de la longitud adecuada. Ciertos libros, como la Cocina del anarquista (una guía para hacer bombas y demás), no sería apropiado que figuren en la lista.
Raquel Monteiro compartió la noticia en el blog Letra (D)escrita y se encuentra entre quienes acogen la iniciativa con cautela. Comentó [7] [en, pt]:
En serio, no sé qué pensar de esta medida. Me he quedado paralizada.
Las prisiones y las violaciones de derechos humanos en Brasil
El gobierno brasileño se enfrenta a fuertes críticas de grupos humanitarios y ONG por sus violaciones de derechos humanos [8] en su sistema penitenciario, que se considera deficiente [9] y por el que los reclusos sufren condiciones inhumanas. Según Nation Master, el país figura quinto en la clasificación mundial [10] [en] de número de reclusos, con 308 000, justo por detrás de los Estados Unidos, China, Rusia e India.
[11]Sistema de prisiones superpoblado en Brasil. Foto de Giuseppe Bizzarri, derechos Demotix (09/03/2003).
El documental Hate Under the Brazilian Sun [12] [pt, en] (Odio bajo el sol brasileño), dirigido y producido por Adele Reeves y Leandro Vilaca, cuenta la historia del sistema penitenciario desde distintas perspectivas, con entrevistas a reclusos presentes y pasados, sus familias, guardas, policías, directores de prisiones y grupos de derechos humanos, entre otros.
Si bien hacer una mejor persona del recluso parece un ideal, la rehabilitación es algo difícil de lograr. El documental Barreras [13] [pt], producido por Iemanjá Cinematográfica, está financiándose mediante una plataforma de crowdsourcing. Este documental tratará la importancia de llevar la música y la cultura a las cárceles y mostrará los logros de las cárceles de Rio de Janeiro y de las comisarías de policía entre 2006 y 2011.
Este proyecto visitó varias prisiones para llevar la música a los reclusos. La respuesta fue tan buena que llevó a muchos otros proyectos y relaciones que desembocaron en más de 200 proyecciones de cine para reclusos, 20 espectáculos, 14 bibliotecas y muchas otras acciones.
De forma similar a la prestación para las familias de reclusos [14], de la que Global Voices informó en septiembre de 2011, cuyo objetivo era proporcionar ayuda financiera a las familias de los reclusos, esta nueva iniciativa forma parte de los esfuerzos del gobierno para dar la respuesta adecuada a este problema.