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Perú: Recordando la toma de la ciudad de Leticia

Categorías: Latinoamérica, Colombia, Perú, Historia, Medios ciudadanos

En la historia del Perú desde el punto de vista de los habitantes del departamento de Loreto [1], principalmente los iquiteños [2], hay algunos momentos de aciago recordatorio. Uno de ellos es la pérdida de Leticia [3], ciudad que en virtud del tratado de fronteras Salomón-Lozano [4] entre Perú y Colombia, y contra la voluntad de sus pobladores, fue entregada a Colombia en 1929.

En 1932, un grupo de peruanos, principalmente loretanos de las ciudades de Iquitos, Caballococha y Pucallpa, capturaron la ciudad de Leticia reclamándola como peruana. Fernando Montalván recuerda [5] que el 1 de septiembre del 2012 se cumplieron 80 años de aquel suceso:

El 1° de setiembre de 2012 se cumplen ochenta años del hecho histórico desconocido por muchos, aún amazónicos, en que patriotas loretanos arriaran la bandera colombiana en la Leticia peruana e izaran la bandera del Perú, marcando un hito en la historia, demostrando su rechazo a las secretas conversaciones del dictador Leguía devenidas luego en infausto tratado (Tratado de Salomón-Lozano). Es de necesidad regional y nacional expresar profunda admiración y reconocimiento a aquellos que como un solo puño demostraran firme resolución en el rescate de la dignidad amazónica y el honor nacional

Esta toma desencadenaría la guerra colombo-peruana [6], que se desarrolló entre 1932 y 1933 en diversos puntos de la frontera de ambos países a lo largo del río Putumayo [7], en medio de la selva amazónica, lo que complicó las operaciones militares para los ejércitos involucrados.

Manifestación en apoyo a la toma de Leticia. 1932, presumiblemente Iquitos.

Manifestación en apoyo a la toma de Leticia. 1932, presumiblemente Iquitos. Foto compartida en el hilo Perú – Colombia: La guerra desconocida, imágenes y textos del foro SinDramas.

En el blog Arqueohistoria, Franco Antúnez de Mayolo brinda [8] el contexto histórico en el que se dieron estos hechos:

Tras el fracaso de la revolución federal amazónica promovida por el capitán Cervantes y tras la entrega de importantes territorios a Colombia, el país vivía una época de gran convulsión social. […] El nuevo régimen peruano de Sánchez Cerro, que aún no se asentaba en una coyuntura de guerra civil (sublevación de la guarnición de Cajamarca al mando del comandante “Zorro” Jiménez, las ultimas montoneras peruanas de Samanez Ocampo en Apurímac, la revolución aprista en Trujillo y Huaraz [9], etc.) es sorprendido tanto como el Gobierno Colombiano.

Luego detalla las acciones que siguieron en el enfrentamiento:

Sánchez Cerro declara “Beneméritos a la Patria” a los patriotas loretanos y dispone que la infantería acantonada en Iquitos refuerce Leticia. El Gobierno Colombiano reacciona también y envía al General Vásquez Cobo con una división de 5 000 hombres al Putumayo. […] Estalla la guerra por río, mar y jungla: derrotas y victorias de ambos ejércitos a ambas orillas del Putumayo se suceden entre 1932 y 1933. Empiezan los enfrentamientos en Gueppi, Puca Urco, Yabuyanos y Calderón, y las bajas en ambos ejércitos se dan por centenares. También el beriberi (conocido como “vomito negro” o hepatitis fulminante) diezma a ambas fuerzas,

Sin embargo, un hecho sucedido en Lima daría un giro total a los acontecimientos desarrollándose en la selva:

Sánchez Cerro, decidido a iniciar una ofensiva hasta el Caquetá (para recuperar el territorio obsequiado por Leguía), ordena la Movilización General. Se presentan 30 mil hombres en Lima y 5 mil en Iquitos. Es entonces, en el Hipódromo de Santa Beatriz (actual Campo de Marte), cuando Sánchez Cerro revistaba las tropas destinadas al Putumayo, que cae asesinado por un militante aprista.

Seguidamente se instala una Junta de Gobierno presidida por el General Benavides y demás personajes de la política limeña, quienes inmediatamente desmovilizan las tropas y (consultando con la embajada de EEUU) firman el acuerdo de paz con Colombia, devolviéndole Leticia.

De esta forma se da fin al enfrentamiento bélico y se ratifica el tratado Salomón-Lozano [10], vigente hasta el presente.

En el blog de Argenpress, Alberto Pinzón Sánchez analiza [11] el contexto colombiano y regional en que se desarrolló esta guerra:

el diario bogotano EL Tiempo, propiedad del político Liberal Eduardo Santos, (tío abuelo del actual presidente colombiano) despertaba a los somnolientos pobladores de Bogotá con la noticia anticomunista de la foto.

[12]

[…] En la realidad histórica, la llamada guerra colombo peruana era la coagulación de varios elementos tanto internos como externos que se presentaron conjugados y al mismo tiempo. Uno, la indefinición moderna de las fronteras amazónicas entre Colombia, Perú, Ecuador y Brasil. Dos, el cuasi Estado de facto esclavista y genocida, establecido en la región a fines del siglo XIX e inicios del XX, con el fin de extraer el caucho natural con mano de obra indígena para la exportación a Europa y Estados Unidos, formado y armado por la alianza comercial del capital imperialista (especialmente Inglés) con las firmas comerciales de los Arana en Perú y el dictador colombiano Rafael Reyes Prieto con sus hermanos. Tres, el ascenso del capital imperialista Estadounidense en la región andino-amazónica y la competencia brutal por la hegemonía con su homólogo inglés.

Curiosamente mientras en Colombia se calificaba a los peruanos de «comunistas», en el Perú el Partido Comunista etiquetaba a la toma de Leticia como obra del movimiento político APRA [13] (Alianza Popular Revolucionaria Americana). Finalmente el artículo de Argenpress concluye:

Así, a partir de la llamada guerra colombo peruana de 1933, que sirvió para estimular el fanatismo nacionalista, paliar los arrasadores efectos de la crisis capitalista de 1930 con las 400 tonelada de oro de las joyas donadas al gobierno, sumadas a lo 10 millones de dólares del empréstito patrióticos, los 43 millones de dólares del presupuesto militar, los bonos de defensa emitidos y la compra permanente de armamento en el exterior; se conformó, dinamizó y modernizó la estrecha alianza entre las Fuerzas Militares, la gran prensa de los Santos y los Cano y, los políticos liberales conservadores de la clase dominante en Colombia.

En diversos foros se puede encontrar material y opiniones sobre esta guerra tanto de peruanos como de colombianos. Por ejemplo Perú – Colombia: La guerra desconocida, imágenes y textos [14] en el foro SinDramas (necesita registro), y Colombia en la Guerra contra el Perú de 1932 [15] en el foro Defensa.pe.

Un testimonio de primera mano de la guerra se encuentra en el blog Aportes a la literatura e historia amazónica [16] donde se puede leer «EL RESCATE DE LETICIA-Novela de una frustración loretana», escrita por Pablo Carmelo Montalván en base a sus cartas que como voluntario en dicho conflicto envió a su familia en la ciudad de Iquitos.

Actualmente la relación Perú-Colombia en la zona fronteriza es normal, aunque afectada por el narcotráfico [17], lo que causa que las fuerzas armadas de ambas naciones ejecuten acciones como la recientemente [18] realizada Operación Binacional de Apoyo al Desarrollo Colombia – Perú 2012 [19].

Finalmente a manera de anécdota cabe recordar [20] que Leticia fue fundada el 25 de abril de 1867 por el ingeniero peruano Benigno Bustamante con el nombre de San Antonio, pero pronto el nombre fue cambiado por otro ingeniero peruano, Manuel Charón, en honor a una joven residente en Iquitos llamada Leticia Smith.

Post original [21] publicado en el blog personal de Juan Arellano el 1 de septiembre, 2012.