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Mathare: La polución fluvial de los suburbios pone vidas en peligro

Categorías: África Subsahariana, Kenia, Activismo digital, Medios ciudadanos, Rising Voices

Este post forma parte de una serie resultante de  la colaboración de Global Voices con Map Kibera y Map Mathare [1] que tuvo lugar durante la cumbre de Global Voices [2] [en] en Nairobi, en julio de 2012.

por Liana Aghajanian [3] y Christian Bwaya [4] [en].

Los residentes de las barriadas de Kenia están acostumbrados a oír cosas que golpean por la noche. A falta de un sistema de aguas y un alcantarillado adecuado, muchos recurren al bien llamado método del retrete volador, que consiste en utilizar una bolsa de plástico o de papel para defecar y luego lanzarla todo lo lejos que se pueda. Muchas terminan en los tejados de los vecinos con un sonoro golpe.

Pero en Mathare, la segunda barriada de Kenia en extensión, con una población estimada de 500.000 personas, los retretes voladores, junto con las letrinas «colgantes» que vierten la materia fecal directamente en el río Mathare, que cruza la zona, provocan más complicaciones y peligros que el simple ruido.

Con las alcantarillas existentes bloqueadas, el río, rodeado de una abrumadora cantidad de inmundicias, es un vertedero de basura y un caldo de cultivo ideal de enfermedades como el tifus, la hepatitis, el cólera y la polio. La diarrea causada por las condiciones insalubres también es una de las principales causas de muerte infantil en los arrabales como Mathare.


En consonancia con los Objetivos de Desarrollo del Milenio adoptados por casi 200 países, el gobierno keniata ha prometido reducir antes de 2015 a la mitad el número de personas que no tienen acceso al agua potable y a unas buenas condiciones sanitarias, pero a menos de tres años de la fecha límite, la mayoría de los residentes de Mathare siguen sin tener ni la una ni las otras.

El agua sigue igual de turbia, el suelo está repleto de basura en descomposición que se desliza en el río y en sus orillas, y el riesgo de enfermedad sigue presente. Grupos de niños suelen jugar con el barro de la zona, estrujando la tierra entre sus manos, mientras solo unos metros más allá, los residentes se alivian en el dique.

Aunque la acción del gobierno para aliviar el problema continúa estancada, a la barriada ha llegado la ayuda en forma de personas y organizaciones no gubernamentales sin ánimo de lucro.

Una de ellas es el Servicio de Limpieza Comunitario (Community Cleaning Services, CCS), una asociación con sede en Kenia cuya actividad se centra en mejorar las condiciones sanitarias urbanas. El año pasado se instalaron retretes cerca del mercado comunitario de Mathare. Los residentes pagan 5 chelines (0,5$ americanos) por usarlos, pero a diferencia de las letrinas colgantes, tienen su propio sistema de recolección, que va más allá de la simple eliminación de las deposiciones. El CSS, en colaboración con Sanergy y Takamoto biogas [5] [en], ha puesto en marcha un sistema que convierte los excrementos humanos en electricidad, que se utiliza para calentar y cocinar con biogás, para regocijo de los residentes de Mathare.

Actualmente existen dos o tres retretes en el barrio con su propio sistema de recolección, pero para los 500.000 habitantes que se le calculan a Mathare, no es suficiente en absoluto.

Y aunque el precio es asequible, para muchos sigue siendo demasiado. Cuando se tienen cinco hijos y hay que pagar cinco chelines cada vez que uno de los niños necesita usar el retrete, el total es demasiado, explicaban nuestros guías en Map Kibera. Así que la gente acaba volviendo a los viejos hábitos. Porque «al final, un ser humano tiene que ir al retrete», decían.

Ynyachulhuta, un residente de Mathare que solo nos dio su nombre de pila, señaló que algunas de las letrinas colgantes del barrio necesitaban con urgencia una buena limpieza y solían desbordarse, lo que evidencia que aunque los retretes de biogás son un comienzo, aún hace falta mucho trabajo para satisfacer las necesidades de la comunidad y garantizar su salud.

Otros habitantes con los que hablamos nos dijeron que los retretes de biogás les parecían bien, pero que querían más. Ynyachulhuta  también sugirió que los visitantes de barrio deberían donar dinero para que se pudiera construir otro retrete de biogás.
Para añadir más peligro, la combinación de casas edificada en suelo inestable y un sistema fluvial lleno hasta los topes de basura significa que periódicamente el río se desborda e inunda las casas. En el pasado, las inundaciones ya han matado a varios residentes. Una repentina riada hace dos meses provocó la muerte de una persona [6] [en] y la desaparición de varias más.

Según el Derecho humano al agua y a la salubridad de las Naciones Unidas, el acceso universal a unas buenas condiciones sanitarias «no solo es fundamental para la dignidad y la privacidad humanas, sino que es uno de los mecanismos principales para proteger la calidad» de los recursos acuíferos.

El Programa de Mejora de Barriadas de Kenia (KENSUP), una iniciativa del Ministerio de Vivienda, ha considerado el tema del agua, la sanidad y la gestión de residuos sólidos en Mathare y otros barrios de Nairobi, pero con la previsión de que la población de Kenia se haya duplicado en 2025, «conseguir unas condiciones sanitarias urbanas sostenibles y efectivas en Kenia», es una necesidad urgente, dice la organización benéfica británica “Building Partnerships for Development of Water and Sanitation [7]” [en, PDF]