Nota: El presente artículo fue publicado originalmente en la web de Derechos Digitales.
No nos cansamos de repetirlo. Libertad de expresión e Internet están relacionados: si se afecta una, también lo hará la otra. Sin embargo, en las democracias modernas a veces resulta difícil detectar las amenazas a la libertad de expresión de los ciudadanos en la red.
Por eso, en esta etapa de la campaña “No temas a Internet“, nos concentraremos en profundizar cómo algunas prácticas y leyes específicamente de derechos de autor terminan desincentivando el uso de Internet para la expresión humana. A continuación, cinco respuestas introductorias a un problema que une al activismo mundial en contra de SOPA, ACTA, TPP, etc.
¿Por qué son buenos los derechos de autor?
En principio, los derechos de autor buscan incentivar la creatividad humana mediante la entrega de estímulos a los científicos, inventores, artistas y en general a todas las personas para que inviertan su tiempo y esfuerzo en crear obras que favorezcan el desarrollo de la ciencia, la cultura y las artes. A cambio, las leyes les entrega algunos derechos exclusivos sobre lo creado.
¿Por qué Internet es bueno para las creaciones intelectuales?
Internet asoma como una plataforma capaz de difundir las creaciones efectuadas a todo el mundo, sin barreras físicas ni temporales que limiten la difusión y acceso a estas obras. Una obra subida a Internet llega a muchas más personas y genera mucho más impacto que otra que se pretenda distribuir solamente con las antiguas tecnologías.
Si Internet y los derechos de autor potencian las obras intelectuales, ¿por qué estos últimos a veces entran en conflicto con los usuarios de la red?
Mientras Internet brinda niveles sin precedentes de difusión y acceso a la cultura y las nuevas tecnologías nos dan una serie de libertades para manipular, reinterpretar, remezclar, combinar y parodiar las obras culturales, los derechos de autor entregan a sus dueños derechos exclusivos (y excluyentes) sobre las obras intelectuales creadas, tales como el de copiar, publicar, subir a internet, modificar y traducir las creaciones culturales.
De esta forma, existe una constante tensión entre las cosas que se pueden hacer en Internet pero al mismo tiempo están prohibidas por derechos de autor, inclusive en casos de uso diario en Internet donde no existen fines comerciales, como compartir archivos con tus amigos, linkear artículos en redes sociales, etc.
¿Cómo este conflicto afecta la libertad de expresión de los ciudadanos en Internet?. Tres ejemplos.
Uno. Porque limitan la posibilidad de crear y difundir conocimiento. Por ejemplo, si se opta por proteger la propiedad intelectual por sobre el derecho de la libertad de expresión, acciones cotidianas en Internet se ven cuestionadas: cuando subes un video que contenga fragmentos de otras obras (como otros videos o música), si usas una base de otra canción para una nueva creación, o si subes una parodia de otra obra a tu blog, etc.
Dos. Porque la tendencia es a judicializar los conflictos. Muchísimas empresas ante cualquier uso de las obras de las que tienen derechos, responden solamente de una forma: con millonarias demandas y exigiendo la eliminación de los contenidos que se subieron a Internet. Eso le pasó a Stephanie Lenz, que subió un video en Youtube de su hijo bailando una canción que sonaba en la radio, y el sello discográfico la demandó por infringir sus derechos.
Tres. Porque los derechos de autor casi no reconocen excepciones para usos no comerciales. Poco distingue la ley (y parte de la industria) que tus acciones diarias en Internet, como mantener un blog o compartir enlaces con tus amigos, no tengan ningún fin comercial. Y si los ciudadanos ni siquiera contamos con esa garantía, nuestra libertad de expresión se encuentra fuertemente comprometida.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Lo primero y más simple es informarse. En lo sucesivo iremos publicando consejos y recomendaciones para que uses, cuides y defiendas tu libertad de expresión en Internet. #NoTemasaInternet.
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