La actitud del gobierno y el claro desprecio de los periodistas hacia su código de conducta profesional hace imposible que consideremos a Ecuador como un remanso de la libertad de expresión. Ni el asilo diplomático concedido a Assange puede tomarse como evidencia de esto.
Eduardo Varas [1] escribe en el post «El caso Assange: la opinión desde dentro de Ecuador» para el blog Future Challenges [2] [en].