La semana pasada cientos de mineros bloquearon los principales caminos de acceso a La Paz, sede de gobierno de Bolivia.

El bloqueo se inició por una disputa entre mineros de cooperativas privadas de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras de La Paz (Fedecomin) y mineros desempleados de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Ambos grupos rivales están buscando tomar el control de la mina de zinc y estaño, Colquiri, nacionalizada de Glencore International [en] por el gobierno de Bolivia en junio de 2012.

El problema surge a partir del Decreto Supremo 1337, firmado por el presidente Evo Morales, que garantiza el control de las actividades de funcionamiento en la parte norte de la mina Colquiri, más precisamente, la veta Rosario.

El conflicto comenzó en el terreno, luego de la delimitación de las áreas de operación: los mineros sindicalizados de Colquiri, que deben operar en el sur, se niegan a dar participación a los mineros cooperativos. Además, los mineros sindicalizados están bloqueando el acceso a la mina Colquiri, a 92 millas (149 kilómetros) de La Paz.

El gobierno ha iniciado conversaciones de negociación entre las facciones rivales, y se acordó que el bloqueo se levantaría la noche del miércoles 12 de setiembre. Sin embargo, los bloqueos siguen y los mineros han hecho amenazas adicionales.

Los mineros de las cooperativas privadas han sido aliados cercanos del gobierno, encabezado por el presidente izquierdista Evo Morales. Este grupo ha declarado que los mineros sindicalizados, que también son miembros del Central de Obreros de Bolivia (COB), son ‘enemigos irreconcilables’.

El blog Videourgente publica un video que muestra manifestaciones de mineros sindicalizados en La Paz:

Según el blog [en] Americas Quarterly:

El presidente Morales ha pedido a las facciones en conflicto que respeten los derechos de los otros: “Ambos sectores… tienen derechos constitucionales y tienen una obligación de entenderse y trabajar juntos para explotar los recursos naturales que son tan importantes para los bolivianos”.

No obstante, Eduardo Bowles afirma en su blog que ambos grupos mineros están corroyendo la industria minera y afectando los intereses del Estado:

En este momento, ambos grupos de mineros están haciendo lo que todos los sectores sociales han hecho en la última década: desafiar la autoridad, imponer el principio del caos, violentar las leyes y seguir minando las posibilidades de construir un Estado en Bolivia. La única diferencia es que en esta ocasión ha sido el propio Estado Plurinacional el impulsor de su propia desaparición.