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Nigeria: La enfermedad de la Primera Dama, ¿verdad o falacia?

Categorías: África Subsahariana, Nigeria, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Salud

La primera dama de Nigeria, Dame Patience Jonathan [1] [en], se encuentra actualmente en Alemania, pero su viaje se ve rodeado de incertidumbre. El 2 de septiembre de 2012, SaharaReporters [2] [en] difundió la noticia de que la señora Jonathan había sido ingresada en un hospital alemán:

La primera dama de Nigeria, Patience Jonathan, ha estado hospitalizada en Alemania los últimos cuatro días, en donde recibe tratamiento por intoxicación alimentaria, según informaron fuentes de la Legislatura Estatal de Abuja a SaharaReporters. Las fuentes indicaron que la señora Jonathan, quien es también la Secretaria Permanente del Servicio Civil en el estado de Bayelsa, fue trasladada al hospital en una ambulancia aérea a mediados de esta semana bajo condiciones médicas de urgencia. Fuentes de la Presidencia afirmaron que el traslado aéreo se hizo hacia Wisbanden, Alemania, pero no queda claro si el tratamiento se está llevando a cabo en esa ciudad. Informaron que la Primera Dama recién pudo hablar hoy más temprano, a cuatro días de su llegada, porque su condición era tan grave que había perdido la voz.

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La primera dama de Nigeria, Patience Jonathan. Foto publicada bajo licencia de Creative Commons (CC BY 2.0) por el usuario de Flickr mdgovpics.

Casi de inmediato, el asistente de medios de la Primera Dama, Ayo Osinlu, refutó [4] la noticia y afirmó que Dame Jonathan no estaba enferma sino de vacaciones:

“Si observan su itinerario de agosto, se preguntarán cómo logró cumplir con todo eso. En el transcurso de esta semana estará de regreso, pero tengan en cuenta que todo depende de sus planes”, dijo. Sin embargo, cuando lo contactaron ayer, Osinlu se negó a agregar comentarios, y alegó que reaccionar ante el asunto sólo serviría para dar crédito a reportajes malintencionados.

 ¡El asistente de medios mintió!

Esta negativa no mantuvo alejado a SaharaReporters [5] [en], que arrojó más luz sobre el viaje y la salud de la Primera Dama:

Supuestamente, el estado de “intoxicación alimentaria” que llevó a la señora Patience Jonathan a un hospital de Alemania comenzó en Dubái once días atrás, lugar donde fue a ver a un médico por un temblor en las manos. Fuentes de la Presidencia informaron que había viajado a Dubái después de la reciente Cumbre de Primeras Damas de África que tuvo lugar en Abuja, evento que impuso un nuevo calendario de reuniones y actividades nocturnas muy agotador para la señora Jonathan, por lo que indicaron que necesitaba descansar.

Se dijo que su visita a Dubái fue con motivo de unas vacaciones, pero nuestras fuentes informaron que se relacionaba con un procedimiento médico. Mientras estaba en Dubái, junto con su médico, se dijo que sufrió una «intoxicación alimentaria»; poco después de su regreso a Abuja, el lunes pasado, surgió la emergencia y tuvo que ser trasladada en avión a Wiesbaden, Alemania, por una intoxicación alimentaria.

Desde que SaharaReporters dio la noticia ayer, no hubo información oficial de la Presidencia con respecto al estado de salud de la Primera Dama. A pesar que los medios recientemente reforzaron su presencia para dar a la señora Jonathan una mayor cobertura, no se ha proporcionado una confirmación ni una negación. Sin embargo, ha habido negativas poco enérgicas y rodeos en algunos periódicos y blogs que afirman que la señora Jonathan sólo está descansando, pero ninguno ha informado su ubicación ni arrojado luz sobre su estado de salud.

Otras fuentes [6] [en] confirmaron la versión de SaharaReporters:

En oposición a los desmentidos del vocero presidencial Reuben Abati, y a la descarada mentira del vocero de Dame Patience Jonathan, Ayo Osinlu, de que la Primera Dama sólo «descansaba» en el extranjero, se ha revelado que la señora Patience Jonathan se sometió a una cirugía en un hospital alemán por una ruptura del apéndice. Según las fuentes de THISDAY, fue trasladada al exterior con motivo de un tratamiento médico hace más de una semana.

[…] Trascendió que la señora Jonathan se enfermó poco después de regresar de un viaje a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), lo cual precipitó la visita del personal médico de la Primera Familia para atenderla. Se dijo que la habían tratado por intoxicación alimentaria durante cuatro días, “pero su estado siguió empeorando cada vez más”, según informó la fuente.

Al quinto día, se informó que el Presidente Goodluck Jonathan cedió ante la insinuación de que la Primera Dama hubiese viajado al exterior para someterse a un “tratamiento riguroso”. No quedó claro si la incapacidad de los médicos del Presidente para tratarla se debió a un diagnóstico fallido o a las instalaciones deficientes.

AllAfrica.com publicó lo siguiente [7] [en]:

 Se supo que había preocupación en la Presidencia por el revuelo que generó la enfermedad de la Primera Dama y el mal manejo de la información. […] Según trascendió, allegados al Presidente habían advertido sobre las fuertes repercusiones que tendrían los intentos de ocultar el estado de salud de su esposa con el argumento de que no era un delito estar enfermo.

La fuente informó: «Hemos dejado claro a aquellos que quieren ocultar toda información, que Dame Jonathan no ha cometido ningún delito al enfermarse, porque es un ser humano. Es por ello que, posiblemente, haya un cambio de actitud, y el paradero y tipo de afección de Dame sean aclarados por sus voceros. Esta vez, no queremos repetir el incidente de Yar'Adua [ver abajo].»

Los blogueros nigerianos no dejan de hablar y hacer preguntas. TTOwonubi [8] [en] recuerda el drama que rodeó al fallecido presidente Umaru Yar'Adua:

No es la primera vez que el estado de salud de una importante figura pública del país se oculta del escrutinio público; en 2010, durante el gobierno de Umaru Musa Yar’Adua, confundieron al pueblo nigeriano con historias contradictorias sobre el estado físico del presidente y múltiples espejismos por parte de asesores que, al parecer, obtenían algún beneficio de la desinformación generalizada. Tenemos claro que una primera dama no es electa ni tiene un cargo constitucional. Sin embargo, millones de personas la quieren y admiran como esposa del ciudadano número uno de nuestro país, y esas personas merecen saber cuál es su estado de salud. El juego de la espera continúa.

El sistema de salud de Nigeria

Akintunde Oyebode [9] [en] asegura que el hecho de que la Primera Dama busque asistencia médica afuera no es sólo una señal de problemas de sanidad en casa, sino también un flagrante voto de desconfianza para la administración de su marido:

La naturaleza de su afección es lo menos relevante; no importa si se trata de agotamiento, intoxicación alimentaria o una ruptura de apéndice. Lo irónico es que ni el Presidente ni su esposa demostraron que podía ser atendida en Nigeria. Esto es una autoevaluación irrefutable de la administración de Jonathan y las que lo precedieron. La lista de funcionarios del gobierno que buscan ayuda en el exterior cada vez que sus organismos muestran la menor señal de debilitamiento es interminable. Para ellos, el Hospital Nacional de Abuja no es más que un museo que alberga equipos médicos.

El gobierno federal planea invertir 282 mil millones de nairas en asistencia sanitaria durante 2012. A primera vista, parece una suma considerable, pero si recordamos que ese mismo gobierno piensa gastar más de 60 mil millones en un programa de amnistía ficticio, vemos que aún no hemos comprendido nuestras prioridades. Mientras que el bien llamado Government Tompolo Ekpumopolo [10] [en] gana más de 3 mil millones de nairas por cuidar gaseoductos, el Plan Nacional de Seguro de Salud cuenta con un presupuesto de 1600 millones de nairas. Parece surrealista que un hombre que debería estar encerrado de por vida en la penitenciaría de Ita-Oko reciba más dinero que el Plan Nacional de Seguro de Salud; no hace falta preguntarse por qué menos de 1 de cada 20 nigerianos tiene algún tipo de cobertura médica.

Julius Umogbai fue muy satírico con su ‘Carta a Dame Patience Jonathan [11]‘ [en]:

¡Oh, mi querida Dame Patience Jonathan, doy gracias a Dios por su salud! ¡Ninguna de las cosas terribles que la gente malvada le ha deseado, intoxicación o apendicitis, llegó a cumplirse! ¡Toda la gloria para Jah, el más elevado, por brindar vuestra vida a Nigeria!

Ya que se encuentra instalada en los lujosos escenarios que el pueblo alemán ha creado mediante la construcción de una sociedad abierta, transparente y democrática, ¡quisiera molestarla con algunas cosas!

¿Cómo puede estar tan errado el equipo médico presidencial? ¿Será que el personal médico de toda la vida, que quizás no pertenecía al grupo étnico de su esposo, ha sido remplazado por un nuevo personal sin experiencia pero de la etnia adecuada? ¡No es posible que puestos tan vitales ahora se cubran en virtud de criterios étnicos! ¡Estoy seguro de que su esposo no hace tales cosas!

Señora, si usted, la Primerísima y Única Dama de Nigeria, etcétera, etcétera, etcétera, pudo ser objeto de semejante mala praxis, ¡se podrá imaginar por lo que tenemos que pasar el resto de nosotros, sus siempre humildes súbditos que acudimos al programa de asistencia médica popular!

La carta se cierra con una petición:

Éste es mi humilde pedido para usted: la próxima vez que descanse sobre el pecho de su esposo, nuestro presidente (sé que no pasa con frecuencia porque están muy ocupados sirviendo a Nigeria y no se entregan a asuntos tan mundanos), ¡dígale que nos dé un hospital que sí salve vidas, y no esas meras antesalas a las morgues en lo que se están convirtiendo poco a poco!

Por favor, dele nuestros afectos a los médicos que atendieron al presidente Yar’Adua. ¡Podría indignarse al descubrir que el dueño del hospital es un nigeriano que robó el dinero público y lo invirtió en Alemania!

Mientras se recupera en manos de los delicados cuidados alemanes, le digo, «auf wiedersehen!»