La medida del gobierno indio de bloquear los SMS y MMS masivos y las url de páginas web y medios sociales específicos [en] para frenar los rumores que se estaban extendiendo tras los conflictos étnicos en el estado indio de Assam ha desatado una tormenta anticensura en la blogosfera india (ver el reporte de Global Voices). En julio de 2012, la falta inicial de cobertura informativa en Assam por parte de los principales medios de comunicación empujó a los ciudadanos a informar sobre la violencia y compartir la información urgente ellos mismos. Pero los alborotadores aprovecharon también los medios sociales para propagar rumores malintencionados, lo que llevó al gobierno a acusar abiertamente a los medios sociales de potenciar los disturbios.
Los cibernautas han seguido debatiendo sobre los aciertos y los fallos de las acciones gubernamentales y sobre las percepciones de los ciudadanos.
Samrat [en], en News Laundry, habla de la complejidad del asunto y de cómo abordar el problema:
El ministro del Interior, Sushilkumar Shinde, declaró que [en] los rumores «motivados» en la red eran una prueba de que los terroristas estaban haciendo un uso inadecuado del ciberespacio. Atanu Dey [en] afirma que es una excusa para reprimir a la gente:Lo difícil no es decidir qué es lo correcto, sino hacerlo, porque nuestros sistemas administrativo y judicial son débiles, incompetentes y a menudo corruptos. La solución es arreglarlos, y eso es una tarea larga, ardua y aburrida, así que nadie habla sobre ello. Lo único que quiere todo el mundo es mostrar su indignación en Twitter y en las cadenas de televisión y olvidarse de ello.
El gobierno de la APU indio quiere dictar una vez más lo que la gente debe saber y la información que puede manejar. De manera rutinaria se dedica a bloquear páginas web, prohibir o limitar el uso de mensajes de texto en teléfonos móviles, y ahora amenaza con bloquear Twitter totalmente. La represión que el Gobierno ejerce sobre la gente es una vieja costumbre y no debería suscitar sorpresa ni comentarios. No obstante, la lucha por la libertad de expresión es demasiado importante para la vida y la libertad, y uno no debería rendirse sólo por haber vivido una mala racha durante siglos. Nosotros, el Pueblo, tenemos que ganar esa batalla si queremos ganar la guerra de la libertad.
El bloguero añade:
Si en una democracia el Gobierno declara que la información debería estar cuidadosamente controlada, gestionada y censurada para el consumo público, lleva a una contradicción. Significa que el pueblo es incompetente e incapaz de manejar información y que aún así, de alguna manera, incluso sin estar del todo informado, es capaz de decidir y de elegir a quién se le debe encargar la importante tarea de hacer política pública. Si el pueblo no tiene libertad de expresión, si no tiene la libertad de acceder a la mayor variedad de ideas y opiniones, democracia es una palabra sin significado repetida por demagogos ignorantes simplemente para sus propios intereses.
AmreekanDesi [en] reacciona con sarcasmo:
Me siento orgulloso de la forma en que ustedes, nuestro Gobierno, manejaron la situación. SMS masivos bloqueados. Vídeos de YouTube bloqueados. Cuentas de Twitter en las que se parodiaba bloqueadas. Páginas de Facebook bloqueadas. Bien hecho, chicos. […]
Somos estúpidos y no podemos reconocer las buenas intenciones cuando alguien trata de hacer algo. Cualquier niño podría ver cómo una cuenta que parodia a nuestro buen primer ministro podría propagar todo tipo de informaciones erróneas que llevan a miles de personas a hacer las maletas y volverse a sus pueblos de la noche a la mañana. Totalmente creíble.
Prometo que a pesar de estar deprimido, nunca me preocupé por el hecho de que nuestra libertad de expresión pudiera estar siendo limitada. Después de todo, los tiempos difíciles requieren medidas drásticas. Mirad China; les va muy bien. Creo que consiguieron unos 2 billones de medallas de oro en las últimas Olimpiadas.
La libertad de expresión está totalmente sobrevalorada.
Vidyut [en] en AamJanata dice que la libertad de expresión absoluta es un mito:
La libertad de expresión consiste en sus opiniones. Su derecho a decir lo que quieran. Sin embargo, la libertad de información es una parte importante de la libertad de expresión. Propagar desinformación va en contra de la libertad de expresión, porque la desinformación influencia al diálogo libre con malas intenciones. [..]
Qué fácil es reclamar libertad de expresión con intenciones de incitar a la comunidad, algo que en la India es expresamente ilegal. Qué fácil es hacerse la víctima y dar la vuelta a los débiles intentos de hacer respetar el orden. Qué fácil es engañar a ciudadanos que han sido excluidos intencionadamente de cualquier diálogo sobre libertad de expresión diciéndoles que cualquier censura es una violación de ésta.
*Siempre* hay una línea. Una línea que se traza con vistas a las libertades y que se modifica en casos de emergencia según se necesite. Cuando tienes a gente del noreste de media docena de ciudades huyendo, efectivas o no, el Gobierno tiene el derecho de tomar las medidas que considera apropiadas – aunque hay que admitir que el Gobierno no es muy inteligente con esto. Condenar la censura como un ataque a la libertad de expresión es fundamentalmente una mala interpretación de lo que es la libertad de expresión.
Silence before the storm [en] considera que internet es un ambiente que se «condiciona a sí mismo», «es decir, que el mecanismo de arbitraje no tiene que ser externo al sistema que proporciona internet, sino que las contradicciones internas se anularán unas a otras.»
El Tribunal Supremo de Delhi se negó el pasado 6 de septiembre a albergar un Litigio de Interés Público [en] presentado por un grupo de estudiantes de Derecho para anular las notificaciones del Gobierno indio de bloquear páginas web (incluyendo páginas de Facebook, Google y Twitter) por ofrecer contenido incendiario y provocar el pánico. Apurva Chaudhary [en] escribe:
La petición planteaba que las notificaciones (bajo el Acta de Información y Tecnología y sus normas) eran claramente inconstitucionales y violaban los derechos fundamentales de libertad de expresión mediante el bloqueo del acceso a páginas web sin escuchar a los dueños del contenido ni a otras personas afectadas.
No obstante, los jueces del estado dijeron que no podían tratar la petición como un litigio de interés público y que las partes afectadas debían dirigirse al tribunal.