Kirguistán: El lago Song Kol en fotos y texto

La belleza solitaria del Lago Song Kol desde hace tiempo ha capturado la atención de los visitantes extranjeros al estado sin litoral de Asia Central, Kirguistán. Situado en una elevada meseta libre de árboles (a 3,016 metros por encima del nivel del mar), sus verdes praderas son usadas por pastores de las regiones de Kochkor [en], Naryn y At Bashi [en] como campos de alimentación para el ganado en los meses de verano.

Mientras los pastores realizan sus labores de comercio en camino hacia el ‘Último Lago’, viven en campamentos de yurtas, arrendando una porción de sus tradicionales viviendas a turistas extraviados y preparando galón tras galón de Kumis (leche de yegua fermentada) para pasar el tiempo. Pero a principios de octubre, cuando termina la temporada de pastoreo, cuando los campamentos de yurtas estan llenos y los pastores vuelven a sus hogares permanentes, el Song Kol se vuelve un mito, su existencia es recordada sólo por fotografías surealistas y prosas inspiradas de viajeros que visitaron sus costas.

Father, daughter and son row in Lake Son-Kul. Image by Kirsten Styers, used with permission.

Padre, hija e hijo en el Lago Song Kol. Imagen de Kirten Styers, usada con su permiso.

En honor a la tradición de creatividad inspirada por el Song Kol, Global Voices Online pidió permiso para usar las fotos de Kirsten Styers, una expatriada viviendo en la ciudad de Bishkek y autora del blog Ivory Pomegranate [en] y el escrito de Palmer Keen, un escritor independiente y colaborador de la revista de turismo de Kirguistán the Spektator [en] .

Dependiendo del clima, la superficie del lago cambia sus colores de azul a verde e incluso a naranja. Habitantes locales de la provincia de Naryn dicen que no es inusual para el lago ver cuatro estaciones en un día, y turistas desprevenidos vestidos con ropa ligera en cabalgatas organizadas por el grupo de la comunidad de turismo de Kochkor (CBT por sus siglas en inglés) son frecuentemente sorprendidos cuando su trote junto al lago es perturbado por tormentas de proporciones bíblicas.

Sin embargo, como Kirsten señala [en] en su blog, Song Kol es todavía algo que ‘debes hacer’ en Kirguistán, incluso si no es tan cómodo como Issyk-Kul, el lugar más famoso y turístico:

Nunca había estado en Song Kol, el cual es una de esas experiencias necesarias en Kirguistán. Es la clase de cosa en donde si tu no vas a Song Kol después de vivir en Kirguistán por mas de dos años, la gente te juzga. “Oh, entonces nunca has dejado Bishkek en estos dos años? Qué estuviste haciendo todo el tiempo?”

Aunque la jornada es ardua, vale la pena. Como Palmer Keen recuerda [en] en the Specktator:

Mientras todos silenciosamente considerábamos la logística de ordeñar un yak salvaje, Yusuf coaccionaba a nuestro corcel hacia arriba, ascendiendo a través del aire fino a las elevadas alturas del Song Kol de más de 3000 metros. Después de pasar resistentes cornisas de hielo y rebaños de ovejas caminando penosamente por flores silvestres, nos encontramos en una nueva clase de paraiso: más allá de las extensiones de prados alpinos, el Song Kol se extiende como una especie de espejismo de montaña, picos cubiertos de nieve reflejados en las tranquilas aguas. Llegamos a un grupo de yurtas en la orilla del lago, la única señal de vida en toda la zona.

Hay muy poco en el camino de centros comerciales y clubs hacia el Lago Song Kol. Imagen de Kirsten Styers, usada con su permiso.

Una vez allá, una noche en las costas del Song Kul refleja…. frialdad. Escribe [en] Keen:

Luego de una cena de cordero en salmuera, el sol se esconde tras las montañas, dejando atras un cielo rosado y un frío que amenaza con ser aún más frio. Teniendo en cuenta el hecho de que la belleza aislada de la montaña viene a un helado precio, nos abrigamos con chaquetas y nos paramos al lado del lago, con escalofrios y sonrisas, mirando como la luz se desvanece en el reflejo del Song Kol.

Cuando se pone en serio frio, es tiempo de ir a la yurta. En temporada, los porpietarios de la yurta preparan un rico desayuno. Sólo no esperen ningunas verduras. Keen recuerda [en]:

Cuando me desperté, fue al sonido de una mujer recogiendo los cubiertos de un armario en nuestra yurta, un saludable recordatorio de que estaba durmiendo en la casa de alguien más, no en una habitación privada. Notando la ausencia del gallo sónico, me dí cuenta que la gente del lugar hace rato se habia despertado. Afuera, los rayos del sol ya habian calentado los pastos y nuestra familia anfitriona estaba ocupada preparando el desayuno para los durmientes. Nos juntamos con Yosuf y nuestros anfitriones babushka en la yurta del lado, hambrientamente devoramos nuestros huevos fritos y el pan fresco y mermelada que habia sido puesto en la mesa.

Mermelada de melocotón y frambuesa brilla en la luz de la yurta. imagen de Kirsten Styers, usada con su permiso.

A pesar que el Song Kol esta libre de árboles, su gran altitud y climas variables dan lugar a una rara variedad de fauna y flora. Y, además de la vista de barrancos alpinos, los visitantes también pueden ver [en] diferentes especies de patos, grullas, cigüeñas, somorgujos, chorlitos, halcones, águilas reales e incluso cormoranes; mientras que los ciervos, zorros y marmotas también frecuentan la meseta. En temporada, sin embargo, es el ganado, ovejas y caballos de los rebaños, los que dominan la llanura.

Una procesión de ganado en las costas del Song Kol. Imagen por Kirsten Styres, usada con su permiso.

Finalmente, el elevado lago también se abre a un verdadaro tesoro para los astrónomos aficionados en la noche. Palmer Keen concluye [en]:

Esa noche, nuestros estómagos se llenaron de lagman [plato de fideos de Ásia Central] y nuestras almas se llenaron de optimismo de viaje, nos paramos en la orilla, las yurtas en la distancia y miramos a la vía láctea, todo nublado y brillante. Ya que los satélites giraban alrededor del cielo, parecian de alguna forma perdidos. Seguramente debieron haber tomado un camino equivocado y terminaron aquí, en un lugar que se siente como una frontera escondida, como el último lugar en la tierra. Arqueandose en la distancia, nos dejaron solos junto a la orilla, pensando egoístamente: juntos, con la gente que a veces llama el lugar casa, nosotros tuvimos todo el Lago Song Kol para nosotros.

Cielo nocturno sobre Song Kol. Imagen por Kirsten Styers, usada con permiso.

Nota. El resto de fotos de Kirsten Styers pueden ser encontradas aquí [en]. Junto con más fotos y blogs sobre un gran rango de temas relacionados con Kirguistán, Styers escribe una pieza muy entretenida semanalmente llamada Kyrgyz Music Friday (Viernes de música de Kirguistán), presentando la música más popular del país por medio de videos de YouTube.

Este artículo es parte del proyecto de pasantes de GV de Asia Central de la Universidad Americana de Asia Central en Bishkek, Kirguistán.

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